Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h
Ángel Torres Caravaca llegó a Santiago en los años sesenta para estudiar Farmacia en la USC // Se enamoró de una joven compostelana y se casaron en 1970 en la iglesia del Pilar // Aunque formaron su familia en un pequeño pueblo andaluz, en el que regentó la botica que heredó de su padre y del que fue regidor, al jubilarse eligieron O Franco TEXTO Arturo Reboyras

El poeta sevillano que dedica versos a Rosalía

Cuando Ángel Torres Caravaca (Alcolea del Río (Sevilla); 1935) pisó por primera vez las aulas de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Santiago, en el pazo de Fonseca, ni se le pasaba por la cabeza la idea de que acabaría enamorado de Compostela y de una compostelana. Pero cuando conoció a Moncha Torreira surgió el amor en el corazón de aquel joven sevillano que llegaba de Barcelona, “porque allí se me había atragantado la asignatura de Parasitología”; y un buen amigo le había recomendado que acabase la carrera en la ciudad del Apóstol. Porque aquí todos los santos ayudan. Entonces solo había cuatro facultades de esta disciplina en España y a Ángel le urgía el título para poder hacerse con las riendas de la antigua botica que su padre regentaba en el pequeño pueblo andaluz donde había nacido.

“En Santiago, la (Química) Orgánica no había quien la aprobara, pero yo conseguí acabar la carrera, que había empezado en Barcelona porque allí tenía familiares, puesto que mi padre tenía ascendencia catalana”, explica Torres durante una visita a la Redacción de EL CORREO GALLEGO con motivo del aniversario del nacimiento de la ilustre poetisa gallega Rosalía de Castro. Y es que la cantora fue otro de sus grandes descubrimientos en Galicia.

“En 1970 nos casamos en la iglesia del Pilar —celebramos nuestras bodas de oro el año pasado, justo unos días antes de que se decretase el estado de alarma por el coronavirus—, pero después nos tuvimos que ir a Sevilla porque yo tenía que relevar a mi padre en su farmacia de Alcolea del Río”, relata el boticario, a la vez que recuerda que ya entonces enriqueció su extraordinaria biblioteca de varios miles de volúmenes con obras de Rosalía, como Cantares Gallegos y Follas Novas.

“Mi padre era poeta. Recuerdo que siendo un niño ya le veía en la rebotica componiendo versos en sus ratos libres, entre morteros y otros artilugios con los que elaboraba fórmulas magistrales”, explica Torres. En el pueblo formó su familia y a los pocos años de llegar “me hicieron alcalde”. Ostentó el bastón de mando durante la Transición Española a la democracia, desde 1974 hasta el 79. “Uno de los momentos más emocionantes de aquella etapa fue cuando en el pueblo tuvimos el honor de recibir a sus majestades los reyes Juan Carlos I y Sofía durante la gira que realizaron por toda España al poco de acceder al Trono”, revela con nostalgia nuestro protagonista, antes de confesar que siempre se caracterizó por llevar una vida activa en su localidad. Apasionado de la literatura, fue uno de los impulsores del grupo de teatro de Alcolea del Río, municipio bañado por el Guadalquivir.

“También hice mis pinitos como actor”, relata, al tiempo que comenta que pertenece la Asociación Española de Farmacéuticos de Letras y Artes. A sus 85 años, Ángel es todo un poeta, “aunque también he escrito 12 relatos de humor y uno de pena, casi todos relacionados con la profesión de boticario, como Las alpargatas no son para el invierno. No me he metido en la novela porque me gusta hacer cosas cortitas”, sentencia. Y sorprende para bien cuando con su acento andaluz recita los versos que le dedica a Rosalía, que acompañan este reportaje. “Es un homenaje a la poetisa por su aniversario”, afirma con emoción. Entiende perfectamente el gallego, lo escribe, pero confiesa que le cuesta hablarlo y a veces entenderlo cuando le hablan muy rápido.

Se maneja bien con las nuevas tecnologías, aunque a veces sus hijos le echan una mano con el ordenador, que en su caso ha sustituido el mortero de la rebotica. Se jubiló en 2008 y desde entonces su residencia se ha movido entre Santiago y Sevilla. “Allí pasábamos el invierno, porque aquí llueve y hace mucho frío; y aquí, el verano que es más fresco que el andaluz. Pero hace cuatro años nos quedamos definitivamente en la Rúa do Franco”, explica. Concluye con un consejo: “La vida hay que tomarla con humor, porque si no se pierde todo”.

“A Rosalía de Castro”

Nasín cando as prantas nasen

no mes das froles nasín

nunha alborada mainiña

nunha alborada de abril.

Non para ser máis fermosa!

Non para ser máis feliz!

Naciches porque Galicia

extenso e puro xardín

porque a súa terra é vizosa

necesitábache a ti.

Necesitaba unha rosa

máis a do triste sorrir.

Que con palabras mimosas,

xustas dun pobo labrego

e mariñeiro á vez,

cantase a Galicia toda,

a terra que che veu nacer

cos teus ‘Cantares gallegos’

Cantarte hei Galicia

teus dulces cantares

que así mo pediron

na veira do mare

E así cantaches as cousas

da túa terra desprezada;

por moitos tida atrasada

sendo nobre e laboriosa

Cantaches aos verdes campos

Galicia é todo verdor

Ás augas dos ríos fartos

ou aos salgueiros xa en flor.

Cantaches ata que o cancro

deixouche dicir tan só:

“Abre a fiestra, Alexandra,

eu quero, miña filla, ver o mar”.

Mar, cuxas ondas murmuraban:

“Ven brandeamente a descansar”.

Cantarte hei, Galicia

na lingua galega.

consolo dos males,

alivio das penas

E cantaches na lingua galega

o pedido na veira do mar,

cada unha das tantas belezas

dunda terra que non ten igual.

E cantaches, con doce frescura,

da túa terra o máis popular

coas falas das xentes do Ulla,

coas falas das xentes do Sar.

Consolaches, así, as túas penas;

aliviaches os teus males tamén,

elevando a túa lingua galega

ao máis destacado nivel

como agora o ten o galego

e que nunca o debe perder.

07 mar 2021 / 01:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito