Desalojadas las sedes judiciales debido a una amenaza de bomba
La ‘broma’ obligó a desplegar a los especialistas en explosivos, que rastrearon tanto los edificios de Fontiñas como el Gaiás
Una amenaza de bomba obligó a primera hora de la tarde de ayer a desalojar los juzgados de Santiago, radicados en el barrio de Fontiñas, y a inspeccionar las instalaciones donde se está desarrollando el juicio del caso Alvia, el edificio CINC de la Cidade da Cultura. Tras recibirse en Madrid una llamada que alertaba de la colocación de un artefacto explosivo en la sede judicial de Compostela, la Policía Nacional compostelana fue advertida de la amenaza y montó de inmediato un amplio dispositivo dirigido a inspeccionar los juzgados. El rastreo se amplió también al edificio donde esta semana dio comienzo el macrojuicio del tren Alvia por considerarse también, mientras dure la vista, sede judicial. Se trata de una sala de más de mil metros cuadrados de superficie radicada en el Gaiás.
Fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia confirmaron, sobre las 16.00 horas de ayer, que la Policía Nacional avisó al juez decano de Santiago de la existencia de una llamada con una amenaza de bomba, por lo que el magistrado tomó inmediatamente la decisión de desalojar los dos edificios judiciales de la capital gallega hasta que los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) inspeccionasen ambos inmuebles.
El alto tribunal señaló que el rastreo se amplió a la zona de la Ciudad de la Cultura habilitada para el juicio del Alvia, “al considerarse ahora mimo sede judicial”. De hecho, se trata de la sala de vistas más grande habilitada jamás en Galicia debido a los varios centenares de testigos, abogados y peritos que participarán en el macrojuicio por el descarrilamiento, hace nueve años, de un tren rápido a muy pocos kilómetros de la estación de Santiago, accidente que costó la vida a ochenta personas.
Tras las inspecciones realizadas, con resultado negativo, las fuerzas de seguridad retiraron el dispositivo en torno a las seis de la tarde, momento en el que volvió la normalidad tanto a Fontiñas como al Gaiás, donde ayer comenzó de nuevo la vacunación contra el covid, la cuarta dosis, a los mayores de ochenta años. La amenaza de bomba obligó a paralizar el proceso durante el tiempo del registro.