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La unidad anti-ictus del CHUS se rearma para seguir siendo puntera

Es una referencia en Galicia y España, y contará desde julio con nuevas dotaciones que la harán aún más eficaz // Uno de cada cuatro adultos sufrirá un accidente vascular

En España se produce un ictus cada seis minutos, lo que supone la primera causa de mortalidad en mujeres y personas con discapacidad, y la segunda en hombres. En el año 2020 ingresaron en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago 604 pacientes con ictus. La clave para que el paciente sea dado de alta sin riesgos, y sin limitaciones físicas, es facilitar asistencia médica de inmediato y contar con un personal muy especializado y capacitado.

Por este motivo, en 2004, el Hospital Universitario de Santiago fue pionero en Galicia al introducir una Unidad de Ictus. Gracias a la existencia de esta área especializada, en el 2020 el 48% de los pacientes que acudieron al Servicio de Urgencias por un ictus pudieron ser dados de alta desde el propio servicio. La existencia de un equipo multidisciplinario les permitió realizar un estudio diagnóstico integral que reveló con garantías que su situación clínica lo permitía.

Siendo líderes gallegos en la investigación del ictus, y tras dos meses de reformas, en julio entrará en funcionamiento la nueva Unidad de Hospitalización por Ictus del Hospital Clínico. Con un presupuesto conjunto de 450.000 euros para obra y equipamiento, esta reforma arquitectónica en la planta de Neurología permitirá la creación de un espacio común con un control para la atención de pacientes que contará con 6 camas, y nueva monitorización 24 horas.

A los pacientes que sufren un ictus isquémico se les atiende con complejos tratamientos de revascularización endovascular, como la trombectomía, por lo que se requiere el posterior traslado a una unidad de reanimación debido a la anestesia. Como afirma el doctor Jose María Prieto, jefe del departamento de Neurología, estas innovaciones podrán agilizar el proceso de movilización desde la unidad de reanimación, o de El despertar, a la de ictus, donde el paciente podrá ser monitorizado más rápidamente por neurólogos. Las reformas también supondrán una mejora de la maquinaria y de las técnicas en cuanto a su rapidez y eficacia.

Esto es fundamental, ya que en Galicia se registran 4.338 nuevos casos y 2.252 defunciones al año. El mayor número de muertes se produce en mujeres. Se estima que un tercio de los ingresados fallece, mientras otra tercera parte sufre una discapacidad y el resto puede continuar sin secuelas. Quince años después de este accidente vascular se calcula que dos de cada tres pacientes sufre algún tipo de discapacidad, con un 81% de probabilidad de tener dificultad de movilidad y un 67% de complicaciones a la hora de realizar actividades diarias.

Como afirma una expresión comúnmente utilizada en el área de Neurología, “tiempo es cerebro”, lo que significa que cuanto antes se comience el tratamiento, antes se podrá recuperar esa parte afectada por el ictus, y evitar posibles limitaciones físicas. Como indica el doctor Prieto, “un paciente comienza a sentir que se le duerme un brazo por la noche” pero no acude a Urgencias hasta que, al despertarse y sufrir síntomas más graves, lo hace finalmente, pero esto “reduce la posibilidad de recuperar la parte afectada del cerebro”.

El Covid, el miedo al virus, ha tenido también repercusiones en este ámbito, ya que como estima el doctor Prieto, en la primera ola un 30% de los pacientes que pudieron sufrir síntomas de ictus dejaron de acudir el servicio de urgencias. Al evitar acudir a los hospitales, el pronóstico tras el ictus era mucho peor.

El Hospital Clínico Universitario de Santiago es pionero en Galicia por crear la primera Unidad gallega de Ictus en el 2004, así como es actualmente líder en su investigación. José María Prieto afirma que pretenden mejorar de diversas formas para así acortar los tiempos de actuación. Primero, continuando con el Plan de Asistencia al Ictus en Galicia, establecido en 2016, y que tiene como objetivo la reducción del tiempo de atención y asistencia entre el inicio de este, la confirmación diagnóstica y el comienzo de un tratamiento especializado. Por otro lado, quieren introducir mejores y nuevas técnicas para el tratamiento del ictus, así como atender a los pacientes con más especialistas.

Además, como indica el doctor Prieto, “el centro tiene en mente llevar a cabo el plan de Hospital Virtual, que consistirá en transmitir las técnicas más novedosas en cuanto al tratamiento del ictus para que los alumnos puedan adoptarlas”. De esta manera, más estudiantes universitarios tendrían las herramientas para poder detectar y actuar rápida y eficazmente frente a un potencial caso de accidente cerebrovascular.

Mejorar las técnicas de identificación del ictus podría mejorar enormemente el pronóstico para los pacientes, especialmente aquellos que sufren uno “silencioso”, o “silentes”, como les denominan los médicos. Estos suponen un 25% de los casos de personas de entre 55 y 75 años, especialmente tras sufrir una operación. Los accidentes isquémicos transitorios, o mini ictus, pueden manifestarse como un dolor de cabeza intenso, y el mayor peligro es que estos suelen advertir de que en los próximos siete días se puede producir otro infarto cerebral.

Aunque son muy difíciles de detectar, todas las medidas que ha adoptado el Clínico para mejorar su atención a los ictus, que ya era referente en Galicia, serán ampliamente beneficiosas para un suceso que padecen una de cada cuatro personas mayores de veinticinco años en España.

16 jun 2021 / 01:00
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