“Los ortodoncistas somos parte del equipo que trata la apnea del sueño”

“Los ortodoncistas no somos profesionales de la estética, sino, y sobre todo, profesionales de la salud. Aparte de tratar el alineamiento de los dientes, tratamos la irregularidad de los maxilares (si son niños mediante ortopedia dentofacial y si son adultos con ortodoncia y cirugía ortognática)”, explica el doctor Pérez Varela. En este sentido, el actual presidente de la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO), recuerda que se ha demostrado que los ortodoncistas cada vez tienen un papel más prominente en el tratamiento de la apnea del sueño.

“Múltiples estudios han puesto de manifiesto que los ortodoncistas podemos mejorar mucho el paso de aire por las vías aéreas. Para ello, en niños, actuamos sobre el crecimiento de los maxilares, tanto ensanchando el maxilar como avanzando la mandíbula y el maxilar; y después, cuando son adultos, mediante tratamientos combinados con ortodoncia y cirugía ortognática, ensanchando la maxila con cirugía o llevando la maxila y la mandíbula hacia delante”, señala.

Este tratamiento se hace idealmente con un equipo multidisciplinar, en el que se integra muchas veces un neumólogo y, en algunas ocasiones, también otorrinos, cirujanos maxilofaciales y los ortodoncistas, como parte fundamental del mismo.

Pero la ortodoncia tiene sólo beneficios en el cuidado de la apnea del sueño, sino que tiene mucho otros sobre la salud, ya que unos dientes bien alineados permiten un cepillado más eficiente, lo que minimiza el riesgo de enfermedad de las encías (y todas las repercusiones que esto tiene sobre el resto del organismo) y caries.

“Unos dientes apiñados o torcidos tienen mayor riesgo de padecer caries o sarro, y de producir inflamación de encías porque el cepillado es menos eficaz. Un buen cepillado también minimiza el problema de halitosis”, aclara el doctor, uno de los pocos ortodoncistas españoles en obtener todas las acreditaciones de excelencia clínica, tanto nacionales como internacionales.

Asimismo, este campo evita el desgaste anormal de los dientes y permite mejorar la masticación, con los beneficios en la digestión que esto implica, ya que, si no se hace bien, esta se vuelve más pesada. Asimismo, masticar correctamente, favorece la absorción de nutrientes.

Además, cuando hay maloclusión, el paciente puede tener molestias al masticar, padecer sobrecarga en los músculos faciales y dolor de cabeza (al morder mal generamos presión en la articulación), y puede existir síndrome de la ATM (articulación temporomandibular), lo que puede causar dolores de cabeza, oído, espalda y cervicales.

Lo cierto es que hay numerosas patologías que tienen su origen en una mala mordida, ya que puede afectar a las articulaciones, provocar escoliosis cervical, cefaleas, visión doble, pitidos en el oído...; pero muchos pacientes aún lo ignoran, advierte el especialista.

“En función de la patología, proponemos al paciente las distintas alternativas de tratamiento para el caso concreto. Para ello, elaboramos un diagnóstico y una planificación del tratamiento en base a un estudio ortodóncico, empleando la observación clínica, escáner intraoral, escáner craneofacial, moldes de la boca y fotografías intra y extraorales del paciente”, especifica.

Cada vez, los adultos se animan más a someterse a ortodoncia, ya que puede hacerse a cualquier edad. En algunos casos son personas que, por el motivo que sea, no se sometieron a tratamiento en la adolescencia, a pesar de que lo necesitaban, y ahora se deciden a hacerlo.

Pero los dientes se mueven a lo largo de toda la vida y, en algunos casos, es a los 40 o 50 años cuando comienzan a producirse las manifestaciones de algunos procesos que se llevan desarrollando mucho tiempo y que se encontraban en un equilibrio. También hay otros casos en los que se ha movido la dentadura debido, por ejemplo, a que se ha perdido una pieza y no se ha sustituido en el momento.