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Nadie hace caso a la prohibición de apoyarse en las columnas de Raxoi

El gobierno local indica que una vez se restauren los pilares la Policía Local se encargará de que todo el mundo respete la medida // Las señales pasan inadvertidas para la mayoría de visitantes

Pese a los intentos del Concello para poner remedio a una costumbre que sigue dañando el patrimonio histórico-artístico, el cansancio o la emoción que invaden a las miles de personas que llegan a diario a la praza do Obradoiro logra imponerse a las señales que advierten de la prohibición de sentarse o apoyarse en los arcos del pazo de Raxoi. Las imágenes que acompañan estas líneas se repiten cada jornada como un ritual espontáneo para numerosos peregrinos tras completar el Camino, pese a que en octubre del año pasado el Concello de Santiago dictaminó que quedaba prohibido apoyarse en las columnas de los soportales de la Casa Consistorial, alegando que llevaban demasiado tiempo sufriendo deterioro por esta costumbre.

Esta decisión parecía, en primera instancia, que cambiaría para siempre la estampa habitual de la praza do Obradoiro, pues esa posición es una de las favoritas de los peregrinos, además de tumbarse en el centro de la plaza. Tras superar la última etapa y completar el Camino, el cansancio incita a los peregrinos a buscar asiento. Y estas columnas, además de un cómodo respaldo, ofrecen unas de las vistas más impresionantes de la Catedral, situándose justo enfrente de la fachada barroca del templo.

Quizá por estos motivos turistas y peregrinos hacen caso omiso de la prohibición. Y es que tras más de medio año la imagen habitual en el Obradoiro sigue siendo la misma: por cada columna del pazo de Raxoi hay una persona dispuesta a apoyarse en ella para disfrutar de un descanso en una posición de lujo. Y es que los esfuerzos del Concello parecen haberse realizado en vano. Con la nueva normativa, se colocaron carteles en varios idiomas y cámaras de seguridad, con la intención de disuadir a los visitantes.

Sin embargo, los carteles de los soportales parecen pasar desapercibidos, las cámaras no surgen ningún efecto y, además, la Policía Local no persigue este comportamiento, sin advertir a los infractores. Así, a la atracción que supone para muchos colocarse en esa disposición, hay que añadir la posibilidad de que tal prohibición sea desconocida por los peregrinos y tampoco se les notifique cuando incumplen la normativa vigente.

REHABILITACIÓN. Después de prohibirse esta mala costumbre el pasado octubre, los santiagueses esperaban que tarde o temprano comenzase un proceso de rehabilitación para devolver a su estado original las estructuras deterioradas. Por desgracia, ese tratado no se ha producido hasta el momento.

La concejala de Urbanismo, Vivienda, Ciudad Histórica, Acción Cultural e Igualdad, Mercedes Rosón, aseguró en declaraciones a EL CORREO GALLEGO que el Concello ya ha iniciado el proceso para poner en marcha en plan de rehabilitación, que afectará a todo el pazo de Raxoi. Los trabajos intentarán devolver al estado original todas las estructuras del ayuntamiento, no sólo las columnas, y también se adaptarán algunas infraestructuras relacionadas con servicios como el de suministro de agua.

Respecto a la prohibición, Mercedes Rosón señala que sí ha sido efectiva en algunos aspectos. “Hasta que se tomaron medidas alguna gente trepaba y subía por algunos muros de Raxoi diariamente, y hace meses que no hemos vuelto a ver tales comportamientos”, señala la concejala de la Ciudad Histórica.

En relación a las columnas de los soportales de la Casa Consistorial, Rosón considera que se trata de algo “más complejo”, ya que es un comportamiento mucho más asentado y “difícil de disuadir”. Sin embargo, la edil espera que “se ponga fin a este comportamiento” una vez se lleve a cabo la rehabilitación de las estructuras.

14 may 2022 / 00:00
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