Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h
Treinta usuarias y cuidadores del Cottolengo del Padre Alegre pudieron disfrutar del alumbrado de Nadal y el Belén de Conxo gracias a la generosidad de la asociación TEXTO Uxío Santamaría

Los taxistas, verdadero espíritu navideño con la carrera más solidaria

“Nos lo propuso el Concello y la verdad es que estamos encantados de haber podido colaborar”. Son palabras de Jesús García, presidente de la Asociación Compostelana de Auto Taxi, la cual ha participado este martes en una acción solidaria que ha sido muy aplaudida en la ciudad. Los taxistas de Santiago prestaron todo su apoyo para que las residentes del Cottolengo del Padre Alegre pudiesen conocer la iluminación y el espíritu navideño que impera estas semanas en la capital gallega. El pazo de Raxoi y la Asociación Compostelana de Autotaxi unieron esfuerzos para agasajar a las usuarias de la casa de acogida de la Iglesia con un recorrido en taxi con el que pudieron disfrutar in situ de las luces y decoraciones de Navidad que adornan la ciudad durante estas fechas. Las Hermanas del Cottolengo del Padre Alegre de Santiago llevan desde 1951 acogiendo y atendiendo a personas enfermas, discapacitadas y de pocos recursos que no pueden ser atendidas por otras instituciones.

La iniciativa partió de las Hermanas de Cottolengo, y fue acogida muy positivamente por el Gobierno municipal y por el colectivo de taxistas de Santiago. Catorce taxis recogieron a una treintena de usuarias y cuidadores del Cottolengo del Padre Alegre. En esta primera salida después de la pandemia hicieron un recorrido por las viviendas decoradas por los vecinos del barrio de O Castiñeiriño, donde se encuentra también el centro. Y también hicieron una parada en el barrio de Conxo para visitar el belén familiar de más de 1.000 piezas que Paco Otero monta para el disfrute de la ciudadanía compostelana desde hace 40 años.

“Fue una experiencia maravillosa para nosotros”, manifiesta el presidente de los taxistas en declaraciones a EL CORREO, a la vez que relata que como comenzaron el recorrido a las cinco y media de la tarde aprovecharon para visitar el Belén de Conxo mientras no se hacía de noche y no se encendía la iluminación de Navidad.

En el rostro de las viajeras, comenta, se podía apreciar la felicidad, pues se trataba de la primera salida del centro tras la pandemia; “aunque para nosotros también fue muy emocionante y estamos deseando repetir”. De hecho, aunque finalmente solo hicieron falta catorce coches, hasta el Cottolengo se desplazaron muchos más con la intención de participar en la iniciativa. De ahí que Jesús García quiera manifestar su “agradecimiento” a todos los compañeros que quisieron aportar su granito de arena a esta iniciativa solidaria “que esperamos poder repetir”, insiste. Para la cabalgata navideña fueron necesarios varios coches adaptados para personas con movilidad reducida, pues algunas usuarias del Cottolengo necesitan silla de ruedas que los taxistas pusieron a disposición.

Tras la visita del Belén de Conxo, las hermanitas del Cottolengo pudieron admirar el alumbrado de las calles del casco histórico en un itinerario por la calle da Virxe da Cerca, plaza de Cervantes, Costa de Xelmírez hasta la plaza del Obradoiro, donde el grupo fue recibido por el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, y por el concejal de Movilidad, Gonzalo Muíños. Allí pudieron admirar el carrusel, y las luces que adornan la plaza, incluido el árbol de Navidad.

El alcalde le agradeció a Jesús García, presidente de la Asociación Compostelana de Autotaxi, su colaboración y la acogida tan positiva que tuvo entre el colectivo del taxi. Es la primera vez que se lleva a cabo en Santiago una iniciativa solidaria de este tipo, pero García adelantó que para ellos es una satisfacción y que piensan repetir en un futuro. Antes de volver al Cottolengo, los taxistas realizaron un último recorrido para que pudiesen disfrutar de la iluminación de las principales calles del Ensanche, incluida O Hórreo y la plaza de Galicia.

CASA DE FAMILIA. El Cottolengo del Padre Alegre se fundó en Santiago el 22 de julio de 1951 con el objetivo de atender a los enfermos incurables, tanto físicos como psíquicos que, por las características de su dolencia y por la problemática social o económica de sus familiares, no tienen otro sitio a dónde ir, como explica la madre superiora.

La grandiosidad de su labor no es, únicamente, que le den un techo, atención médica y calor humano a estas personas que, sin ellas, no tendrían a nadie. Su grandeza reside en que, además, consiguen integrarlas en un auténtico hogar.

Actualmente viven en el Cottolengo de Santiago sobre medio centenar de enfermos. “Cada uno diferente, con su particularidad. Pero todos son personas felices que nos enseñan a valorar lo que tenemos y que nos muestran que por encima del tener o el poder, está el ser, abogan las religiosas.

Las monjas son Servidoras de Jesús del Cottolengo del Padre Alegre, una congregación religosa de derecho pontificio fundada para servicio de los enfermos más pobres. Su magia reside en que no les está permitido pedir limosna alguna. Sólo viven de la “divina providencia, es decir, de lo que deciden dar las personas. Aún así, nunca les ha faltado de nada. ¿La razón? Su fe y voluntad inquebrantables para salir adelante en cualquier situación.

Un ejército de hombres y mujeres de todas las edades colaboran con ellas cada día. Bien proporcionándole al centro comida, ropa, muebles, etcétera; o bien trabajando en su interior de distintas maneras: unos como cocineros, otros como costureros adaptando la ropa que otras personas donan a las tallas de las enfermas, o bien ayudando a éstas a comer o a cuidar su higiene. Estos voluntarios son una gran ayuda, pero las enfermas necesitan cuidados las veinticuatro horas del día, y las monjas del Cottolengo deben multiplicarse para atender a todas.

29 dic 2022 / 01:30
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito