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Aparcar una mañana en el Clínico, ley de la selva. ¡Sálvese quien pueda!

Sin el prometido parquin en superficie, las casi 40 plazas habilitadas en verano no solucionan el caos // Ambulancias y autobuses sortean a los vehículos en doble fila y montados en aceras // Mismo panorama pese al incremento de consultas telefónicas

Basta con estar 10 minutos frente a la entrada principal del Hospital de Santiago para observar cómo el personal de seguridad del mismo llama la atención a cada minuto a los diferentes conductores que aparcan en la puerta mientras esperan a sus familiares, o mientras estos se bajan del coche. El problema no es nuevo, lleva años repitiéndose y el caos de aparcamiento en el hospital parece ya un compañero más de las visitas al médico. Con las plazas externas ocupadas desde primera hora de la mañana, hasta a los trabajadores les resulta complicado encontrar un aparcamiento en el espacio reservado para ellos. Son muchos los que acuden con margen suficiente para poder encontrar un espacio decente en el que dejar sus vehículos, antes de que comience el caos con las primeras llegadas a consultas.

En los últimos tiempos, el incremento de las consultas vía telefónica hacía pensar que el problema había amainado un poco, la situación es similar a lo que siempre ha ocurrido. Aquellos que no tienen dificultad para caminar el fragmento que separa el aparcamiento de Santa Marta de la entrada del hospital, optan por dejar su vehículo en esta gran área de estacionamiento en la que no suele haber problemas de espacio. Es una constante observar hileras de pacientes cruzando al pie el trayecto. Sin embargo, la situación se complica para aquellos que necesitan dejar al paciente cerca de la puerta, bien por falta de tiempo, bien por problemas de movilidad relacionados con la edad o con diferentes problemas físicos. “Eu o que fago é esperar e dar voltas”, explicaba ayer uno de los conductores que optó por dejar su coche en doble fila.

Montar el vehículo en la acera se ha convertido, más que en una solución temporal, en un modo más de aparcamiento. No queda una acera libre en todas las inmediaciones del hospital en las que se pueda estacionar, salvo la zona principal de acceso bajo vigilancia constante. Las alternativas pasan, además de por estacionar fuera del recinto hospitalario, por dejar el coche en el parquin de pago, una opción por la que no todos están dispuestos a pasar. Y hay quien se decanta por aparcar en el área de la urbanización San Ignacio de Loyola.

El pasado verano, a expensas de que el prometido parquin en superficie ni está ni se le espera, la Consellería de Infraestruturas decidió habilitar casi cuarenta nuevas plazas de aparcamiento en el recinto hospitalario compostelano, parte de ellas reservadas para personas con movilidad reducida. Los trabajos formaron parte del programa de mejora de los accesos a los centros hospitalarios de Santiago que está llevando a cabo el departamento autonómico y que, además de al Clínico, afectan también al Gil Casares y al hospital Provincial de Conxo. Sin embargo, a la vista de lo que sigue ocurriendo cada día, esta actuación no ha sido suficiente.

El famoso aparcamiento en superficie anunciado hace años quedó en suspensión con la llegada de la crisis económica. Estaba previsto habilitarlo en terrenos de la Universidad en la zona del Campus Vida, al otro lado de la carretera de Noia. Así, su uso podría aprovecharse tanto para estudiantes y profesores, como para las personas que acuden al hospital. En vistas de que el proyecto quedó relegado a que viniesen tiempos mejores, de lo que se fue tirando hasta el presente ha sido de soluciones temporales, como la parcela habilitada en la Avenida de Ferrol mientras no se desarrolla el proyecto urbanístico previsto para la zona.

09 mar 2021 / 13:02
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