Abre al tráfico la avenida de Asturias de forma provisional
Hay que esperar a que seque el asfaltado para poner la pintura definitiva // Ya solo queda completar el arreglo de las aceras
Un día antes de lo que estaba previsto se volvió a abrir a la circulación rodada en la avenida de Asturias. A media tarde de ayer quedaron completados los trabajos de reasfaltado del vial, y se pudo restablecer la circulación.
Los trabajos de arreglo en el pavimento, que dado su estado deterioro se procedió a renovar íntegramente, obligaron a cerrar al tráfico la calle la pasada semana para acometer la actuación.
La Concejalía de Obras optó por cerrar la calle y acometer los arreglos de todo el recorrido al mismo tiempo, para evitar los problemas que conlleva para el tráfico el hacerlo por fases, que alargaría muchos más días la ejecución del proyecto.
Además, durante el tiempo en el que la empresa estuvo trabajando en el vial central, se mantuvieron operativos los carriles de servicio. Hay que tener en cuenta, además, que hay otros viales alternativos para hacer el recorrido entre la avenida do Cruceiro da Coruña y los polígonos industriales de la zona norte de la ciudad, por lo que la repercusión fue reducida.
El vial comenzó a funcionar con un pintado provisional, porque la pintura definitiva no se puede echar hasta que el asfalto esté plenamente seco, ya que en caso contrario las líneas se oscurecen en muy poco tiempo.
De esta forma, en un plazo de entre diez y doce días, dependiendo del tiempo, se procederá nuevamente a cortar la calle para realizar el pintado y completar la señalización horizontal, pero se prevé que será una actuación mucho más breve.
Mientras tanto, se continúan realizando las labores de acondicionamiento de las aceras, que también se prolongarán por la zona de avenida da Coruña, y también en la senda peatonal que discurre en paralelo al vial.
La nueva señalización incluirá, además del espacio para los peatones, una zona habilitada para el paso de bicicletas. De hecho, se ha procedido a estrechar ligeramente el ancho de los carriles para vehículos, en unos veinte centímetros, para tratar así de limitar la velocidad y que los conductores tomen conciencia de que se trata de un tramo urbano en el que hay que circular más despacio.