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Lista de espera para alquilar pese al alto precio de algunos apartamentos

Quatrium remarca la velocidad a la que vuelan los pisos, entre ellos uno de solo dos habitaciones por el que pedían 850 € // La rentabilidad de los turísticos es mayor, pero a costa de una menor estabilidad

La escasa oferta y la enorme demanda de viviendas en régimen de alquiler que hay en Santiago, realidad cerciorada a través de los datos de Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin), está provocando situaciones atípicas para Compostela, similares a otras grandes urbes del país. Así, ya hay listas de espera para poder ver los inmuebles que salen al mercado y estos, una vez aparecen, vuelan en tiempo récord. Para muestra, un botón: en Quatrium, esta semana, un piso de dos habitaciones por 850 euros al mes, disponía de gente a la cola esperando y se arrendó en un par de días.

En este sentido, como adelantaba el presidente de Agalin, Carlos Debasa, los 130 apartamentos disponibles en la capital gallega no dan para abastecer las demandas de la ciudad, lo que complica “una barbaridad” la posibilidad de buscar propiedades en este régimen.

Ligado a la ausencia de opciones, está también el aumento de los precios, lo que queda patente en el ejemplo citado. Sobra decir que se necesitan rentas altas para ser capaces de llegar a un alquiler de más de ochocientos euros, teniendo en cuenta que a ellos hay que sumar otros gastos como luz o agua, pero aún así existen peleas por esos inmuebles.

Con todo, más allá de este caso y teniendo claro que la horquilla de importes puede variar mucho en función de las características o la ubicación, el arrendamiento mensual en Santiago, teniendo en cuenta el mayor volumen de propuestas, suele rondar entre los 500 y los 600 euros.

A mayores, desde la agencia inmobiliaria apuntan que cada vez hay más propietarios que se pasan a esta modalidad, puesto que la consideran “más estable económicamente y duradera en el tiempo”, además de suponerle un “menor trabajo y una mayor seguridad”, especialmente ante posibles inquilinos vándalos, en comparación con aquellos que los destinan al apetitoso régimen vacacional.

Esta pequeña tendencia se constató en algunas grandes urbes, como Madrid o Barcelona, a raíz de la pandemia, en la que se recuperó el alquiler tradicional en detrimento de las opciones para visitantes. Aun así, aprecian desde Quatrium, “siguen entrando ahora nuevos pisos para alquiler”, dada la importante salida que tienen, ya no solo para estudiantes, colectivo clásico al que no todos están dispuestos a aceptar, sino también a trabajadores y a familias.

Estos beneficios contrastan con el motivo económico, una rentabilidad en la que ganan, por goleada, los pisos turísticos. A tenor de las estimaciones de la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (Aviturga), el abanico puede variar, por ejemplo en el casco histórico, desde los sesenta hasta los ciento y muchos euros al día.

Teniendo en cuenta que Compostela se considera un destino anual y que las estancias en la capital gallega son de unos cuatro o cinco días de media, las ganancias suben mucho, pero los mantenimientos también.

Reclaman que se aprovechen los edificios vacíos del casco histórico para aumentar la oferta actual
Roberto Almuíña insta al Concello a buscar fondos para destinar en este tipo de inmuebles

Dentro de esta balanza desnivelada en cuanto a ofertas de un tipo y otro, una de las áreas más afectadas, que no la única, es la zona vieja de Compostela. Por ello, los vecinos llevan tiempo reclamando medidas que fomenten el establecimiento de familias en sus calles.

“Os monocultivos entendemos que non son bos. Dedicar a cidade histórica a hoteis e pisos turísticos non nos parece de recibo porque chegaremos a unha competencia tal que se vai a desmadrar”, destaca Roberto Almuíña, presidente de la Asociación Vecinal Fonseca.

Así, apuntando que este tipo de negocios son totalmente lícitos, sus peticiones apuntan al plano institucional, reclamando una mayor limitación y el impulso de políticas públicas, especialmente destinadas a aprovechar los edificios que están abandonados.

“Se Vigo recibe da Xunta catorce millóns para mercar edificios, rehabilitalos e poñelos en aluguer, non entendemos que en Santiago non haxa un programa máis potente cando no casco histórico hai moitos inmobles baleiros”, detalla.

En este sentido, señala el representante de los residentes que las actuaciones de la Oficina de Rehabilitación del Consorcio no “solucionan” el gran déficit de habitantes de la Almendra.

“Somos unha cidade Patrimonio da Humanidade e non é de recibo que a Rúa Travesa estea pechada, igual que as Casas Reais, o Preguntoiro, Algalia de Abaixo... montóns de edificios pechados e que están aí deteriorándose sen que ninguén faga nada”, concluye, a la vez que insta al Gobierno local a conseguir fondos para aprovechar en estas propiedades.

27 abr 2022 / 00:00
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