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Las VUT ante el desenlace

    Finalizado el último pleno en relación al PXOM solo queda un paso, previsiblemente fijado para finales del primer trimestre del 2023, para que una de las irrupciones sociales y económicas más importantes de las últimas décadas en Compostela, quede regulada: el uso de una vivienda residencial para destino turístico.

    Durante toda esta legislatura y, justo es señalarlo, también desde gran parte de la anterior, se ha estado trabajando en una solución que pudiera contentar a todos, pero que fundamentalmente salvaguardara el mayor patrimonio común de los actores implicados: la identidad de una ciudad milenaria, patrimonio de la humanidad e instalada en lo más profundo de los sentimientos y recuerdos de cualquiera que la habita o la visita.

    Alterar esa identidad no es algo que pueda ser aceptable por nadie. Sea quien sea y en el sentido o concepto que se presente.

    A partir de ahí, como es habitual en estos temas, nadie queda completamente satisfecho con los desenlaces y cada parte se ha partido el cobre defendiendo lo que desde su punto de vista es lo más correcto o razonable. Es natural y en democracia, desde las libertades individuales de cada uno, es lo que debe ser.

    El Concello ha sido -y sigue siéndolo- tremendamente valiente y decidido. Ante un tema sensible como este, con tantos afectados, es imposible contentar a todos. Y eso, desde el punto de vista político, siempre se traduce en votos. Estar dispuesto a ver reducido su espectro de votantes por una iniciativa desarrollada desde el convencimiento más profundo, es algo digno de admirar. En unos tiempos en los que prima el resultado sobre el fondo, poner por delante la Ciudad incluso por encima de los intereses propios es algo extemporáneo, que solo puede provocar respeto y catalogar como política con mayúsculas, altura de miras.

    Lo mismo vale, pero al revés. Por arañar un puñado de votos no se puede poner en riesgo la continuidad de una ciudad que lleva siglos enamorando a quien la visita. No todo vale. Hace falta responsabilidad, coherencia y no todo leerlo en clave electoral. La ciudad está por encima de todo y de todos. Sentidiño.

    Desde la Xunta no se ha actuado con la lealtad y responsabilidad institucional que se le debe presuponer. Esta es la verdad. También es cierto que esta actitud no ha sido generalizada (observemos los votos en el parlamento de Galicia por unanimidad de partidos pidiendo explicaciones sobre el tema). Pero no es menos cierto que desde ciertos órganos y ámbitos de decisión, no se han dado los pasos correctos. Admitir que respetarían lo que regulen los concellos y al minuto siguiente admitir cada nueva inscripción en el REAT, no tiene sentido. Exigir sentencias una a una para eliminar viviendas del registro es una decisión sin precedentes a nivel estatal. No todo vale en política y la Xunta aún está a tiempo de salir bien en la foto. Suerte al consello de Turismo en sus decisiones. Y ánimo al Clúster, para que muestre en público lo que lleva tiempo admitiendo en privado.

    Desde la sociedad civil es difícil encontrar mayor unión ante un mismo tema. Posiblemente el haber visto evoluciones de ciudades más o menos cercanas, afectadas por el mismo fenómeno, haya provocado el poner las barbas propias a remojar y activarse para prevenir lo que hubiera sido inevitable. A través de plataformas como Prevituga (Plataforma para la Regulación de la Vivienda Turística de Galicia), se ha vehiculizado el sentir de sectores y colectivos muy diferentes entre si que hasta ahora nunca habían actuado de manera conjunta. Pero es que esta irrupción descontrolada ha sido transversal a todos los tejidos sociales y empresariales de la ciudad:

    – Lo ha sido para las familias, que han perdido la posibilidad de vivir donde quieren (la oferta de viviendas está por debajo de 150 unidades disponibles desde hace años), obligándolas a tener que marchar a concellos limítrofes por no poder asumir los precios de renta de alquiler de larga duración que se proponen en Compostela (subida de más de un 20,26 % en los últimos 5 años).

    – La ha sido para estudiantes locales y Erasmus, a los que se les está impidiendo vivir y disfrutar la vida Universitiaria de la ciudad, hasta ahora fuente de atracción para miles y miles de estudiantes durante siglos y que ahora no encuentran donde alojarse o para los que el traslado a la facultad ha pasado de realizarse en minutos paseando por el Campus Vida a horas de viaje en autobús o en tren desde otros concellos.

    – Lo ha sido para comunidades de vecinos, a los que sin previo aviso les instalan una suerte de hotel en la puerta de al lado o el piso de arriba. Con entradas y salidas de familias y maletas a cualquier hora. Con desconocimiento absoluto de quien anda por su escalera o portal y provocando que esa inversión que estos vecinos realizaron para la compra de su vivienda en un entorno residencial, sin previo aviso haya variado para convertirse algo parecido a un complejo turístico a poco que tengas la (poca) fortuna de que sean varias las viviendas que con este uso se instalen en tu finca...

    – Lo ha sido para las empresas de hostelería ya que compiten en una situación de desigualdad de condiciones evidente. En 5 años el 85% de alojamientos en Galicia son VUT. En concreto en Compostela el número de plazas de alojamiento de viviendas turísticas ha pasado de 452 a 3.455. Sin barreras de entrada, con una normativa mucho más laxa... Por otro lado, la carga fiscal por plaza y año es para las VUT de 1.626 euros, frente a los 8.213 euros por el mismo concepto en el turismo tradicional. Para hoteles, pensiones, albergues es un hecho incuestionable el no poder competir así.

    – Y lo ha sido también para los consumidores, porque el umbral de calidad se encuentra más que en entre dicho: se generan 3,4 empleos por cada 100 plazas ofertadas por VUT´s contra 25 puestos de trabajo por las mismas 100 plazas en turismo tradicional. Es evidente la atención y estándares de calidad que ofrecerá cada concepto de negocio. Además de los múltiples vacíos legales que se encuentran los consumidores cuando acuden a estas viviendas residenciales transformadas en turísticas y pretenden realizar cualquier reclamación o se encuentran sorpresas imprevistas.

    Y, por último, se encuentran los propietarios VUT que legítimamente defienden sus derechos e intereses. Y hacen bien porque es lo que tienen que hacer y sería una anomalía social y económica el no hacerlo. Lo único es que, si me permiten, más que defender sus intereses, deberían defenderlos mejor.

    Se equivocan embarrando el debate. Nadie tiene manía persecutoria hacia ellos. Esto no es personal. Hay un debate de ideas en el que unos lo ven de una determinada manera y otros de otra. Con recetas y soluciones diferentes... Atacar a quien piensa diferente es algo que dice muy poco de quien lo practica. Trasladar al plano personal algo que solo afecta a conceptos en los que además todas las partes coinciden, como es el amor por esta ciudad y preservar su futuro, hace que leer y escuchar algunas declaraciones abochornen y generen rechazo hacia quien las lleva a cabo.

    Hay que admitir y hacer prevalecer el interés general. ¿Qué más pruebas hacen falta para ver la transversalidad de afectados por este fenómeno? La ciudad no puede verse rehén en manos de menos de un millar de propietarios porque la regulación no les gusta o les implica que van a conseguir un beneficio menor por sus inversiones.

    Y este es un detalle importante: un escenario es que uno pierda su fuente de ingresos y pase a ser 0 y otro bien diferente es que sus beneficios decaigan en un porcentaje. Y esta es la alternativa de alquiler tradicional o de 10+2 que se les ofrece a todos los propietarios para que sigan ingresando. Una alternativa perfectamente válida y rentable... pero que tampoco vale.

    Aquí es donde antes me refería a que deberían defender mejor sus intereses. Uno no puede instalarse en posiciones totalitarias y si no se consiguen dinamitar todo el proceso.

    No es justo el regular de ahora hacia adelante. ¿Qué pasa con los propietarios que una vez avisados y conocedores de la situación, hace muchos meses decidieron situarse en la legalidad? ¿Hay que primar a quien aun sabiéndolo continuó actuando de manera incorrecta? No es justo.

    Para finalizar, asegurar que este debate no debe leerse en términos de vencedores ni vencidos. La única que gana es la ciudad.

    Propietarios VUT instálense de nuevo en la educación y tengan la clarividencia de saber cuándo uno debe parar. Mantenerse en el error tan solo les generará frustración.

    Toda la ciudad les espera en el lado bueno de la historia.

    Compostela se merece que sus vecinos, en un momento tan importante como este, se encuentren a la altura.

    09 dic 2022 / 01:00
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