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Donato Albela Ande: un sabio perdido para Galicia

Un capítulo en penumbra de la historia de la Escuela Médica compostelana es el de aquellos profesores, auxiliares o adjuntos, que pasaron desapercibidos entre las grandes figuras. Muchos de ellos de evidente valía. Hoy les hablaré de uno.

Nacimiento y Juventud

Donato Albela nació en Santiago el 8 de noviembre de 1893. En el Instituto local cursó su bachillerato y, en nuestra Facultad la carrera de Medicina de 1911 a junio de 1917, con 22 matrículas de honor y tres sobresalientes.

Fue alumno interno numerario de Medicina Legal de 1916 hasta su licenciatura.

Posteriormente, cursó Análisis clínico en la Facultad de Farmacia, asignatura que era frecuente llevar aprobada a Madrid para cursar el doctorado.

El 14 de septiembre de 1917 realizó los ejercicios del grado de licenciado, tocándole en suerte los temas: 1.-Patogenia y tratamiento del coma diabético y 2.- Conservación de los cadáveres. El tribunal que le otorgó el grado de Licenciado “a mérito” estaba presidido por el profesor D. Narciso Carrero Goyanes, secretario el Dr. D. Fernando Alsina y vocal D. Antonio Martínez de la Riva. Obtuvo el Premio extraordinario de licenciatura.

Petición a la JAE

El 5 de febrero de 1918 solicita pensión (beca) a la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones científicas, JAE para U.S.A porque desea ampliar sus estudios sobre química biológica, en lo que se refiere a los exámenes microquímicos de la sangre, empleando métodos colorimétricos. Se propone seguir los cursos de patología de los laboratorios de los profesores F.B. Mallory y J.H. Wright y los de química biológica de Otto Folin, en la Universidad de Harvard. También los cursos y trabajos sobre el cultivo de tejidos del profesor Lambert, en Columbia.

Alega ser licenciado en Medicina con las asignaturas del doctorado aprobadas, --en Madrid previamente a la presentación de la tesis doctoral se cursaban Historia crítica de la Medicina e Histología, amén de análisis clínico, con algunas variantes, según las épocas-- así como haber trabajado durante dos años en el laboratorio del Sanatorio de Baltar y Varela Radío; estar siguiendo un curso de ampliación de estudios sanitarios en el Instituto Alfonso XIII, y dominar el francés, inglés y alemán. Además presenta un trabajo de investigación personal sobre la Evaluación colorimétrica del ácido úrico y ofrece presentar otro sobre cultivo de tejidos “in vitro”. También que está exento del servicio militar. No consta que se le concediese.

Doctorado y profesor Auxiliar

En la Universidad Central se doctoró, en 1919, con la tesis: El complemento humano en el suerodiagnóstico (sic) de la sífilis.

El 27 de febrero de 1919, ya doctor, solicita nuevamente una pensión de ocho meses para ampliar sus estudios de Bacteriología de la sífilis, de la poliomielitis anterior aguda epidémica y de la espiroquetosis icterohemorrágica en toda su extensión: cultivos, inmunodiagnóstico e inmunoterapia. Pretende realizarlos en el Instituto Rockefeller de Nueva York bajo la dirección de los profesores Simon Flexner y su ayudante Hideyo Noguchi. Presenta su excelente expediente académico, el grado de doctor, su actividad en el Sanatorio Baltar-Varela y la posesión de un Diploma de aptitud para trabajos de Bacteriología, Parasitología, Análisis químicos, policía sanitaria, sueroterapia, vacunología y desinfección, obtenido previo examen y firmado por D. Santiago Ramón y Cajal, como fruto del curso del Instituto Alfonso XIII. Presenta su trabajo de tesis y el de evaluación colorimétrica del ácido úrico.

El 30 de octubre de 1919 se le nombra profesor auxiliar temporal de la facultad de Medicina y se le confirma en julio de 1920.

Pensiónado en el extranjero

El 4 de abril de 1920 ya como profesor Auxiliar temporal de Histología y Anatomía patológica solicitó una pensión para ampliar estudios de Anatomía patológica en Friburgo con el profesor Ludwig Aschoff, en particular sobre histopatología del riñón, con idea de perfeccionar también su conocimiento macroscópico de las lesiones “con los medios que proporcionan los anfiteatros de gran movimiento y escrupulosa técnica de autopsias, así como los buenos museos”. Solicita “ocho meses de estancia y la retribución que la Junta tenga por norma en casos análogos”.

A los méritos comentados, añade los trabajos de histopatología realizados en la Escuela de Veterinaria de Santiago con el profesor Abelardo Gallego Canel—discípulo de Cajal e íntimo amigo de Nóvoa Santos a quién le escribió los temas de histopatología de la Patología general--, el nombramiento de Auxiliar y el capítulo de bacteriología y anatomía patológica de la lepra que se publicará “en una importante obra de patología médica en Granada” y que presentará a la Junta acompañada de acuarelas de las preparaciones microscópicas obtenidas con material del Hospital de San Lázaro en Santiago. Esto hace referencia al capítulo de lepra que, con Gil Casares, publicó en el monumental Tratado Iberoamericano de Medicina Interna, coordinado por Fidel Fernández. También refiere estar haciendo un trabajo sobre disembriomas de parótida que presentará cuando lo termine.

Al fin se le concede en noviembre de 1920. No obstante, en febrero de 1921 escribe a Cajal, presidente de la JAE, explicando que no ha podido hacer uso de la misma a causa de las restricciones del gobierno alemán para entrada de estudiantes extranjeros y haberle sido encargada una cátedra vacante y tener que realizar pronto oposiciones. Solicita comenzar en septiembre. Ya a partir de noviembre de 1921 acredita mensualmente su presencia ante nuestras autoridades diplomáticas en Alemania. De octubre a noviembre hace un cursillo privado de métodos bacteriológicos básicos en Berlín con el profesor Konrich. A continuación, hizo un trabajo sobre las posibles variaciones del índice fagocitario en cobayas sometidos a radiaciones ultravioletas, que fue publicado en la importante revista Deutsche Medizinische Wochenschrift.

Volvió a España el 3 de marzo de 1922 para opositar a cátedras. Regresó a Alemania en 1922 cuando ya el personal universitario había sido segregado de las pensiones de la JAE por ley de presupuestos de 1922-23.

En 1924 se le concede prórroga por tres meses en iguales condiciones económicas.

Había desempeñado cátedra de histología e histoquimia y Anatomía patológica breves semanas en 1920 y 21 y de Bacteriología de octubre de 1920 a septiembre de 1921, quedando excedente el 30 de diciembre de 1922, lo que coincide con su ingreso en mayo en Sanidad exterior y en el prestigioso cuerpo de Médicos de Sanidad nacional, estableciéndose en Huelva y Canarias donde desempeñó puestos como el de Jefe Superior de Sanidad de Tenerife, entre otros, en el que seguía en 1959, siendo además académico numerario de la Academia de Medicina de Canarias. Siguió presentándose a alguna cátedra más como a la de Higiene en Salamanca en 1923, sin éxito según parece.

04 oct 2021 / 01:00
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