Alternativas al aparcamiento urbano
Desde 1886, en que Karl Benz inventa el primer prototipo de automóvil, el parque móvil mundial no ha parado de crecer convirtiéndose en el principal instrumento –y problema- de la movilidad doméstica.
El parque móvil español no ha sido ajeno a este crecimiento. en el primer trimestre del año ha experimentado un incremento del 1,6% respecto del mismo período del año anterior, situándose en términos absolutos en más de treinta y dos millones y medio de vehículos que circulan por nuestras carreteras y localidades.
El desarrollo urbano, sin embargo, durante décadas, ha permanecido sordo a este crecimiento y son innumerables las edificaciones que no cuentan con aparcamientos para albergar los vehículos de sus residentes. El resultado es que, en España, el 70% de los vehículos “duermen” en la calle.
El panorama de nuestras villas y ciudades es desolador y el medio ambiente y la salud comienzan a resentirse. Es por eso que, a partir de 2023, las ciudades de más de 50.000 habitantes deberán contar con una zona de bajas emisiones de acuerdo con la Ley de cambio climático y transición ecológica.
Todas estas variables llevan a considerar que el control y la instauración de esas zonas de bajas emisiones no podrán acometerse sin antes planificar alternativas eficientes para los más de 32 millones de vehículos que circulan por nuestras ciudades.
En un futuro no muy lejano el ensanche carecerá de libre circulación. El peatón será el protagonista siendo necesaria una planificación integral. Resolver la llegada de vehículos y el acceso de sus usuarios al centro de la ciudad es prioritario.
No compartimos la total peatonalización. A determinadas horas algunas calles pueden convertirse en peligrosas. El paso de algún vehículo ofrece seguridad. Hay ciudades en las que se parte de un planteamiento radical de eliminación del vehículo, significando la ruina de algunas calles y su consecuente degradación e inseguridad.
Las plazas de aparcamiento en superficie no deben eliminarse, sino reubicarse. Y estas deben conectarse con un buen sistema de transporte público.
Nuestro observatorio vial, propone la reserva de parcelas para futuros almacenamientos verticales de vehículos. Es la alternativa que está floreciendo en las principales urbes del planeta asfixiadas por la presión del automóvil. En particular, proponemos la construcción de un parking vertical en la ciudad de Santiago de Compostela que se ubicaría entre las calles Escultor Camilo Otero y Escultor Jesús Landeira, extendiéndose también debajo del viaducto de Antón Fraguas, además de una rotonda necesaria ya hoy en día. Se trata de un emplazamiento inmejorable, en el borde urbano, íntimamente conectado con arterias de entrada y salida y las infraestructuras ferroviarias y de transporte de pasajeros por carretera y en las proximidades de las áreas de mayor crecimiento urbano de la ciudad. Una pérgola guarecerá de la lluvia, sirviendo de conexión hasta la entrada del Ensanche.
La construcción de un aparcamiento vertical adaptado a las nuevas tecnologías inteligentes en cualquier de sus versiones, es notablemente más económica que la de uno subterráneo y en nuestra versión, en su aprovechamiento máximo podrían albergarse 945 vehículos. Inicialmente se trataría de un aparcamiento en superficie, posteriormente una parte soterrada si así se estimase y finalmente con 6 plantas de altura.
Su naturaleza sería de edificio puerta, acorde con el entorno y con singulares características arquitectónicas acompañadas de una urbanización adaptada al ciudadano, convirtiéndose en una infraestructura totalmente integrada en el conjunto urbano adyacente.
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