En ‘stand by’ la incineración de Porto a la espera de si dejó últimas voluntades

A la familia de Rosario Porto se le han complicado los trámites en las últimas horas para la incineración y traslado de sus restos al panteón familiar de Boisaca. En Ávila continúan al menos dos primos (uno carnal y otro político) al frente del procedimiento en nombre del resto de familiares de la madre y asesina de la pequeña Asunta Basterra. Si bien el juez autorizó la entrega del cadáver a sus parientes el pasado fin de semana, la misma autoridad habría paralizado en las últimas horas la incineración del cuerpo.

Como adelantó ayer este periódico, la familia seguía pendiente de esta autorización judicial, que todavía no ha llegado. Los parientes han depositado temporalmente en el tanatorio Antonio Álvarez de la ciudad castellana los restos de la abogada compostelana, que se quitó la vida ahorcándose el miércoles de la semana pasada mientras cumplía una condena de 18 años —la misma que se le impuso a su exmarido y cómplice, Alfonso Basterra— en la prisión abulense de Brieva.

En estas dependencias seguiría el cuerpo de Porto a la espera de la autorización judicial para su cremación. Según pudo saber EL CORREO, este permiso se encontraría en stand by a la espera de que se esclarezca si la fallecida dejó últimas voluntades, un documento que su abogado, José Luis Gutiérrez Aranguren, pretende solicitar.

El juez entiende que al no existir familiares de primer grado, es decir, padres, hijos o cónyuge, es necesario esperar a saber si existe alguna disposición por parte de la fallecida sobre lo que quería que se hiciese con su cuerpo. Se sobreentiende que estas indicaciones, de haberlas, estarían recogidas en las últimas voluntades, un documento que no se puede solicitar al Ministerio de Justicia hasta pasados 15 días hábiles desde la fecha del deceso.

Este proceder del juez lleva a pensar que en las famosas libretas con anotaciones que se encontraron muy bien ordenadas en la celda de Charo Porto, pertenencias a las que sí tuvo acceso ya la autoridad judicial, no habría ninguna indicación a este respecto, ya que de haberla ya habría sido comunicada a la familia.

Esta tramitación burocrática es la que retiene el cuerpo de Rosario Porto en un depósito de cadáveres del tanatorio de Ávila, ciudad donde también están varios primos.

Lo cierto es que lo que se preveía un traslado inmediato a inicios de esta semana se ha ido retrasando a causa de estos baches administrativos. Al respecto, cabe recordar que la intención inicial de los primos de Rosario era la de incinerar sus restos en Ávila y traerlos ellos mismos a Santiago para luego darles sepultura en el panteón de Boisaca donde reposan sus abuelos maternos y también su madre, Socorro Ortega; ya que las cenizas de su padre, el recordado abogado Francisco Porto, habrían sido esparcidas por ella misma en algún punto de la ría de Arousa.

Además, los primos también pretenden recuperar la urna con las cenizas de la pequeña Asunta, asesinada por sus padres el 21 de septiembre de 2013 en el chalé familiar de Teo después de drogarla con diferentes fármacos sedantes, para también depositarla en el panteón de la familia. Buscan de esta manera, siempre según fuentes allegadas a los primos, que los restos de la niña descansen en un lugar perfectamente identificado y respetado; y que no queden olvidadas en un rincón de la casa del Rosario Porto, donde se encuentran en estos momentos.

Por otro lado, sigue siendo una incógnita si la abogada compostelana dejó testamento. Su abogado declaró recientemente que su clienta le había manifestado hace unos meses su intención de redactar este documento. De no existir ninguna indicación explícita por parte de la fallecida sobre su herencia, esta pasaría a sus familiares más cercanos, en este caso, sus primos carnales, a partes iguales.

Fuentes allegadas a la familia señalaron, como publicó ayer EL CORREO en exclusiva, que para sus primos “supondría un gran alivio que hubiese dejado todo a una buena causa benéfica”. Se trata de un importante patrimonio inmobiliario que una conocida empresa compostelana tasó, según el precio de mercado, en 1,2 millones de euros, entre los dos pisos en Santiago, el de Vilanova y el chalé de Teo; al que habría que sumar una importante cantidad de dinero en efectivo en el banco. Porque Rosario “lo tenía”, como confirmaron a este periódico algunas de las presas que convivieron con ella durante su paso por la cárcel de A Lama. Estas aseguraban en declaraciones a este diario que la reclusa gastaba todos los meses “cientos de euros en productos cosméticos y otros caprichos”.

El mundo se le vino encima a Porto cuando los funcionarios de A Lama le comunicaron el pasado mes de marzo que la trasladaban al penal de Brieva, en Ávila. Este cambio trastocó todas sus rutinas.