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Alarma en la Avenida de Barcelona por otro asalto nocturno a un negocio

Vecinos y comerciantes ya denunciaron la falta de seguridad a la Policía // Vinculan el problema a la presencia de marginales

El asalto a un negocio situado en la avenida de Barcelona, en las proximidades del hospital Clínico, y que tuvo lugar en torno a las 00.35 de ayer, se saldó solo con una puerta rota, y el robo de sesenta euros que había en ese momento en la caja. Sin embargo, después de los hechos similares vividos en las últimas semanas por vecinos y comerciantes de la zona, ha despertado la alarma y las quejas.

Unas quejas que ya se transmitieron en su momento a los responsables locales de seguridad, y que se han traducido en una mayor presencia de miembros de la Policía Nacional en la zona, pero que consideran que no ha conseguido atajar del todo estos problemas.

Desde hace tiempo los residentes vienen denunciando la existencia de trapicheo de droga en las proximidades, lo que ha llevado a algunas comunidades de vecinos a reforzar la seguridad en los portales, ante la presencia por la noche de personas que los utilizaban para pincharse.

De hecho, en días pasados este mismo periódico se hacía eco de las quejas de los vecinos por la proliferación en las zonas verdes del entorno de Santa Marta de restos de esta actividad en forma de jeringuillas abandonadas, con una de las cuales se había pinchado un menor.

La cuestión es todavía más grave, porque una de las zonas sembradas con estos restos está situada en las proximidades de una guardería, lo que ha llevado a muchos padres a denunciar el riesgo que supone para sus hijos. De hecho, señalaron que el propio centro les había mandado un comunicado alertando del peligro para que extremasen el cuidado con los niños cuando juegan por la zona.

También, denuncian, es habitual encontrarse a personas merodeando por la zona y probando a ver si alguno de los vehículos estacionados tiene la puerta abierta o, en caso contrario, para romper un cristal y llevarse algún objeto del interior.

De los ataques nocturnos tampoco se libran los establecimientos, y el robo de la madrugada del sábado estuvo precedido de varias intrusiones en otros locales de la zona, que si durante el día, con la actividad del hospital Clínico registra una intensa actividad, tiene mucho menos movimiento durante las noches.

En el caso de este último robo, según explicaba el responsable del establecimiento, todo apunta a que los autores ya iban a tiro fijo, y que antes de cometer el delito ya habían estudiado el terreno previamente para conocer los horarios y la forma de acceder al interior del local.

Con todo, señaló, los medios utilizados no fueron precisamente sofisticados, porque se limitaron a forzar la cerradura y hacer saltar la puerta de cristal, sin importarles la presencia de la alarma, ni de las cámaras de vigilancia con las que está dotado el establecimiento.

Simplemente procedieron a entrar y a llevarse lo que encontraron más a mano, explicó. Simplemente el dinero suelto que había en aquel momento, y que ascendía a unos sesenta euros.

La actuación fue rápida, y ni siquiera provocaron mayores daños en las instalaciones, y no se registró ningún destrozo en muebles o utensilios del establecimiento. Cogieron lo primero que encontraron a mano, y desaparecieron lo antes posible.

Durante el período de confinamiento también se registraron problemas en algunos aparcamientos de la zona, donde los cacos aprovecharon que los propietarios permanecían en sus casas y no utilizaban el vehículo, para robar lo que se encontraban en el interior. Las comunidades llegaron a colocar carteles alertando a los vecinos de este problema para que extremasen la vigilancia.

Incluso hace años se llegó a denunciar el robo de cables en algún portal, al que algunos desaprensivos habían accedido para llevarse las tomas de tierra, con el consiguiente riesgo para los residentes en el caso de que se produjera una tormenta y no estuvieran enterados de que ya no funcionaba este sistema de protección.

reclamación
mayor vigilancia

··· Con motivo de la presencia de jeringuillas y otros restos abandonados en la zonas verdes, y de los últimos asaltos sufridos por varios negocios, los vecinos de la zona remitieron escritos al Ayuntamiento reclamando que se intensificaran las labores de limpieza y la vigilancia policial en la zona. Según explican, ahora hay más patrullas pero siguen existiendo problemas de seguridad como el sucedido la pasada noche.

··· El problema de la presencia de tráfico de drogas en las proximidades ya viene de antiguo, y de hecho en la pasada década una denuncia de este periódico facilitó el control del que fue bautizado como ‘telechute’, una cabina desde la que los clientes llamaban al distribuidor haciendo el encargo, y este se trasladaba después en moto hasta la cabina para hacer la entrega del pedido. También se han producido varias detenciones fruto de la vigilancia policial, pero el problema, según denuncian los vecinos, se mantiene.

Piden 34 años por dos robos con violencia en un estanco y una botica
De los tres acusados, uno inspeccionaba los locales y los otros dos entraban armados

Santiago. La Fiscalía pide penas que suman 34 años de cárcel para tres acusados de cometer dos atracos, en una farmacia y en un estanco, y que serán juzgados mañana en la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago.

Según la acusación pública, el 26 de diciembre de 2019, S.J.B., C.B.C. y E.J.B., se pusieron de acuerdo para atracar una farmacia situada en la calle Emilia Pardo Bazán. Así, E.J.B. entró en la botica y observó la situación dentro, para determinar “si las circunstancias eran favorables” para el robo, y avisar a sus dos compinches.

Tras la inspección, E.J.B., S.J.B. y C.B.C. entraron en la farmacia, con las cabezas cubiertas con pasamontañas y capuchas, y uno de ellos esgrimiendo un objeto punzante. Al grito de: “¡Esto es un atraco!” amedrentaron a las empleadas y a la clientela para llevarse la recaudación de la caja, el dinero que había en un recipiente bajo el mostrador, y el monedero de uno de los clientes. Días después, repitieron el mismo modus operandi en un estanco de Lavacolla, y lograron llevarse 200 euros y tabaco por valor de 188 euros.

El ministerio público los considera autores de un delito de robo con violencia, con la circunstancia agravante de disfraz, y pide 10 años de prisión para C.B.C, los mismos que para E.J.B. (5 años por cada uno de los atracos). En el caso de S.J.B., concurre la circunstancia agravante de multirreincidencia, ya que tiene cinco condenas anteriores por robos con violencia. e.p.

01 nov 2020 / 00:00
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