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sábado, 10 febrero 2024
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¿es esto galicia? Numerosos caminantes muestran su asombro al enfrentarse a temperaturas muy excepcionales en nuestra comunidad // Optan por madrugar mucho para evitar lo más posible la solana // El agua nunca falta TEXTO J.C. Rodríguez

La ola de calor les sorprende pero no para a los peregrinos

La extrema ola de calor que esta semana sacude a toda España afecta también a Galicia, una comunidad no tan acostumbrada a las altas temperaturas. Sin embargo, eso no desanima a los centenares de peregrinos que siguen llegando todos los días a Santiago de Compostela, más madrugadores -para evitar las horas más calurosas- y con abundante agua en sus mochilas para hidratarse.

Aunque parece que lo peor ya ha pasado, en Galicia continúa el nivel rojo de alerta por temperaturas máximas de 40-42 grados en la zona del Miño, en la provincia de Ourense, mientras que en Pontevedra y A Coruña sigue el aviso naranja por valores de 39 grados y en Lugo hay nivel amarillo por temperaturas entre los 34 y los 37 grados.

Santiago, una ciudad poco acostumbrada a temperaturas tan extremas, encuentra sus calles menos transitadas por vecinos y turistas, pero abarrotada de peregrinos que, a pesar del calor, siguen llegando todos los días a la plaza del Obradoiro.

En un año récord en cifras de peregrinos -ya se han superado los 150.000- y con aproximadamente 10.000 personas llegando a la capital gallega en lo que llevamos de mes de julio, la estampa de las calles es la del Xacobeo.

En el Monte do Gozo, Juan Antonio se detiene para refrescarse junto a su mujer y su hija. Son de Extremadura y vienen caminando cinco días desde Sarria (Lugo), soportando un calor que les ha “sorprendido”.

“Ha sido una experiencia muy bonita. Lo único, que ha hecho más calor de lo debido aquí, en Galicia. Nosotros estamos acostumbrados en Extremadura a las altas temperaturas. Ya hemos pasado este año una ola de calor y esta está siendo tremenda, pero para ser Galicia, nos está sorprendiendo”, señala a Efe.

El peregrino comenta que, dadas las temperaturas, han decidido levantarse “lo más temprano posible”, alrededor de las cinco y cuarto, para estar caminando sobre las seis de la mañana y, así, “evitar las horas de mucho riesgo”.

Visitarán la catedral y “echarán el resto del día” en Santiago. Eso sí, en su hotel tienen piscina y no descartan darse un baño y salir a dar una vuelta por la ciudad ya de noche, cuando las temperaturas sean menos sofocantes.

“Nos íbamos a marchar mañana y hemos decidido quedarnos un día más y conocer Finisterre. Que en el sur hace mucho más calor”, añade.

Makel, de Alicante, viene con su sobrino y unos amigos. Dice estar derrotada, debido a que algunos tramos son “duros”, con “mucha pendiente”, pero también “muy contenta”.

“Hemos pasado un montón de calor”, reconoce la peregrina, quien relata que su forma de amortiguarlo ha sido la hidratación: “Con agua, con Aquarius, con el líquido azul ese que no sé como se llama... Hidratándonos mucho. Pero sobre todo con ganas y alegría”.

También sobre la hidratación habla María, que viene de Vigo y que ha echado en falta más fuentes en el Camino y más zonas de descanso a la sombra.

“Los primeros tramos son los de más sombra y los últimos, cuando aprieta el calor, son los más soleados, los más difíciles”, explica.

A pesar de las quejas, el ambiente en el Obradoiro esta mañana era festivo. Cientos de personas, emocionadas y felices, se agolpaban frente a la catedral, con las frentes sudorosas, pero con una sonrisa.

Entre ellos, una pareja de italianos, de Roma, que vienen haciendo el Camino Francés desde León y que han protagonizado la anécdota del día, con una pedida de mano en medio de la plaza.

Francesco ha sacado un anillo y se lo ha mostrado a su pareja, que no ha podido emitir palabra, entre los vítores de “viva los novios” del resto de peregrinos.

Entre ellos, Iván, que viene en bicicleta desde Irún, haciendo el Camino del Norte. Afirma que ha tenido “buena suerte” con el tiempo, quitando “las últimas etapas de más calor”.

“Era algo que quería hacer hace tiempo y me he quitado la espinita clavada”, declara.

Desde Lugo vienen Mario y Nora, una pareja natural de Cartagena (Murcia) pero que vive en Sevilla, donde es habitual que se superen los 40 grados en los meses de verano.

“No esperábamos estas temperaturas en Galicia”, confiesan ambos, quienes consideran que negocios como bares, restaurantes o incluso albergues “no están preparados” para las altas temperaturas.

“Hemos adelantado todas las salidas un par de horas, saliendo de noche y con alguna parada más de la que teníamos prevista en origen, para hidratarnos”, añaden.

Aunque en su mayoría los peregrinos eran de origen nacional, no han faltado grupos de alemanes, ingleses o portugueses, como Inés, Ana y Pedro, que aseguran: “el calor, fatal”.

Ana ya ha realizado el Camino varias veces, cinco en concreto, y dice que este ha sido, que recuerde, el año más caluroso, con diferencia.

santiago alcanzó ayer 39, 3º y de noche la mínima fue de 23º

El de ayer fue otro día achicharrante en la capital gallega, donde el termómetro subió hasta los 39,3 grados, una décima más que el martes. El calorón llegó de golpe tras una noche inusualmente cálida, ya que la temperatura no bajó de los 23 grados. El director del Observatorio Astronómico, José Ángel Docobo, señala que se trata de cifras extremas, pero recuerda que no se han batido récords históricos. Así, el 20 de julio de 1990 se alcanzó una temperatura de 40,3º y la noche del 20 de agosto de 1993 fue aún más cálida que la del miércoles: 23,9 grados.

15 jul 2022 / 01:00
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