Mascarillas también para bailar en la calle

Aunque el BOE establece que la obligación de utilizar mascarilla se obvie en actividades en las que, por su propia naturaleza, su uso sea incompatible, un grupo de bailarines de breakdance en Compostela sí la intenta mantener en sus actuaciones callejeras. Después de casi dos meses sin poder bailar juntos, algunos de los integrantes del grupo Break Inclán, afincado en la capital gallega, ha decidido volver a las calles a practicar un deporte que, por falta de espacio, habían tenido que aparcar por el confinamiento.

Al realizarlo en la calle, intentan al igual que el resto de transeúntes utilizar esta protección para cubrir boca y nariz, aunque admiten que “bailar con la mascarilla es difícil” porque “respirar mientras estás haciendo ejercicio se lleva bastante mal”, tal y como explica Marcel.

Por ello, aunque su intención es hacer que este elemento sea parte de la nueva indumentaria, de vez en cuando tienen que quitárselo porque realizan entrenamientos de alto nivel durante dos y hasta tres horas seguidas. De hecho, están intentando adquirir las mascarillas que tengan la mayor sujeción posible ya que en el breakdance muchos de los ejercicios requieren de giros a “gran velocidad”, si únicamente van sujetas por las orejas “la mascarilla sale volando”.

Pese a las dificultades de intendencia, en Break Inclán están “a tope” tras el enclaustramiento que los mantuvo sin poder reunirse durante casi dos meses. Sesenta días en los que, sin embargo, no pararon de ensayar al encontrar en las tecnologías un aliado. Los móviles, tabletas y ordenadores sirvieron como locales de ensayo para preparar coreografías grupales.

Ahora, las calles de Compostela sirven para poner a prueba lo aprendido durante el encierro con el plus de aprovechar “la energía muy positiva” que emana de las ganas de juntarse tras tanto tiempo.