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Homenaje familiar a Bernardo Lado Martínez

SANTIAGO de Compostela es ciudad conocida desde hace siglos como la cuna de las mejores sagas de plateros y azabacheros de toda España. Es necesario recordarlo en honor a quienes han honrado y tanto han contribuido a ese prestigio.

Bernardo Lado Martínez, nieto e hijo de orfebres y joyero de profesión, ha sido, y seguirá siendo, uno de los grandes orfebres compostelanos del siglo XX.

Su abuelo Andrés Lado Pensado, su padre Manuel Lado Dacosta, junto Ricardo de la Iglesia y Enrique Mayer, fueron famosos por su destreza en el arte de la plata, el oro y el azabache.

Bernardo empezó con doce años en el oficio junto a seis de sus diez hermanos y tras más de 65 años en la profesión es y será uno de los más veteranos orfebres de la ciudad. Maestro de maestros, en su tiempo libre, daba clases en la Escuela de Artes y Oficios de Mestre Mateo rodeado de ávidos estudiantes en busca de un buen mentor.

Hoy, después de 150 años, la joyería Lado sigue siendo un referente a tener en cuenta a la hora de hablar de las joyerías más antiguas de la ciudad del Apóstol Santiago. Fundada en torno al 1870, ubicada en la Rúa do Vilar, cerró sus puertas en el año 2011 después de casi 150 años de historia fabricando productos artesanales en oro, plata y azabache.

Santiago de Compostela siempre ha sonado en toda España por ser la cuna de los mejores plateros y azabacheros.

Andrés Lado, abuelo de Bernardo, ganó una medalla de oro al mérito artesano por una bandeja que hizo para Alfonso XII y aunque él no llegó a conocer a su abuelo y apenas pudo trabajar con su padre, porque este falleció cuando él tenía tan solo 12 años, heredó con pasión el arte de la orfebrería, cuando era apenas un crío que despuntaba como brillante estudiante de Dibujo Lineal e Historia del Arte.

Bernardo formó parte de la cuarta generación de orfebres y plateros en la familia Lado, y en la actualidad su legado sigue presente.

Plata, oro y azabache. Estos tres materiales conforman la base de la joyería tradicional de Santiago, las herramientas de los orfebres.

“Una joya es una inversión que coge valor con el tiempo”. Una joya es única y exclusiva y cobra todo su sentido cuando la persona para la que fue diseñada la luce. Así es como Bernardo describía la pasión por su trabajo y demostraba el gusto por las cosas bien hechas, sin contabilizar el tiempo invertido, por eso siempre decía que la orfebrería es una profesión paciente y artesanal.

Un amplio número de obras y joyas comprenden la trayectoria de tan prestigioso orfebre. Bernardo siempre recordaba en sus entrevistas uno de los encargos más curiosos que fue el de la Reina Fabiola de Bélgica, que les pidió, a los hermanos Lado, una lámpara en forma de corazón cuando se murió su marido Balduino, porque decía que “su marido tenía un corazón enorme y quería recordarle”.

Del mismo modo, querido papá, conocido entre los de tu gremio como Ladito, queremos recordarte con todo nuestro amor, porque como padre has sido lo más grande, entrañable, adorable, generoso, y queremos que estas palabras in memorian sean una humilde aportación para poner en valor un oficio que has honrado y que debemos conservar en el tiempo porque forma parte de la historia de nuestro país.

11 abr 2021 / 01:00
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