Bando ya tiene un ‘novio’ con una oferta de algo menos de un millón
Casi dos décadas después de su cierre, el antiguo campo de tiro militar por fin salió a subasta tras el confinamiento y se presentó un candidato // Se espera que en breve haya adjudicación definitiva
Después de largos años de negociaciones frustradas para convertir el antiguo campo de tiro militar de Bando en un gran complejo deportivo centrado en el golf, por fin parece que los terrenos ya tienen comprador, y que podrían abandonar su actual estado de ruina y matorrales. En la puja convocada finalmente a comienzos de este año por el Ministerio de Defensa, los terrenos, de un millón de metros cuadrados, salieron a licitación por 982.286 euros, es decir, a casi uno el metro.
La solución al abandono de casi dos décadas de las instalaciones también se vio afectada por la pandemia y el estado de alarma, que obligó a paralizar todos los trámites administrativos. Así que la puja no se pudo celebrar hasta el verano, aunque afortunadamente con resultado positivo. De esta forma, ya solo queda pendiente que el acuerdo de la subasta se ratifique oficialmente.
La planificación urbanística elaborada por el Ayuntamiento prevé la construcción en este espacio de unas instalaciones deportivas con el golf como gran protagonista, pero con superficie para canchas de otras disciplinas, y un pequeño grupo de viviendas unifamiliares, por lo que la edificabilidad es baja, unos 60.000 metros cuadrados.
La conversión del recinto en campo de golf comenzó a planificarse después del cierre de las instalaciones en el año 2002, y justo cuando se inició el proyecto para dotar al aeropuerto de Lavacolla de una nueva terminal.
La construcción suponía ocupar los terrenos que habían sido cedidos durante años al Real Aero Club de Santiago, y donde esta sociedad había construido unas instalaciones de las que tuvo que trasladarse.
La solución parecía fácil, y consistía en acondicionar este espacio, que llevaba ya años a monte, y al tiempo permitir que la sociedad continuara en Santiago aprovechando el tirón turístico de estas instalaciones deportivas. Pero el encaje legal de la operación no fue posible.
En principio, los terrenos desafectados de Defensa deberían destinarse a la construcción de vivienda de protección oficial, al menos en un 40 % de la superficie, pero en este caso, al estar a unos cuantos kilómetros del centro urbano, es poco inviable. Finalmente, no se encontró encaje para la operación, y el Aero Club buscó otra ubicación para sus instalaciones.
Aún así, el Ayuntamiento mantuvo la planificación urbanística, que es a la que ahora tendrá que ajustarse el comprador de los terrenos. Pese a todo, con las limitaciones, el precio era lo suficientemente atractivo como para llamar la atención de la iniciativa privada, ya que se había producido una considerable rebaja en el precio.
En este sentido, el alcalde compostelano, Sánchez Bugallo, manifestó que no tenía confirmación oficial de que se hubiera cerrado ya la venta, pero que con el actual precio la operación era rentable a corto o medio plazo, y que si en su momento, cuando el Ayuntamiento, (después de que fracasara, también por razones económicas y legales, la opción del Real Aero Club), intentó promover la ciudad deportiva para luego cederla en régimen de concesión, se le habían solicitado veinticuatro millones. Luego se bajaron hasta dieciocho, cantidades que eran totalmente inasumibles, por lo que Defensa ya anunció en 2004 que saldría a subasta.
El resto ya es historia, vino la crisis del ladrillo, el procedimiento se fue retrasando hasta el mes de marzo de este mismo año, cuando se anunció la subasta con el nuevo precio. Tras la parálisis por el estado de alarma, finalmente se reabrieron los plazos en junio, y el BOE anunció la apertura del proceso el 11 de julio.
··· Los terrenos salieron a subasta a comienzos de este año, en la modalidad de tres pujas. La primera ascendía al importe de 982.286 euros. En caso de no cubrirse, bajaría en segunda licitación a 884.057, y en tercera a 751.448 euros. En esta ocasión no hizo falta esperar a la tercera fase, porque en la primera ya apareció una oferta que cubría el precio, y que ahora solo está pendiente de que la operación reciba la ratificación oficial por parte del Ministerio.
··· Las instalaciones militares se cerraron en 2002, cuando dejaron de celebrarse allí los campeonatos militares de tiro que tenían lugar todos los años. Además, los terrenos fueron escenario de otras actividades de las Fuerzas Armadas, como maniobras militares en los tiempos en los que el actual edificio del Parlamento de Galicia era el cuartel de la Brilat. También en su momento la Policía Nacional y la Guardia Civil realizaron prácticas de ejercicios tácticos en este mismo recinto.