Abstención en bloque de la oposición a la hora de valorar la ejecución de las cuentas

Como estaba previsto, el pleno extraordinario convocado para aprobar la Conta Xeral, el cierre de ejercicio de 2019, sirvió también para ajustar cuentas entre la oposición y el gobierno en materia presupuestaria, y de hecho el documento salió adelante solo con los votos socialistas y la abstención de los otros tres grupos, que no escatimaron las más duras críticas.

Incluso María Rozas, portavoz de CA, afirmó que su grupo, a pesar de gestionar Raxoi durante la mitad de ese año, no se sentía vinculado a esas cuentas, porque el nuevo gobierno socialista había aprobado unos presupuestos técnicos después del verano, y consideró que eran esos los que se valoraban.

La concejala de Facenda, Marta Abal, defendió en su intervención las cuentas, destacando que “daban resposta ás necesidades de crédito de máis de seis millóns de euros que existían no Concello”, y que se había incrementado el gasto por habitante. También que el presupuesto aprobado solo estuvo en vigor el último cuatrimestre, y tenía como objetivo cuadrar las cuentas de ese año.

Con todo, tanto la concejala, que afirmó que “os datos son moi mellorables e, de feito, niso estamos traballando”, como el alcalde, que dijo “queda moito camiño por percorrer, e moito camiño por mellorar”, reconocieron que eran necesario cambios a fondo, especialmente en lo que se refiere al pago a proveedores.

Unos argumentos que no convencieron a la oposición, especialmente al concejal del PP, Ramón Quiroga, quien no dudó en calificar el documento de “manual de descontrol y desgobierno”, y señaló la existencia de “indicios preocupantes” por la falta de soluciones para los problemas.

En este sentido, consideró grave que a pesar de la crisis sanitaria y las necesidades que de ella se derivan, a estas alturas no exista todavía “ni siquiera un borrador del presupuesto de este año”.

Entre los datos que, según él, citó demostraban el “descontrol” citó “la total opacidad y las constantes demoras” que se plasmaban en los incumplimientos de los plazos establecidos “tanto de los presupuestos como de las cuentas generales y las liquidaciones”, lo que afirmó que dificultaba la labor de control por parte de la oposición.

También aludió a que la Cuenta General revelaba un “alto grado de incumplimientos normativos”, con más de 200 reparos de Intervención a otras tantas facturas, que supusieron el pago de casi 9 millones de euros “aprobados fuera del circuito financiero normal”.

Otro aspecto que destacó fue el referido a las adjudicaciones directas sin concurso, casi cinco millones, o los más de dos por procedimientos sin publicidad, aunque no aclaró en qué parte del ejercicio se habían producido, y cuáles eran de CA y cuáles pertenecían al PSOE.

Más preocupante fue la referencia a uno de los problemas endémicos del Ayuntamiento, y es el bajo nivel de ejecución de las partidas, ya que solo se gastó un 26 % del total. Unas cifras que afirmó que vienen a demostrar “que la ecuación entre lo que pagan los vecinos en impuestos y el resultado que obtienen en servicios e infraestructuras no está equilibrada”, lo que achacó a que “el gobierno local no es capaz de ejecutar y gestionar”.

Por último, el concejal popular, además de alertar sobre el grave problema que representa para la economía local el retraso en el pago a proveedores, destacó que sí se había incrementado la recaudación de impuestos, incluso por encima de lo previsto, lo que luego no se traducía en inversión.

También fue muy crítica la portavoz del BNG, Goretti Sanmartín, quien incidió en que las promesas de cambio y mejora de la gestión realizadas por los socialistas al acceder al gobierno no se habían cumplido, y sumó su denuncia de que a estas alturas de año, y con la situación de crisis que están sufriendo muchos sectores, todavía no se hubiera iniciado la negociación del presupuesto.

Cerró las intervenciones el alcalde, destacando que a pesar de todos los problemas, la ciudadanía apreciaba la labor del Ayuntamiento en estos momentos de crisis, y que incluso lo ponían como ejemplo de efectividad a la hora de conceder las ayudas para los sectores más damnificados.