Desalojan un edificio de la Rúa do Vilar tras un incendio en un cuadro eléctrico

Las alarmas saltaron ayer por la noche en pleno casco histórico, cuando poco antes de las diez de la noche, en el edificio situado en el número 30-32 de la Rúa do Vilar, se desató un incendio que obligó a desalojar todas las viviendas del inmueble. Hasta la zona se desplazaron dos unidades de Bomberos, que recibieron el aviso a las 21.41 horas, efectivos de la Policía Nacional y Local y dos ambulancias.

Aunque varios de los pisos están ocupados por oficinas, y en ese momento ya no había nadie, los servicios de Emergencias sí tuvieron que sacar a dos personas, primero a un hombre, que fue rescatado por los Bomberos, y poco después, pasadas ya las diez y media de la noche, a una mujer en silla de ruedas que, a pesar de las bajas temperaturas que se registraban en Santiago, tuvo que esperar cerca de media hora a que llegara una ambulancia, como pudo comprobar este periódico. Hasta el lugar se desplazó también el edil de Seguridad y Movilidad de la capital gallega, Gonzalo Muíños.

Según señalaron fuentes policiales, el incendio “se originó en el cuadro de luces” y las llamas se expandieron por distintas zonas del edificio. El suceso provocó que se movilizase un gran despliegue de efectivos de emergencias y desató las alarmas en este punto del casco histórico de la capital gallega, situado a tan solo unos metros de la Catedral. La tensión fue máxima cuando ya había pasado más de media hora del inicio del incendio y comprobaron que todavía quedaban personas en el interior del edificio, en este caso una señora de avanzada edad. Finalmente, dos vecinos tuvieron que ser trasladados en ambulancia a un centro hospitalario para recibir asistencia médica.

En esta zona de la Rúa do Vilar, el edificio situado justo al lado de donde anoche se produjo el incendio, también fue noticia el pasado año, porque después de que la Oficina de Turismo dejase las instalaciones fue objeto de una okupación, y fue necesaria la intervención de efectivos policiales para desalojarlo. En los bajos, al parecer, ‘residía’ un viejo conocido de los comerciantes y la policía, y cuando consiguieron entrar encontraron varios objetos, entre ellos algunas prendas que incluso tenían todavía la etiqueta de la tienda.