Las primeras colas del año para cruzar la Puerta Santa

Once años han pasado desde la última vez que vecinos de Compostela, turistas y peregrinos pudieron cruzar la Puerta Santa. Tras su apertura durante la tarde del 31 de diciembre, ayer se produjeron las primeras colas del año para entrar al templo por este acceso situado en la plaza de la Quintana. De hecho, en algún momento las colas daban la vuelta a la plaza, coincidiendo con la celebración de la eucaristía oficiada ayer a mediodía por el arzobispo compostelano, monseñor Julián Barrio, y el nuncio del Vaticano, Bernardito Auza. Durante ese momento, no se pudo atravesar la Puerta Santa.

La imagen de personas esperando con sus paraguas abiertos queda ya por el recuerdo y es un habitual durante el Xacobeo. Pese al mal tiempo, ayer fueron muchos los que, tal y como se aprecia en la imagen, retrataban el momento de finalizar la espera para entrar al templo con la Puerta Santa, engalanada con flores en el marco, a sus espaldas.

Las restricciones perimetrales provocaron que predominasen los picheleiros en la fila. Sin embargo, ayer uno de los primeros en cruzar la Puerta fue un peregrino de Cuenca. Se llama Luis Cañas y supera los 90 años. Él ha sido uno de los que ha cruzado la también conocida como Puerta del Perdón, y ha obtenido así la indulgencia.

Este acceso al templo va a permanecer abierto hasta el último día de 2022. Durante el Xacobeo, su apertura es un reclamo importante que provoca concentraciones en la Quintana a lo largo de todo el año. Este hecho también hace que aumente el número de visitantes de la Catedral. Ayer destacó el gran número de compostelanos que, más allá del acto de apertura, querían visitar el Templo, que ahora luce una cara renovada.

LA ‘NUEVA’ CATEDRAL Si hay algo bueno que deja el 2020 en Compostela, es el lavado de cara que ha vivido la Catedral. Lo que más llama la atención a los curiosos que se acercan a observar los cambios, o a aquellos que pasan casualmente por su alrededor, es la limpieza de la piedra exterior. A esto hay que sumar que todo ha recuperado sus colores originales: tanto las pinturas de la bóveda, como las columnas o el altar de plata. Durante los últimos años se ha trabajado en sus interiores, en las cubiertas, las fachadas, la Corticela o en la escalinata del Obradoiro. Y cabe mencionar la aplaudida restauración del Pórtico de la Gloria, que en 2018 reestrenó sus colores originales ocho siglo después.