“Cuanto mejor formados estén nuestros investigadores es más probable ser una sociedad rica”

Es usted uno de los investigadores que desarrollan en Santiago un proyecto del Consejo Europeo de Investigación (ERC), ¿en qué consiste su propuesta?

Bueno, el periodo oficial que cubre el proyecto ha finalizado este año, aunque obviamente seguimos trabajando en el tema. De hecho, la concesión del proyecto en 2014 fue lo que me llevó a abrir esta línea de investigación. El proyecto que planteé tenía por objetivo desarrollar catalizadores sintéticos, basados en metales, que pudieran funcionar en sistemas vivos, de alguna forma imitando a los enzimas naturales, que son los catalizadores que todos tenemos en nuestras células. La ventaja es que los catalizadores artificiales los podríamos diseñar nosotros, para hacer reacciones y transformaciones químicas que no existen en los seres vivos. Nuestro grupo es experto en realizar este tipo de catálisis en matraces de laboratorio.

¿Nos puede desgranar el reto?

Consistía en trasladar estas catálisis a células u organismos vivos, que son mucho más complejos, y hay muchas posibilidades de que pase de todo, menos lo que nosotros queremos. Era un objetivo de mucho riesgo, y de hecho nos costó bastante obtener los primeros resultados. Ahora las cosas van mejor, y digamos que ya hemos abierto la veda. De hecho, modestamente creo que estamos entre los grupos pioneros en el mundo en este campo de investigación.

¿Qué financiación ha obtenido?

La financiación para todo el periodo era en torno a los 2,3 millones de euros. Una de las grandes ventajas de este tipo de proyectos ERC, que contrasta con todos los demás, es que es la ejecución del gasto es bastante flexible, siempre que se pueda justificar, y la burocracia es muy limitada; una maravilla. Son proyectos que se basan en la confianza en los científicos, pues después de todo, son seleccionados mediante un proceso muy selectivo a nivel internacional. Lo que pretenden es facilitar que los científicos podamos dedicar el tiempo a hacer ciencia. Creo que el ERC es un buen ejemplo para muchas otras agencias e instituciones.

¿Cuánto empleo ha generado en Santiago?

Directamente relacionado con el proyecto, contando la gente contratada y los que han obtenido beca habré mantenido unas 10-12 personas por año trabajando en líneas temáticas del proyecto. Desde 2014 se habrán generado en torno a 25-30 empleos de forma directa. Además, la contratación de estudiantes genera empleo adicional en el entorno, y la gente que se ha formado en el grupo, ha conseguido otro tipo de empleos una vez egresados. Incluso, alguno de ellos ya están a su vez generando empleo.

Háblenos de la calidad del empleo que generan las grant ERC y de su equipo en el CiQUS

Bueno, los estudiantes y personal técnico que contratamos en general son gente que han destacado en sus estudios y que, después de estar en el grupo y en el CiQUS, adquieren un nivel de formación excepcional que les permite continuar una vida académica o profesional con las mejores garantías. Necesitamos mucha gente de este perfil para liderar la sociedad de bienestar y progreso del futuro.

¿Qué beneficios en términos científicos o de formación aportan estos proyectos de investigación?

En términos científicos son proyectos que apuestan por trabajo de alto riesgo en la frontera del conocimiento; y por eso, cuando hay éxito, los resultados se pueden publicar en las revistas de mayor prestigio a nivel internacional, y generan mucho impacto. Nuestro trabajo ha permitido obtener información muy relevante sobre química celular, y ha contribuido de forma decisiva a abrir un nuevo campo de investigación. A nivel formativo, el proyecto ha dado resultados muy buenos, pues es un ámbito muy multidisciplinar, y por lo tanto los estudiantes adquieren una base de conocimiento muy amplia y una enorme madurez. Adquieren un perfil muy demandado tanto a nivel investigador o académico, como profesional.

¿Cuáles son sus beneficios en términos industriales?

Los proyectos ERC se centran en aspectos fundamentales de la ciencia, más que en la búsqueda de aplicaciones inmediatas. Pero la sociedad, y los políticos, deben ser conscientes de que sin los avances en ciencia básica, hoy no tendríamos el estado de bienestar y el desarrollo tecnológico del que disfrutamos. De todas formas, nosotros hemos tenido algún resultado que ya estamos tratando de explotar para posibles aplicaciones en el uso de complejos metálicos en biomedicina.

¿Tiene el proyecto un impacto económico inmediato?

A nivel económico ha tenido un impacto inmediato derivado de la entrada de una cantidad sustancial de dinero europeo en la institución. Alguno de los resultados científicos asociados al desarrollo de la investigación ha generado una patente, y como comenté antes, han llevado a nuevos proyectos con un perfil mas aplicado, en este caso, tratando de desarrollar nuevas estrategias anticáncer. Parte de estos estudios han recibido apoyo a través de programas como IGnicia o el Proof of Concept de la ERC.

¿Y cuál es el impacto social? ¿Qué reporta a Santiago?

A nivel internacional, los proyectos ERC representan el indicador más importante de prestigio científico no solo para el investigador, sino también para las instituciones, las ciudades y las regiones. De hecho, como director científico del CiQUS, estoy muy orgulloso de que en solo 8 años hayamos pasado de 1 a 10 proyectos ERC. El prestigio y la visibilidad son muy importantes, pues eso atrae talento y empresas. Por supuesto, todo esto también se traduce en movimiento económico. Un aspecto esencial es el derivado de la actividad formativa asociada al desarrollo del proyecto. Es un tema al que no se le suele prestar atención; pero la gente que formamos hoy es la que va a liderar la sociedad mañana. Cuanta más gente de este tipo tengamos, y mejor formados estén, hay muchas más posibilidades de alcanzar una sociedad rica a todos los niveles, económico, cultural, tecnológico y social. Esto beneficiará a todo el mundo y a todas las clases sociales. Los tenemos que formar, y después que puedan tener la oportunidad de demostrar lo que valen.

¿Cree que la sociedad es consciente del importantísimo trabajo que realizan los investigadores?

Bueno, seguramente no. Aunque es importante que los científicos se acerquen más a la sociedad, creo que sería muy positivo que haya un mayor número de periodistas bien formados en ciencia, que sean capaces de comunicar con sencillez, pero con rigor, y transmitir a la sociedad todos los beneficios asociados a la creación y generación de conocimiento científico. También es importante señalar que no por el hecho de que se haga investigación, incluso en temas relevantes, como el cáncer, o ahora el covid, hay que financiarla. La sociedad y los organismos financiadores tienen que apoyar la investigación de calidad, la que ha sido evaluada de forma independiente y externa.

A nivel profesional, ¿qué le preocupa más en este momento?

Me preocupan mensajes que se dan desde muchos ámbitos políticos, sindicales o académicos, que están poniendo en entredicho el valor del esfuerzo y del mérito. Una cosa es la igualdad de oportunidades, que debe ser sagrada, y otra es el igualitarismo y café para todos, que es muy desmotivador para la gente joven y con ganas. Por otra parte, todos los días oímos a políticos y representantes hablar de lo importante que es atraer y retener talento. Pues bien, la única forma de hacerlo es asegurando que nuestras instituciones, y sobre todo la Universidad, seleccionen y promocionen a su personal (profesorado) utilizando mecanismos que aseguren la contratación de los mejores, no a los que lleven más tiempo, hayan dado más clases, o encajen en determinados perfiles docentes.

¿Cómo se puede conseguir?

Son mecanismos que están muy establecidos en universidades punteras en el mundo, que aseguran la contratación de verdadero talento, y le ofrecen un campo de juego para que puedan demostrar su valía. En gestión de la ciencia y la universidad está todo inventado. Solo tenemos que mirar a los que lo hacen bien, y hacer lo mismo, adaptado a nuestras peculiaridades. Pero en esto soy pesimista, y no creo que haya muchos cambios a corto plazo.