Guerra abierta entre asociaciones hosteleras por la huelga del lunes

Guerra abierta entre colectivos hosteleros. Frente a la posición de la Asociación Hostelería Compostela, que ha decidido no secundar la huelga convocada por algunos representantes del gremio para el próximo lunes, la nueva asociación Hostalaria.gal, que preside el compostelano Lois Lopes, convocó un paro en todo el sector hostelero gallego para el próximo lunes 28 de marzo, que sirva para reclamar a las administraciones medidas que palíen el alza de los precios de la energía y las materias primas que deben afrontar en sus negocios.

Representantes de esta organización ofrecieron ayer una rueda de prensa en Santiago, apenas una hora después de que la asociación Hostelería de Galicia decidiese posponer una convocatoria de este estilo a la espera del plan de respuesta del Gobierno central ante la guerra en Ucrania, que se aprobará la próxima semana en el Consejo de Ministros.

Pese a que no existe unanimidad en el sector, Hostalaria.gal ha decidido sacar adelante su convocatoria para denunciar su situación, después de dos años de “duras restricciones” a causa de la pandemia, a los que se suma un incremento de los costes de su actividad. Así pues, el presidente de esta entidad, Lois Lopes, indicó que muchas empresas del sector, que emplea a cerca de 80.000 trabajadores en Galicia, sufren problemas “de falta de liquidez y de falta de solvencia” sin que se les preste, considera, la atención que merecen.

La escalada del coste de la energía, la subida de materias primas esenciales como la harina, el azúcar, el chocolate o el aceite de girasol, y la caída del consumo provocan, resumió, que sea necesaria una reacción por parte de las instituciones para aliviar la carga adicional de gastos que soporta el sector en los últimos meses.

En un comienzo, este paro estará suscrito por 21 asociaciones diferentes de las cuatro provincias gallegas, las cuales representan, calculó Lopez, a 4.000 empresas y establecimientos diferentes.

Junto a esta medida, Hostalaria.gal reclamó reunirse tanto con miembros de la Xunta de Galicia como del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo para acordar soluciones para el sector y participar “de manera activa” en la toma de decisiones.

otra decisión. Por otra parte, Hostelería de Galicia daba poco antes otra rueda de prensa en la que aclaraban que, aunque fue una medida analizada y tenida en cuenta, desde la entidad no se realizó una convocatoria en firme para este cierre patronal a nivel gallego, algo que sí decidió la Federación Provincial de A Coruña.

“Desde Hostelería de Galicia no convocamos un paro para el lunes, que sí estaba en nuestra mente para dejar patentes las dificultades por las que estamos atravesando”, manifestó el presidente de Hostelería de Galicia y representante de la Federación de Lugo, Cheché Real.

Más en concreto, Real explicó que esta opción se debatió en los órganos de la entidad, pero que, finalmente, se ha optado por no convocarlo en espera de los pasos que el Gobierno central dé esta semana en materia de precios de la energía. Incluso la Federación Provincial de A Coruña, la primera que convocó este cierre, ha optado ahora por aplazarlo mientras espera el movimiento del Ejecutivo central.

Con ello se da la paradoja de que en ciudades como Santiago, Hostalaría.gal convoca el paro, mientras que Hostelería Compostela se opone; o Pontevedra, donde la provincial ha mantenido su negativa al cierre mientras Hoempo lo practica.

Además de las posibles medidas del Gobierno, esta parte del sector ha decidido suspender la protesta por los avances en las negociaciones entre el Gobierno y los tansportistas. “La hostelería de A Coruña va a aplazar ese paro para después del 31 de marzo”, ha dicho Cañete que, de no cambiar las cosas, llamará al cierre el lunes 4 de abril y, desde allí, “todos los lunes”. En el caso de Hostelería de Galicia lo posponen, simplemente, para más adelante.

Cañete ha hablado de la situación límite del sector y ha afirmado que está “totalmente volcado con este paro”, por lo que, ha dicho, es posible que algunos locales cierren el lunes en señal de protesta a título personal.

REACCIONES. “Tenemos que pagar las facturas y salir adelante. Si hay que solidarizarse estaremos ahí, pero la situación no está tan boyante como para poder parar de trabajar”, asegura Carlos Somoza, gerente del restaurante A Noiesa, en Santiago. Somoza asegura a Efe que la crisis derivada de la guerra en Ucrania y la huelga de transportistas ha afectado a su negocio, sobre todo por la subida de la luz, aunque también apunta a “dificultades” para encontrar algunas materias primas, en especial el aceite de girasol. Sin embargo, destaca sobre todo que esta situación genera “incertidumbre” en los clientes, de manera que acuden menos a restaurantes y gastan menos.

“Llevamos dos años que parece que empezábamos a ver la luz, pero ahora toca reinventarse y buscar soluciones. Vamos a tener que pelear y centrarnos en lo que depende de nosotros, que es cuidar de nuestros clientes”, afirma.

En la marisquería A Barrola también notan la subida de la factura de la luz, que se ha incrementado “un 40 %”. En un local que cuenta con veinte motores más la iluminación, su dueño, Pepe Noya, señala a Efe que es un duro golpe “difícil de soportar”. En cuanto a los productos, asegura que su restaurante se “alimenta” de mercados y productos de proximidad, por lo que no sufrió desabastecimiento.

En Casa Camilo, Inocencio Pereira ve el futuro “muy oscuro”: “Esto afecta a todo el mundo y no íbamos a ser nosotros los únicos en librarnos. Nos estamos quedando sin suministro, los precios están por las nubes, la gente con el miedo viaja y consume menos”. “Es todo negativo”, señala el hostelero, que a pesar de todo intenta “tener fe” en que el Gobierno dé con una solución para un sector que resiste pese a todo.