Patrimonio da el OK a la polémica ‘marea’ de cables en la zona vieja

El casco histórico está siendo testigo de los nuevos mecanismos de control que actualmente ya se están incorporando a la ciudad. Enmarcados dentro del programa Smartiago, no solo permitirán vigilar lo que sucede, sino también prever lo que va a ocurrir para evitar problemas. Es decir, que la información que recojan será procesada para establecer pautas que permitan anticiparse a situaciones que puedan llegar a ser problemáticas y establecer soluciones.

Pero el plan va más allá, pues uno de los objetivos fundamentales de este proyecto es controlar el peso de todos los vehículos de reparto que entren en la zona monumental o controlar el flujo de visitantes en las épocas de mayor actividad turística.

Mientras tanto, los vecinos de la zona vieja están viendo como sus fachadas se llenan de cables y de cajas eléctricas que tienen “un tamaño tremendo” según describía el presidente de la Asociación Vecinal Fonseca, Roberto Almuíña, en declaraciones a EL CORREO, lo que implica que su colocación “afecta á estética das fachadas e, polo tanto, do patrimonio do casco histórico”.

“Vemos que non se atende ás peticións dos veciños. É unha falta de respecto, levamos esperando 20 anos pola instalación da fibra polo problema co cableado, e de repente atopamos aos operarios instalando todos estes cables e caixas, sen consultar previamente cos habitantes das vivendas”, expresó.

A este respecto, los residentes del caso histórico criticaron la falta de consideración al comenzar la instalación de estos dispositivos de control sin ningún tipo de comunicación previa a los habitantes de la zona y entienden que la instalación de los tendidos afecta directamente a la estética de los inmuebles. Un hecho que choca contra los requisitos básicos contemplados en el propio proyecto Smartiago donde se recoge que su uso e instalación: “No debe afectar a la integridad física del patrimonio (no se puede realizar obra en pavimentos o paramentos) ni a la estética del centro y casco histórico.

A este respecto, desde el Concello de Santiago, la concelleira de Urbanismo, Vivienda y Ciudad histórica, Mercedes Rosón, justificó esta actuación dado que “o cableado non está a cruzar a rúa, polo que non se levanta o pavimento”, y explicó que mantienen un control permanente de las instalaciones y sus efectos en el patrimonio.

Con todo, Roberto Almuíña destaca que ya en anteriores ocasiones han trasladado su desacuerdo con la instalación de los dispositivos en puntos como la Farmacia Valdés o el Banco de Bilbao, mientras que no hay ninguno en el Cantón de San Bieito, lugar más conflictivo de la actividad nocturna en la zona monumental, o la zona de Antealtares, también con mayor tránsito durante las horas de ocio nocturno. Entienden, por lo tanto, que sí se debería controlar el movimiento de personas en estas zonas, pero se muestran escépticos en relación a la necesidad de controlar el flujo de transeúntes en determinadas áreas donde la seguridad no es un punto determinante.

A este respecto, los vecinos se preguntan “que vai pasar cas imaxes dos veciños. Aínda que as pixelen non existe unha xustifcación para grabar a actividade diaria”, explica Almuíña, en lo que entiende que es una vulneración de su intimidad.

Además, piensa que hay necesidades mucho más importantes en la ciudad que no se están cubriendo, a pesar de las constantes peticiones trasladas con anterioridad a la administración.

En esta línea, no consiguen ver la retribución positiva de este proyecto en la ciudadanía compostelana.