Cientos de jóvenes celebraron el fin de Selectividad ante un fuerte dispositivo de vigilancia

El Ayuntamiento de Santiago preparó un amplio dispositivo policial ayer ante el temor de que los jóvenes que terminaban las pruebas de Selectividad pudieran desmandarse más de la cuenta.

Y es que después de tres días de tensión repletos de exámenes y acumulando muchos nervios, entra dentro de lo razonable que los estudiantes quisieran celebrar la conclusión de tan dura prueba, en la que se juegan el poder acceder a los grados universitarios que desean. Por esta razón, el concejal de Seguridad Ciudadana, Gonzalo Muíños, confirmó a EL CORREO GALLEGO que se incrementó el dispositivo habitual de la Policía Local para patrullar con más coches y agentes y evitar así las posibles tentaciones de los chavales. “Como ya hicimos en otras ocasiones similares, desde ayer hubo una vigilancia especial ante las posibles celebraciones por el fin de Selectividad y los exámenes de la USC, que se alargará hoy también”, señaló Gonzalo Muíños.

Hay que tener en cuenta que al fin de las pruebas de la ABAU se suma también el término del curso universitario y los exámenes, así que la situación se vuelve delicada. De hecho, el martes la Policía Local tuvo que acudir a diez fiestas que se estaban celebrando en pisos, lo que desató los temores del Concello.

Además, a todo esto se une el buen tiempo reinante y las temperaturas agradables que invitan a celebrar el fin de la Selectividad y los exámenes en la calle.

De momento, los negocios de hostelería solo pueden abrir hasta la una de la madrugada, los que sirven cenas o tapeo, lo que provoca que la gente con ganas de marcha acabe continuando de fiesta en domicilios particulares o en la calle. Por ahora, pubs y discotecas continúan cerrados, así que la gente opta por sus casas o la calle para seguir la fiesta.

Los agentes municipales se dedicaron principalmente a controlar las fiestas en los pisos, acudiendo a la llamada de los vecinos y también prestaron especial vigilancia a las zonas verdes de la ciudad como la Alameda, el Campus Vida, el Monte de Deus o la Finca do Espiño, que son puntos en los que los jóvenes suelen reunirse en Santiago para hacer botellones.

También prestaron especial atención a algunas terrazas de hostelería para evitar que en ellas se acumulara más gente de la debida, como ya ocurrió durante algún fin de semana anterior en el que reinó el buen tiempo.

EL TARDEO SIGUE TRIUNFANDO EN SANTIAGO. Así, ya por la tarde se notaba mucho ambiente en las terrazas de la zona nueva, como en la plaza Roxa y en el casco histórico, en Porta Faxeira, la plaza de A Quintana, en A Raíña o en la plaza de San Agustín, entre otros lugares.

Y es que el tardeo sigue imponiéndose como tendencia, a la hora de salir a tomar algo, ante la imposibilidad de hacerlo hasta la madrugada en un bar. Además de velar por que se cumplan con los aforos y las distancias de seguridad, la Policía también insiste mucho en el uso de la mascarilla, incluso en los establecimientos hosteleros.

De hecho, con la Policía Local no valen las excusas del tipo “es que estoy con el refresco o el café”, porque antes de multar a una persona, los agentes suelen estar controlándola durante varios minutos, para comprobar si cumplen con la normativa que obliga a llevar la mascarilla en todo momento y solo quitársela en el momento que se come o bebe.

Las autoridades esperan que estas celebraciones no pongan en peligro la evolución positiva de los datos no solo en Santiago, sino en toda Galicia, donde por fin ya se ha conseguido estar en el nivel bajo.

Y es que aunque la vacunación avanza a buen ritmo, todavía no ha llegado a las franjas de edad de los más jóvenes, que son, precisamente, los que están más ávidos de fiesta, sobre todo, en fechas marcadas, como el fin de los exámenes y la Selectividad. “Esperemos que la gente sea cauta, porque además los más jóvenes aún están sin vacunar”, comentó Muíños.