Cosas que no cambian: así fue la mañana de Reyes en Compostela
Rosalía decidió primero abrir su caja rosa con el logo de Barbie, antes de proceder a sacar el envoltorio del oso de peluche que observaba atentamente su hermana pequeña, Elsa, justo en frente de ella. En cambio, en casa de Ismael, Ana y Diego, cada uno prefirió concentrarse en abrir su propio paquete. De compartir también sabe Andrea, que observaba sentada de piernas cruzadas en el salón como Julia y Carla sacaban el papel a sus regalos. Lúa o Kevin no tuvieron el mismo problema, ya que fueron ellos los que se llevaron todo el pastel. Tampoco Breixo, quien apuró para bajar a la calle con los primeros rayos de sol y estrenar así su nueva moto en el empedrado compostelano. Él fue un poco más clásico frente a los que han apostado por la tecnología, la gran revolucionadora de los escaparates navideños en los últimos años.
En un final de 2020 y comienzo de 2021 en el que tantas cosas son diferentes, hay algunas que todavía no han cambiado: la ilusión de los que reciben esos ansiados pedidos que habían escrito con cariño en sus cartas de Papá Noel y de, en este caso, Reyes. También se mantiene la sorpresa de los que, pese a ser ya adultos, reciben algún regalo inesperado. Se conservan otras tradiciones: como la de dejar un pequeño aperitivo para sus majestades y los camellos. En casa de Lúa eligieron tres tazas rojas y tres platitos con un dulce: por la mañana ella abría sus regalos con la vajilla ya vacía de comida y bebida a un lado.
Pese a una ilusión intacta, la de ayer fue en Compostela una mañana algo diferente. Muchas familias decidieron no juntarse de la misma forma que lo habían hecho otros años, y muchos no habrán realizado el tradicional recorrido casa a casa para recoger los diferentes regalos de la familia. Los más pequeños lo saben bien, acostumbrados desde el mes de marzo a seguir estrictas indicaciones en el colegio y después de pasar muchas semanas dando clase desde casa cuando comenzó la pandemia en marzo.
VUELTA AL COLE. Todos ellos, igual que el resto de alumnos gallegos, volverán a las aulas este viernes 8 de enero, como estaba previsto. Así quedó ratificado el pasado martes tras la reunión del comité clínico que, pese a haber barajado retrasarlo al lunes 11, no introdujo novedades al respecto. El conselleiro de Educación, Román Rodríguez, ya había indicado que no se realizarían cambios salvo que las autoridades sanitarias indicasen que, por seguridad, era mejor retrasar la vuelta a las aulas tras los reencuentros de las fiestas navideñas. En cualquier caso, el titular de Educación indicó que “lo más importante de todo esto es reafirmarse en que los centros educativos y las aulas son lugares seguros” en la comunidad gallega.
En el caso del área sanitaria de Santiago, la primera mitad del curso terminó el pasado 22 de diciembre con 156 casos activos y 10 aulas cerradas. De ellos, 24 contagios y dos aulas cerradas corresponden al Concello de Santiago. Esa cifra fue bastante más alta durante el mes de octubre, cuando se vivió el primer pico de la segunda ola de la pandemia. En ese momento, los contagios llegaron al medio centenar. En todo caso, la situación es mucho mejor de la pronosticada cuando comenzó el curso en septiembre.