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futura estación. Bugallo anuncia que los vehículos tendrán que circular a un máximo de 10 kilómetros por hora en el área de unión entre el Ensanche y la Intermodal // El plan supone limitar el acceso de coches al centro y dar más ‘vida’ al túnel // Siete millones de peatones atravesarán esa zona cada año TEXTO Juan García

A paso de tortuga en el Hórreo

La futura estación intermodal de Santiago conllevará un proyecto de urbanización de la calle de O Hórreo que priorizará el acceso de los peatones y el transporte urbano, para el que se habilitarán dos carriles exclusivos y limitará el tráfico de vehículos a “los estrictamente necesarios, sólo los que se dirijan al Ensanche”, con otros dos carriles. En este espacio la preferencia será para los viandantes sobre la circulación de vehículos, y de hecho el plan es limitar la velocidad de los coches a solo diez kilómetros por hora en esa zona permeable entre la terminal y el Ensanche.

Así lo anunció ayer el alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, que explicó que la idea inicial es dejar cuatro carriles en la zona del Hórreo frente a la estación, aunque ha reconocido que “dependerá de la demanda”.

El resto del tráfico deberá pasar por el túnel de O Hórreo. “El paso subterráneo tiene una capacidad para 70.000 vehículos, y ahora no llega a los 60.000, por lo que debería resultar suficiente”. Bugallo destacó además que el objetivo del proyecto es “comunicar la estación intermodal con el Ensanche, que los peatones que vengan de la estación, que se estima que sean unos siete millones al año, dispongan de una zona preferencial para cruzar al Ensanche”.

Esta área de preferencia para peatones irá desde la pasarela de la estación a la rotonda de O Hórreo mediante una ligera elevación de la superficie con un asfalto identificativo y muy “similar a la que ya existe en el cruce de Xeneral Pardiñas con Montero Ríos”.

El alcalde señaló también que la conexión con los barrios de la zona sur de Santiago, concretamente con Pontepedriña y Castiñeiriño, se hará mediante la pasarela y que todo el proyecto está pensado para respetar la plaza que comunicará la zona con la futura estación del AVE, a la que se accederá directamente desde O Hórreo.

Indicó además que esperan sacar la licitación del proyecto, con un presupuesto de 593.562 euros, en enero de 2021 y que prevén que las obras duren cinco meses, por lo que para el verano del año que viene, ya en Año Santo, cuentan con el funcionamiento pleno de la zona.

Además, se habilitarán dos dársenas provisionales para buses, de las que también ha apuntado que podrían resultar “insuficientes”, dado que reciben viajeros tanto del transporte urbano como de la línea de Sigüeiro, y ha comentado que barajan la posibilidad de ampliarlas de ser necesario.

El alcalde informó también de otros asuntos tramitados por el Pleno municipal como la aprobación de una prórroga hasta el 13 de febrero para los contratos de ayuda en el hogar, “hasta que se resuelva la adjudicación de los nuevos”, así como la expedición de diversas licencias para rehabilitaciones de viviendas particulares y para la construcción de un supermercado Eroski en el Polígono de A Sionlla.

Habrá mejoras en el bus al aeropuerto, que no para de recibir quejas de los usuarios

Santiago. Por otro lado, respecto a los problemas –retrasos principalmente– registrados en la línea 6 Os Tilos-San Marcos del transporte urbano, que conecta la capital gallega con el aeropuerto de Lavacolla desde la finalización de la concesión a la empresa Freire y de la que se hace cargo actualmente el Ayuntamiento, Bugallo justificó que se trata de una “situación provisional y excepcional” y que “se irán realizando modificaciones”. Y es que desde que se realizaron esos cambios, las protestas han sido constantes, tanto por la duración del recorrido como por la falta de espacio en los autobuses para los equipajes.

Además, ayer la asociación de vecinos de Lavacolla expresó su malestar por estos cambios y mostró su apoyo a los conductores afectados por esta situación a través de un comunicado. “A nosa sorpresa foi máxima ao comprobar que os condutores, algúns deles veciños nosos e que, con tanta dedicación, nos levaban aos nosos destinos, quedaron na rúa. Non entramos a valorar o deterioro do servizo en canto a tempo de viaxe (retrasos de 10 minutos nun momento en que o número de usuarios, por mor da situación que estamos a padecer, descendeu en máis do 70 %), e en canto ao equipamento dos novos autobuses (sen espazo para maletas e menos asentos). O noso malestar vén polo feito de que os nosos compañeiros de viaxe quedaron desprotexidos”, explican.

Los residentes de esta parroquia compostelana no descartan movilizarse para apoyar a los chóferes. “Da noite á mañá vense sen o posto de traballo que era o sustento principal das súas familias. Non é labor dos nosos gobernantes velar polo benestar dos nosos veciños? Como é posible que un organismo público se faga cargo dun servizo sen contar cos empregados que o viñan desempeñando? Dende a asociación de veciños de Lavacolla queremos manifestar o noso descontento e o apoio incondicional a estas familias, e non descartamos movilizarnos para defender os seus dereitos”. ecg

29 dic 2020 / 00:00
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