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Los sintecho salen de Belvís para intentar reinsertarse en la sociedad

Vivirán en pisos facilitados por los Servicios Sociales y otras entidades colaboradoras

El Ayuntamiento compostelano, a través de la concejalía de Políticas Sociais, comenzó el pasado día 24 de marzo a derivar a los sintecho de la ciudad al Seminario Menor de Belvís, donde una veintena de personas permanecieron hasta ayer, gozando de unas condiciones muy diferentes a las que estaban acostumbrados. Allí, los residentes disfrutaron de habitaciones individuales, un amplio patio interior en el que salir a estirar las piernas, salas para ver la televisión y un comedor en el que se sirvieron tres comidas al día.

Ahora, la flexibilización del estado de alarma, hace que 19 de los 21 indigentes que llegaron a entrar en el complejo, estén a punto de iniciar una nueva vida lejos de la calle. Así, exceptuando dos personas que decidieron abandonar el seminario, los demás se repartirán entre Cáritas, varias entidades con las que el Ayuntamiento tienen convenios y varios pisos de propiedad municipal.

La edil responsable de Políticas Sociais, Mila Castro, destaca el arduo trabajo llevado a cabo por los profesionales del Ayuntamiento compostelano y de las diferentes entidades sociales que colaboraron con su departamento, para asegurar el bienestar de estas personas que se encontraban en una situación de extrema vulnerabilidad.

Además, dos de ellos ingresarán en un centro terapéutico, una decisión que, según Castro, tomaron ellos mismos “de forma completamente voluntaria”.

La edil asegura que todos los reubicados se muestran dispuestos a iniciar una nueva etapa de la mano de los Servicios Sociales. “Lo que está claro es que ninguno quiere volver a la vida de antes”, sentencia. Ante la motivación mostrada por los sin techo y tras dos meses de trabajo, la concejala apostó por trabajar a favor de su reinserción. Así, se llevó a cabo una labor de regularización legal de estas personas, ya que muchas de ellas habían extraviado su documento de identificación o lo tenían caducado. En este sentido, Mila Castro asegura que todos los beneficiados están empadronados en Santiago.

Aún así, los voluntarios de Cruz Roja Santiago, siguen atendiendo en sus rutas nocturnas a personas que, pese al estado de alarma, pasan la noche en la calle. Mila Castro, sin embargo, asegura que se trata de gente “itinerante” que es difícil de controlar porque “un día están en Noia y el otro vienen a Santiago o a Padrón”.

Para los residentes dejar Belvís supone un alivio, ya que pasaron las últimas semanas completamente aislados. La responsable asegura que los sintecho no dejaron el complejo durante toda la cuarentena y que ahora ansían poder volver a pasear por las calles. “Ellos no salieron de Belvís desde que llegaron, a finales de marzo. Paseaban por los jardines del seminario y nada más”, explica la edil.

Durante su estancia, los residentes contaron con un equipo de enfermeros y psicólogos de la Unidad Municipal de Atención a Drogodependencias que fueron de vital importancia para la reinserción de estas personas que, tras dos meses encerrados y llevando un tipo de vida muy diferente al que estaban acostumbrados, están convencidos de dejarse ayudar por las diferentes entidades sociales de la ciudad. A pesar de a las facilidades prestadas por al Ayuntamiento, algunas personas se negaron a dejar la calle. Así, durante el mes de abril fue sonado el caso de un indigente de nacionalidad polaca que fue identificado por la Policía en varias ocasiones tras provocar diferentes altercados en la zona de Os Concheiros. Además, esta persona habría sido denunciada en diferentes ocasiones por saltarse el confinamiento, aunque finalmente fue incapacitado judicialmente y trasladado al servicio de Psiquiatría del Clínico. Algo similar ocurrió con otras dos personas a las que la Policía abrió diligencias por saltarse el confinamiento en diferentes ocasiones y que fueron noticia el mes pasado por protagonizar varias incidencias en la capital gallega.

FINAL FELIZ. Al principio del encierro la concejala de Política Social aseguraba que se estaba ofreciendo un alojamiento a todas las personas sin hogar. Sin embargo, la ayuda era voluntaria y algunos optaron por permanecer en la calle, vulnerando las normas impuestas por el estado de alarma.

Por otro lado, Castro se mostraba preocupada a finales del mes de marzo sobre los problemas de convivencia que pudieran surgir en Belvís, pero los responsables señalan que no se registró ningún problema de este tipo, calificando de “éxito” una iniciativa que pretendía “humanizar” a estas personas, al contrario de lo ocurrido en otros concellos, donde se optó por confinar a las personas sin hogar en pabellones. Las buenas condiciones ofrecidas provocaron la llegada de personas desde los ayuntamientos limítrofes.

El dato
Tres ingresarán en un centro terapéutico

··· La gran mayoría de los que ingresaron en el Seminario Menor permanecieron en el complejo durante los últimos dos meses, donde fueron asistidos por un equipo de enfermeros y psicólogos de la Unidad Municipal de Atención a Drogodependencias.

··· Tres de los indigentes atendidos ingresarán en un centro terapéutico, una decisión que tomaron de forma voluntaria y que la concejala de Políticas Sociais considera un logro de los Servicios Sociales.

··· Pese a que en Belvís los residentes contaban con una serie de comodidades, como habitaciones individuales, comida gratuita, o una sala para la televisión, algunos optaron por permanecer en la calle, provocando varios altercados que incluso llevaron a uno de ellos a ser trasladado al servicio de Psiquiatría del Clínico. Según Mila Castro, fueron pocos los que se negaron a entrar en el Seminario.

25 may 2020 / 00:02
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