La cuarentena
es este un vocablo un vocablo que ha ido adquiriendo familiaridad entre los aquejados por el Covid19 y los que vivimos en una sociedad que se encuentra en peligro de adquirirlo. A menudo se afirma de algunos conocidos nuestros que han tenido que entrar en cuarentena, a causa de su cercanía respecto de ciertos enfermos. No es, sin embargo, esa la realidad de la Cuaresma, recién comenzada. A lo largo de esta tratamos de prepararnos para la Pascua, aunque el punto de referencia sean los cuarenta días de Jesús en el desierto, sometido a las tentaciones del diablo.
La 1ª lectura de la Misa de esta tarde y de mañana ahonda en las raíces de Israel: un arameo errante, que bajó a Egipto con unas pocas personas, puede considerarse el padre de aquel gran pueblo que de él se formó, gracias a Dios. Más adelante ese pueblo fue oprimido y clamó al Señor, que escuchó su voz y lo sacó de allí, para darles una tierra que mana leche y miel. Esa es la razón de presentarse ante el Señor con las primicias de los frutos del campo, que Dios les ha dado. El Evangelio refiere que Jesús, después de ser bautizado, y antes de empezar su vida pública, se dejó conducir por el Espíritu al desierto, para ser allí tentado por el diablo. Este suscita en Jesús el deseo de hacer signos para presentarse ante el pueblo como el Mesías esperado, que da de comer a todos. El diablo le ofrece a Jesús el poder y la gloria que él estaba teniendo, con tal que lo adorara; y le sugiere que se tire del templo abajo, de modo que los ángeles salgan a acogerle, para que sus pies no tropezaran en las piedras. Jesús rechaza las tentaciones, y, apoyándose en la Sagrada Escritura, le dice que “no habrá de tentar al Señor, su Dios”, sino que solo a Él dará culto.
San Pablo se dirige a los Romanos y les habla del mensaje de la fe. En virtud de la fe en Jesús como Señor, que anida en el corazón, nadie quedará defraudado, sea de la proveniencia que sea, pues el Señor es el Dios de todos, hasta el punto de que, quien invoque el nombre del Señor, se salvará. Hemos comenzado el pasado miércoles la “Cuaresma”, esos 40 días de preparación para la Pascua.