Llega otra ‘ola’, pero esta vez en forma de sanciones de tráfico por vía de apremio

No pudieron ser localizados en el domicilio que figura en el Ayuntamiento, o éste se encuentra en otra localidad, pero sí quedaron registrados en alguno de los mecanismos de control del tráfico, y ahora Raxoi intenta dar con ellos por vía Boletín Oficial.

Se podría pensar que tras un año como el pasado, en el que las restricciones a la movilidad ocuparon bastantes meses del año, salvo el breve paréntesis veraniego, el número de infracciones sería menor, pero una buena parte de las sanciones que ahora se intentan cobrar corresponden a infracciones cometidas en 2020, aunque algunas son más antiguas, pero en cantidades menores, y no más allá del año 2019.

De hecho, el Ayuntamiento de Santiago suspendió el contrato con la empresa que gestiona las multas durante el confinamiento, ante la imposibilidad de tramitar las mismas por la paralización de todos los procesos administrativos, lo que impedía tramitarlas y pasarlas al cobro, aunque se siguieran registrando durante ese tiempo.

Y es que durante los confinamientos tanto los radares como los fotorrojos siguieron haciendo su trabajo, y la fluidez del tráfico pudo influir a la hora de apretar el pie.

El caso es que una buena parte de estas sanciones no han podido ser entregadas, en buena medida, porque la mayoría de ellas corresponden a conductores que no tienen su domicilio en Santiago, sino en otros puntos de Galicia, de España, e incluso del extranjero.

Así que una vez más el mecanismo utilizado es el de la publicación en el Boletín, y siguiendo los correspondientes pasos, es decir, notificación de la infracción para que en los casos en los que hay pérdida de puntos, que son unos cuantos, se identifique al conductor del vehículo.

recursos. También para que se presente, si es el caso, el correspondiente recurso ante el Ayuntamiento y si éste es rechazado, se pueda interponer el correspondiente recurso. Algo que solo será posible si el interesado se entera de que figura en el lista antes de que concluya el plazo. Normalmente son quince días para recurrir y dos meses para el contencioso.

En el caso de no ser así, se pasa a las siguientes fases, que pueden concluir en la vía de apremio, es decir directamente en el embargo de las cuentas bancarias del interesado para hacer efectivo el importe de la sanción, el recargo y hasta algo más para costear la tramitación.

Es en esta última fase cuando el interesado suele enterarse por fin del procedimiento, porque ya no es la publicación oficial, sino su entidad bancaria quien le comunica la situación que no es otra que el bloqueo de las cuenta.

Legalmente, la publicación del anuncio en el Boletín Oficial tiene el mismo valor que una entrega en mano, por lo que cada vez que sale un anuncio, si transcurrido el plazo no se ha personado el ciudadano, se considera la tramitación completada y se salta a la siguiente fase.