Mofa e Befa: “En ‘Pirolíticos’ los hombres no lo pasan bien”

Tenía que ser así, en fechas cercanas al festivo carnaval y al emotivo día de los enamorados: Mofa e Befa están de vuelta en la ciudad, en Santiago, en su ciudad, o casi, porque hay pocos lugares del mundo donde estos maestros del humor tengan tal cantidad de seguidores. Esta semana actúan en el Principal tres días: jueves, viernes y sábado a las 20:30 horas (entradas a 12 euros). Van a representar su nuevo espectáculo Pirolíticos, escrito por María Lado y Lucía Aldao.

Mofa e Befa son Evaristo Calvo y Víctor Mosqueira, dichos por orden alfabético aunque el (falso) desorden escénico sea su razón de ser al hilvanar comedias desde su estreno como dúo a finales del olímpico 1992. “Somos dos actores tan diferentes como complementarios”, subraya Evaristo (A Coruña, 1961) en charla con EL CORREO.

“Al cumplir los treinta años de Mofa e Befa pensamos en hacer algo diferente y tratar el impacto del patriarcado en los hombres, una crítica desde la perspectiva masculina, una guía para machos desconcertados... y empezamos a trabajar en la idea con Lucía Aldao y María Lado, que son feministas pero cada una a su manera. Y ese trabajo en equipo resultó ser una maravilla, de hecho, Lucía y María van a seguir trabajando con nuestra compañía, Excéntricas, en algo que preparamos de cara a 2024”, detalla Evaristo para resumir hasta que punto va germinando esa colaboración

“Pirolíticos es un espectáculo donde los hombres no lo pasan bien, bueno, al final sí porque todo el mundo disfruta pero...”, dice Evaristo sin decir, hablando bien alto y claro sobre un texto que alude a aquellos hombres a disgusto con el machismo imperante. Estrenado en Carballo, suman diez representaciones, alguna con risas tan sonoras que su eco aún resuena en tierras del Barbanza.

Evaristo lo recuerda: “Cuándo actuamos con Pirolíticos en A Pobra do Caramiñal el 80 % del público estaba formado por mujeres y aquello fue un arrase, un arrase”, reitera gráfico este actor de fama gracias al humor aunque además tenga muescas en el alma de otras mil aventuras interpretativas pero el humor, como el primer amor, deja huella especial. Honda.

Mofa e Befa lo saben. Lo sudan.

“Hacemos muchas variaciones de cada espectáculo, recomponemos y resituamos las cosas muchas veces hasta que vamos dando con la forma definitiva, y en Pirolíticos, tras las diez funciones, ya hemos dado con ello. Hemos experimentado con el orden de los sketches o entremeses pero hemos vuelto al orden del principio. Duraba dos horas pero lo hemos reducido. Aunque si algo es divertido nunca se hace largo, hicimos dos descartes para dejarlo en hora y media. En su día hicimos algún espectáculo de hasta dos horas y media pero todo lo que sea un show de más de 90 minutos para dos personas, considerando que ya no somos tan jóvenes, hace difícil mantener el nivel de energía”.

Mofa e Befa son especiales. A sus fan irredentos solo les falta entrar a los teatros con una camiseta de sus colores, como si fueran socios del Compos, Celta o Dépor, casi en igual cantidad. “Si fuese así sería una maravilla pero lo nuestro son seguidores, que también es de agradecer”, matiza.

“A Chévere y a nosotros nos pasa que tenemos un público muy asiduo, con mucha fidelidad. Saben que nosotros siempre estamos abiertos a las variaciones en nuestros espectáculos, abiertos a improvisar, a coger las aportaciones que hace el público. En nuestro caso no existe la cuarta pared, de hecho inventamos la quinta pared, que es el biombo donde aveces nos escondemos, o parece que nos escondemos. En nuestros espectáculos siempre hay esa interpelación”.

El cartel de la obra muestran a Víctor y Evaristo practicando guitar hero al estilo heavy con fregona y escoba en lugar de Fender o Gibson. “Te lo desvelo, suena música de Mororhead”, añade Evaristo, quien junto a Víctor Mosqueira, lidera un equipo con música específica de Piti Sanz, espacio escénico de Marcelino de Santiago (Kukas), lumínico de Octavio Mas, vestuario de Xulia Brens, grafismo de Natasha Lelenco, fotografía de Sabela Eiriz, vídeo de Sonia García (Seimeira), inventiños de Pepe Penabade, corrección lingüística de Ana Triñáns y producción de Rubén G. Pedrero, bajo la dirección de Clara Gayo.

“Como canta Serrat: Somos atorrantes que nos reímos de cosas importantes”, concluye Evaristo citando la canción Malas compañías y él, que vive en Compostela y es un actor coruñés sin miedo a reivindicarse como “picheleiro de adopción”, acepta opinar sobre el latido de Santiago.

“Hay que adaptarse a los tiempos pero a veces hay quienes buscan aprovecharse de un modo muy amateur del turismo y queriendo hacer su agosto no llegan a septiembre... Desaparecen lugares de encuentro de las gentes de aquí y aparecen lugares fugaces que luego no funcionan, cierran y esos locales se quedan cerrados. Podría haber más mimo al hacer las cosas”.