"La educación en Agasalle es vivencial, creativa y motivadora"

Bajo un proyecto para completar el servicio educativo de 0 a 3 años en Santiago surgió, en el 2012, la Escuela Infantil Agasalle, un centro plurilíngüe, situado en las instalaciones anexas al Colegio La Salle, y fundado por Carlos Alvite, Fernando Coucheiro y Francisco Alvite.

¿En qué consiste el proyecto de Agasalle?

El proyecto surgió en el 2012 con la idea de facilitar una educación vivencial, creativa y motivadora para los niños. Nuestra escuela es un taller de los sentidos, donde cada día es una aventura nueva para ellos. Al contrario que el método tradicional, que es memorístico, el nuestro es vivencial, porque son ellos los que viven sus propias experiencias. Es creativo, ya que crean su propio aprendizaje, enseñándoles a pensar por sí mismos, pero no de una manera determinada. Y es motivadora, porque motivados, el aprendizaje es más significativo. Preparamos una serie de instalaciones, combinadas con música, para que los niños se sientan atraídos, interactúen, experimenten y saquen sus conclusiones.

¿Cada cuánto se cambian esas instalaciones?

Las instalaciones ambientales duran aproximadamente un mes. Además, en cada aula, se realiza diariamente una instalación con sus objetivos de aprendizaje.

¿Cómo fueron sus comienzos?

Fue muy arriesgado abrir en plena crisis, pero lo tuvimos claro porque lo más importante era el proyecto educativo, las instalaciones y un equipo con mucha vocación, profesionalidad y simpatía. Contamos con 500 metros cuadrados dotados de todas las comodidades para el desarrollo, aprendizaje y bienestar de los niños, como por ejemplo el suelo radiante o el huerto. Inauguramos la escuela con cierta inquietud por el método innovador, sin embargo, los padres ven el progreso de sus hijos, lo felices que vienen, cómo evolucionan y lo aprecian mucho. Somos todos como una gran familia.

¿Cómo ven la educación de hoy?

Muchas escuelas aún son muy tradicionales, excepto unas pocas que han empezado a trabajar mediante proyectos e instalaciones. Cuando empezamos no conocíamos a nadie que trabajara así y desde aquella hemos generado muchísimo interés. Tenemos más de 4.000 seguidores en Facebook de España, Argentina y Brasil, con más de 3.000 profesores que se interesan por nuestro trabajo y tienen ganas de cambiar la educación.

¿Qué opinan de la enseñanza de idiomas a edades tan tempranas?

Lo importante no es el número de idiomas que se intentan enseñar en esta etapa, sino prepararlos para que en un momento posterior asuman esos conocimientos de una manera más fácil y práctica. Nosotros los introducimos de manera lúdica, a través de canciones e instalaciones. ¿Cómo cuidan la alimentación?

La hora de comer es una parte muy importante del proyecto. Tenemos una dieta equilibrada, diseñada por un nutricionista. Se enseña a los niños a comer y se les motiva para probar distintos alimentos, de forma que la hora de la comida se convierta en un momento de disfrute para ellos.

¿Qué otros proyectos desarrollan como grupo?

Tenemos la escuela como proyecto principal, pero también hemos creado una editorial. Publicamos un libro-disco infantil, A xente corrente, para niños de 2 a 9 años. Se presentó a más de 30 colegios de Galicia e hicimos también con él un musical. Otra proyecto es un libro de texto para la Xunta, O corazón está do teu lado, que este curso llegará a más de 80 colegios de toda Galicia y que está destinado a niños del rural de 6 a 8 años. Además, estamos trabajando en un tercero que cubrirá otra carencia detectada en la educación actual.

A mayores, organizamos conciertos, cuentacuentos y, a raíz de la cantidad de peticiones enviadas por profesores a través de Facebook, hemos iniciado en Pontevedra una gira para impartir una serie de conferencias, que continuará próximamente en Madrid y Oviedo, en las que preparamos alguna de nuestras instalaciones para que ellos las vivan por sí mismos.