Dos jóvenes de 15 años acaban en coma etílico en el Clínico la noche de Halloween

La madrugada de Halloween remató en la capital gallega con un rosario de incidencias que incluso probaron la capacidad de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Entre los sucesos que supusieron un mayor despliegue de medios, hacía balance ayer el concejal de Seguridade Cidadá, Gonzalo Muíños, el traslado al CHUS de dos menores de apenas 15 años con una intoxicación etílica severa, rozando el estado de coma.

Según el relato del edil, los hechos se produjeron en el Campus Vida, donde se celebró un botellón ilegal en el que participaron numerosos menores. En medio de una noche de múltiples llamadas de vecinos y gran afluencia de personas en las calles tanto del Ensanche como de la zona vieja, el cuerpo municipal recibió una llamada de alerta en la que se comunicaba que dos menores habían perdido el conocimiento tras ingerir grandes dosis de alcohol en la fiesta que se estaba celebrando en el conocido como Campillo del Campus Sur. Además, uno de ellos había sufrido una caída que le provocó un preocupante golpe en la cabeza.

Los servicios de emergencias que se desplazaron hasta la zona universitaria confirmaron, tras una primera exploración, que era necesario su traslado a un centro hospitalario, que fue escoltado por la propia Policía Local. Además, los agentes se encargaron también de identificar a los jóvenes y de contactar con sus familias para comunicarles lo que había sucedido. Al poco tiempo se personaron en el hospital Clínico de Santiago las madres de los muchachos.

Pero no fue este el único asunto del que se tuvo que ocupar el cuerpo municipal en la madrugada de este Día de Todos los Santos. De hecho, se registraron incidencias en diferentes puntos de la ciudad. Del primer balance se desprende que fue necesario desactivar seis fiestas en pisos; y que fueron propuestas para sanción cuatro personas por consumo de alcohol en la vía pública, nueve por orinar en la calle y otras tres por vociferar, según los datos aportados por Gonzalo Muínos, quien indicó que “toda la noche hubo muchísima gente en la ciudad. La fiesta de Halloween se está asentando y la verdad es que nunca se había visto tanta gente en las calles con motivo de esta fiesta”.

Por otro lado, lamentó el episodio que protagonizaron los dos menores de edad que tuvieron que ser trasladados al hospital en coma etílico. Y en este contexto hizo un llamamiento a las familias para que velen por el bienestar de los menores de edad.

BOTELLÓN. La capital gallega amaneció ayer con un escenario casi bélico. A primera hora de la mañana todavía se podían ver en el Campus Vida los restos de lo que había sido un gran botellón, como denunció en sus redes sociales el popular Adrián Villa. Y no solo allí. Papeleras rebosantes de botellas vacías y vasos tirados ponían de manifiesto que la noche había sido larga.

Por otro lado, el Cuerpo Nacional de Policía precintó un comercio de la rúa Xeneral Pardiñas que amaneció con la persiana del acceso principal completamente reventada. Quienes lo hicieron consiguieron abrir un espacio lo suficientemente grande como para pasar una persona.