No hay quien pueda con los vándalos

Menos de tres semanas ha durado en su sitio buena parte de la red protectora que el Ayuntamiento instaló en las jardineras del parque de Ramírez con el objetivo de proteger las plantas y flores que adornan el lugar, desde hace mucho tiempo convertido en una especie de selva plagada de desechos de todo tipo.

En los últimos días de fiesta, gamberros y vándalos de todo tipo se han cebado a base de bien con dicha instalación y ya muchos puntos presentan desperfectos tras ser arrancadas las estacas que mantenían en pie la malla protectora, que también está rota en numerosos tramos.

La imagen del parque, tras esos ataques vandálicos, vuelve a ser de decadencia total y de nada sirvió el esfuerzo de Raxoi para adecentar una zona muy utilizada por los vecinos del Ensanche, tanto por padres que llevan a sus hijos a jugar al parque infantil, uno de los pocos existentes en el barrio, como propietarios de perros que encuentran en este lugar un buen sitio para que sus mascotas se desbraven un poco.

Los pronósticos más negativos, que indicaban que la red protectora duraría en pie muy pocos días, se cumplieron con creces, sobre todo porque la fragilidad del montaje es manifiesta. Se trata de simples estacas de madera clavadas en la tierra a las que se graparon tramos de malla plástica de color verde y muy poco resistente a los impactos.

La iniciativa tenía por objetivo impedir que los perros accediesen a la zona ajardinada, aunque el problema fundamental no son las mascotas, sino los animales de dos patas que se dedican a patear las plantas por diversión y a tirar todo tipo de residuos, desde botellas y latas a envoltorios y bolsas.

Dicha red, al ser de muy baja altura, sigue sin impedir el paso a los gamberros de turno, que en los últimos días también se han dedicado a arrancarla y a desclavar las estacas. De igual forma, varios de los carteles indicativos instalados en la zona para rogar a los viandantes que respeten la vegetación han sido desplantados.

La zona de Ramírez es también muy frecuentada por pandillas de jóvenes no muy cuidadosas, por lo general, con el entorno, de ahí la suciedad que presenta a cualquier hora a pesar de que nadie podría alegar la escasez de papeleras y de contenedores. En este sentido, muchas mañanas, a primera hora, es normal encontrar restos de botellones, cristales rotos e inmundicias de todo tipo, tanto en la zona de vegetación como en el suelo.

Los grafiteros también sienten una especie de predilección por esta zona y muchos vecinos están hartos de tirar el dinero en adecentar las fachadas de unos edificios que duran muy poco limpias por culpa de los adictos al espray. Uno de esos inmuebles fue pintado de blanco hace muy pocos meses y las partes más bajas ya están decoradas con grafitos. ¿Para qué invertir en limpieza?