Santiago es ya capital gastronómica con el 20 % de las estrellas Michelin gallegas

Santiago siempre destacó por su excelente oferta gastronómica. En el recuerdo de muchos perduran restaurantes que hicieron historia y que consiguieron conquistar paladares de líderes mundiales, como el caso del Vilas. Otros, como el Don Quijote —cuarenta y tres años entre fogones no son nada—, lo siguen haciendo hoy en día con los platos tradicionales que tanto caracterizan a Galicia y que no dejan a nadie indiferente. Pero más allá de la buena cocina que siempre ofreció Compostela, hay que destacar que la ciudad se acaba de convertir en la auténtica capital gastronómica de Galicia, al menos en base a un indicador tan fiable como es la prestigiosa Guía Michelin.

Las estadísticas elaboradas por el reconocido gastrónomo Antonio Cancela revelan que un 20 % de los 15 restaurantes con estrella Michelin que hay en Galicia se localizan en Santiago. Se trata de Casa Marcelo, de Marcelo Tejedor; A Tafona, de Lucía Freitas; y el recientemente galardonado Auga e Sal, propiedad de Alberto Ruiz Gallardón, hijo del exministro y exalcalde de Madrid; y con Áxel Smyth al mando de la cocina. El manual rojo de origen francés se refiere a los restaurantes de una estrella como “una cocina de gran fineza. ¡Compensa pararse!”.

Pero esto no lo es todo, sino que en la última edición de la Guía Michelin, señala Cancela, también se incluyen nueve restaurantes compostelanos con la distinción Bib Gourmand, es decir un 37 % de los 24 que tiene Galicia. Son establecimientos, sostiene Antonio Cancela, “para comer con una buena relación calidad-precio”. Al respecto, detalla que “los Bib Gourmand son restaurantes con una cocina de calidad a menos de 35 euros, sin bebida. Hay solo 283 en España y Portugal; y son los preferidos por los inspectores Michelin cuando van con la familia y tienen que pagar ellos la factura”.

Incide en que ofrecen “una magnifica relación precio-calidad, lo que los convierte en una opción muy interesante a la hora de comer bien y pagar un precio muy asequible”.

Los nueve que consiguieron esta distinción en la última edición del manual, presentado recientemente en Valencia, son Mar de Esteiro; Abastos 2.0-Mesas; Café de Altamira; A Horta D`obradoiro; Mamá Peixe; Asador Gonzaba; Pampín Bar; Anaco; y A Viaxe.

Por otro lado hay que destacar otra categoría de la Guía Michelin, que son los restaurantes recomendados, que se diferencian por una cocina de excelsa calidad. La capital solo cuenta dos con esta distinción. Se trata de A Maceta y del eterno Don Quijote, el cual lleva recomendado en el manual rojo de manera consecutiva nada menos que cuarenta y un años. Precisamente, el restaurante que capitanean Manuel García y Matilde Rodríguez, emplazado en la rúa de Galeras, cumplió el Día de Reyes 43 años de actividad.

La guía roja pone en valor el Don Quijote como un restaurante “familiar y de ambiente clásico. Su carta tradicional gallega gira en torno a los pescados y mariscos, con un buen apartado de caza en temporada. ¡Pruebe su tarta de Santiago!”

Manolo, Matilde y su hijo Richard festejaron el aniversario del Don Quijote deleitando paladares de la mejor manera que lo saben hacer: sorprendiendo con su cocina. Continúan con la temporada de caza, aunque ayer también quisieron dar una sorpresa a sus clientes habituales. Y es que los apasionados de la lamprea estuvieron de suerte: Melchor, Gaspar y Baltasar dejaron en el Quijote los primeros ejemplares del Miño. Indicaba ayer García en conversaciones con este periódico que todo apunta a que va a ser una buena temporada, puesto que empieza a haber abundancia y los ejemplares son de buen tamaño.

Matilde se encarga de guisar las lampreas como solo ella sabe, con una cuidada receta bordelesa . “La cocina es importante, pero si el producto no es de primera calidad nunca se podrá ofrecer un plato excelente”, subraya Manolo García, antes de apuntar que le gusta “ir todos los días a la Plaza de Abastos porque eso significa que en el Don Quijote entra siempre producto fresco y eso favorece a los clientes”. Estos días también están de suerte los apasionados del centollo, puesto que Manolo García cuenta con unos ejemplares de los que quitan el sentido.