Prisión permanente para Santiago Cepeda por el asesinato de su sobrino

Prisión permanente revisable. Esa es la pena que la Sala Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Compostela, ha impuesto a Santiago Cepeda por acabar con la vida de su sobrino Marcos, de tres años, en septiembre de 2020. El tribunal, de acuerdo con el veredicto del jurado popular, ha declarado culpable de un delito de asesinato al compostelano y, además de la pena de cárcel, también le ha impuesto la prohibición de comunicarse con sus dos sobrinas menores durante veinticinco años por ningún medio, verbal, telefónico o telemático, se especifica en la sentencia. Tampoco podrá acercarse a ellas ni a su domicilio, lugar de estudios o trabajo, debiendo respetar un radio de 500 metros. También deberá pagar en concepto de indemnización 150.000 euros a cada uno de los padres de la víctima y otros cincuenta mil a cada una de las hermanas del niño asesinado.

El tribunal indica en la sentencia que cuando tío y sobrino se encontraban en la vivienda de los padres del acusado, y tras manifestar el niño su deseo de orinar, se dirigió con él a uno de los baños de la primera planta, cerrando la puerta de acceso a esa planta con llave; y la del baño, con pestillo. Una vez en el interior, según el apartado de hechos probados, “se colocó encima de él inmovilizándolo, tapando su nariz y su boca con una mano y sujetándole el cuello con la otra, ejerciendo presión con fuerza hasta provocar su muerte por asfixia”.

También se hace constar que la víctima “no tuvo posibilidad de reacción defensiva ni de auxilio por terceros”, como argumentó el tribunal del jurado, que entendió probado por las declaraciones testificales de sus progenitores y de un vecino, así como por el acta de inspección levantada por la policía y el informe forense: “El jurado declaró que el niño no pudo defenderse del ataque de su tío, a quien acompaña al baño con la confianza que le ofrecía, ni de hecho lo hizo, como reflejó la autopsia y, además, el modus operandi refleja que se tendió también a asegurar la muerte sin posibilidad de huida del menor ni auxilio de terceros porque se dirige con el niño al baño de la primera planta cerrando ambas puertas de acceso, sin que de hecho los padres pudieran fatalmente llegar a tiempo, teniendo que retirar al acusado de encima del niño, donde aún seguía persistiendo en su acción”, recoge el fallo judicial.

También se rechaza que el condenado, en el momento de los hechos, tuviese anuladas por completo sus facultades mentales intelectivas y volitivas y, por tanto, “su capacidad para comprender el hecho y su ilicitud o su capacidad de autodeterminarse para actuar conforme a dicha comprensión”. Además, descartó que “presentase una afectación grave de sus facultades mentales sin llegar a producir la anulación ni tampoco que las tuviera disminuidas levemente”, como sostenía la defensa del acusado. Señala el tribunal que el jurado ha alcanzado estas conclusiones basándose en el informe de la psiquiatra forense, la declaración de un neurólogo y la de un neurocirujano.

Sobre el fallo que emitió la magistrada cabe recurso y la defensa de Santiago Cepeda, representada por el conocido abogado Evaristo Nogueira, confirmó ayer a EL CORRO que se acogerá a esta opción. El letrado insiste en que en el juicio quedó “suficientemente acreditado” con las declaraciones de los testigos que el acusado “cerraba con llave todas las puertas por costumbre”.

También subraya que el problema de salud de su cliente “no es psíquico, sino neurológico, puesto que hace años fue necesario extirparle una parte de la masa cerebral”. Esta dolencia “puede llevar a un estado crepúsculo en el que no se es consciente de lo que se hace”, un argumento que ya se utilizó en el juicio pero que no ha logrado convencer al tribunal del jurado.