Clamor vecinal en Conxo contra los okupas en unas viviendas ruinosas

Okupas, amenazas y viviendas en estado más que ruinoso colman la paciencia de los vecinos de la zona más alta de Conxo. Mientras Santa Marta florece con los edificios más cotizados de la capital gallega, el área que queda entre estos dos barrios se ha convertido en una especie de asentamiento chabolista, en el que se aprovechan de la dejadez de los propietarios para introducirse en las casas abandonadas, generando un clima de hostilidad del que están más que cansados los residentes.

“La empresa constructora de Santa Marta compró el 50 por ciento de los terrenos de esta zona, dónde está edificando, pero no pudo adquirir más por la negativa de los propietarios. Así, se han quedado estas casas abandonadas, en las que se introducen okupas sin que nadie haga nada”, critica una de las afectadas en declaraciones a EL CORREO GALLEGO.

Según señala la citada vecina, el último suceso de esta trágica novela, que se lleva prolongando desde hace tres años, tuvo lugar hace un mes, cuando el morador del número 13 de la calle Conxo de Arriba, en la trasera del Colegio Quiroga Palacios, decidió, en su enfrentamiento con la matriarca del asentamiento, romper las paredes del habitáculo.

“Dentro del grupo existe una dueña que incluso cobra para que la gente se meta a vivir ahí. Por ello, el último que estuvo, como lo echaron, decidió romper con un mazo las paredes de la casa, quedando todo en un estado lamentable. Cualquier día se viene abajo y lo peor es que nadie hace nada por evitarlo”, reclama.

Aprovechando que la Administración no puede actuar, dado que se trata de una propiedad privada y que sus dueños no reclaman, este pasado fin de semana, citan, todos pudieron comprobar como estaban pasando el cable para engancharlo al poste de la luz, como paso previo a la llegada de un nuevo inquilino al “habitáculo”.

Este hecho, sin duda, prolongará la problemática existente, en la que, por ejemplo, “los orines lanzados a la calle por el espacio dedicado a la ventana” es una constante con la que tienen que lidiar diariamente, y se encuentran hartos.

“Es una vergüenza porque somos los principales perjudicados. Nos amenazan hasta por mirar por la ventana. Llevamos así años, pero nadie nos ayuda. Cada vez que llamamos, viene la Policía Nacional, les recoge la documentación, pero nada más. Parece que ellos tienen derechos y nosotros no”, confiesa.

A mayores, explica, “a partir de uno de nosotros, al que tienen amedrentado, le cogen el agua de la manguera y la aprovechan para lavar la ropa y ducharse, siendo la calle un reguero constante”. Asimismo, la acumulación de basura es otro de los motivos de queja. “Construí aquí la casa hace doce años y pago casi mil euros de IBI como cualquier compostelano, pero por aquí no pasa ningún barrendero. Tenemos que hacer el trabajo entre los vecinos”, critica.

Si se presume, a todos los niveles, de la prosperidad de Santa Marta como principal área de crecimiento residencial en Santiago, no pueden entender como se deja, a escasos metros, todo esto abandonado. “Es indignante”, tildan.

Por todo ello, sólo piden y desean que el dolor de cabeza en el que se ha convertido vivir en esta calle, se acabe cuanto antes. Solicitan a los propietarios que recapaciten y denuncien, por el bien de los que están sufriendo, y a las Administraciones que actúen para evitar que esta situación se prolongue más y que se pueda producir alguna catástrofe, sobre todo por el posible derrumbe de las infraestructuras.