Las empresas que ampara la USC facturan más de 40 millones al año
Estas ‘spin-off’ relacionadas con el mundo de la investigación generan 400 puestos de trabajo // Algunas, como GalChimia, Mestrelab o Innolact, son referencia en sus respectivos ámbitos
La importancia de la Universidade de Santiago y el rico universo propio que genera a su alrededor en múltiples campos está claro que va mucho más allá del ámbito académico. Solo en el aspecto empresarial, uno de los menos conocidos de la institución académica compostelana, a su amparo nacieron exitosos proyectos que tienen un gran impacto económico en la capital de Galicia y su área de influencia.
La USC lleva gestionando programas de apoyo a la creación de empresas desde finales de la década de los 90. En este sentido, se puede considerar que hubo una primera etapa que se extendió hasta el año 2010, en que se activaron un gran número de programas de emprendimiento universitario y se diseñaron las primeras estructuras de apoyo al emprendedor. Ahí nacieron la incubadora de empresas Uninova, la sociedad de capital riesgo Unirisco Galicia o el Centro de Innovación e Transferencia de Tecnoloxía.
En esta primera etapa, la USC promovía la creación de empresas cuando todavía no había un marco legislativo claro a nivel nacional para los temas relacionados con la transferencia de conocimiento o con la participación de la universidad en su capital. A partir de 2010, sin embargo, sí existe una regulación definida de estos procesos de transferencia científica e intervención de las universidades en las spin-off surgidas de sus actividades, y esto le permitió a la USC tener un mejor seguimiento de las firmas donde participa.
Sólo en los últimos diez años, la USC se inmiscuyó en la creación de 33 empresas relacionadas con la actividad investigadora de sus centros. De estas, a día de hoy, permanecen activas 23, lo que supone el 70 % de las creadas durante este periodo.
Entre las más antiguas de este tipo de empresas se encuentran las nacidas entre los años 2000 y 2010, algunas de las cuales ya se pueden considerar referentes en sus respectivos ámbitos, como pueden ser GalChimia (año 2000; síntesis química), Mestrelab (2004; software científico), Innolact (2006; innovación en el sector lácteo), o AmsLab (2006; control de calidad utilizando metodologías propias de la actividad científica). Estas empresas facturan entre cuatro y diez millones de euros y cuentan con cuadros de personal que alcanzan entre treinta y setenta personas.
Algunas empresas de más reciente creación, como Situm (2014, sistemas de posicionamiento en interiores) ya tiene más de treinta empleados y supera el millón de euros de facturación.
Además, la facturación agregada de un conjunto de empresas originadas en el entorno de la USC, con más de cinco años de vida, está por encima de los 40 millones de euros. Este grupo acumularía cerca de cuatrocientos puestos de trabajo creados.
Por sectores, aparte de los ejemplos citados de la primera etapa, la distribución de sociedades generadas en los ámbitos de la investigación de los que proceden podría organizarse de esta manera: el 42 % pertenecen a las Ciencias de la Vida (que incluye salud, agro, alimentación, acuicultura o ambiente); el 34 % a Ciencias Físicas, TIC (tecnologías de la información y la comunicación) e Ingeniería; el 18 % a Ciencias Sociales y Humanas, y el 6 % a Ciencias de los Materiales. La USC es mucho más que unas facultades que otorgan títulos.
··· Si uno se pregunta qué otros beneficios al margen del económico dejan estas empresas ligadas a la USC, en primer lugar habría que destacar que con ellas la institución compostelana cumple con su compromiso de acercar al mercado y a la sociedad el conocimiento que se genera en todos sus centros. Además, en segundo lugar, se propicia la creación de puestos de trabajo de alta cualificación, ya que en su inmensa mayoría los empleos los ocupan graduados universitarios, doctores o incluso catedráticos. Por otra parte, también se consiguen beneficios indirectos por la colaboración de grupos de I+D de la USC con estas empresas en proyectos de I+D tanto nacionales como internacionales. Y, por último, existe un retorno económico para la investigación en la USC por los ingresos de los royalties derivados de los contratos de transferencia de conocimiento.