Santiago, una ciudad segura: solo cuatro homicidios cada 10 años

En una encuesta realizada a estudiantes extranjeros en Santiago hace algunos años, una buena parte de los consultados, sobre todo muchos asiáticos, manifestaban que habían elegido este destino para completar su formación porque tenían constancia de que la capital gallega era una ciudad muy segura. La seguridad es, sin duda, una variable muy importante hasta el extremo de que condiciona la atracción de todo tipo de público internacional. Compostela siempre presumió de ser una urbe segura y tranquila, en la que apenas hay delincuencia y donde se puede caminar con absoluto sosiego por la calle sin temor a sufrir cualquier percance criminal.

Tras los trágicos sucesos ocurridos la semana pasada, con dos reyertas que se saldaron con un joven fallecido y otro en estado grave tras recibir ambos puñaladas por parte de terceros, el alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, quiere incidir en el alto nivel de protección que posiciona a la ciudad como una de las más seguras de España, lo que hasta ahora siempre apreciaron los extranjeros que nos visitan.

En conversación con este periódico, el regidor quiere recordar que la tasa de homicios por cada cien mil habitantes “se sitúa en Santiago en 0,5, una cifra inferior al promedio nacional”, que en 2021 se quedó en 0,61; y también la media de la comunidad autónoma, que en el mismo ejercicio se situaba en 0,67, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. “Podemos decir que en Santiago se producen como mucho cuatro o cinco homicidios cada diez años, una cifra muy baja para una ciudad que ronda los cien mil habitantes; y, además, todos son resueltos con prontitud”, remarca.

Además, insiste en que todos los homicidios que se han registrado en las últimas décadas “responden a circunstancias puntuales o personales, y están completamente desvinculados del denominado crimen organizado”, afirma.

“La incidencia en Santiago es muy baja en comparación con la media nacional, y está muy alejada de tasas como la que se registra, por ejemplo, en Francia, donde se sitúa en el 1,35”, explica el alcalde en declaraciones a EL CORREO, al tiempo que añade que “otro asunto es la percepción que pueda tener la ciudadanía”.

En este sentido sostiene que “hoy en día los ciudadanos son mucho más sensibles ante cualquier tipo de delitos: existe un mayor nivel de sensibilidad en cuanto a los homicidios o ante la violencia de género, por ejemplo, cuando las incidencias de ambas han bajado considerablemente en nuestro país en los últimos años”.

Con respecto a Santiago, sostiene que la criminalidad en la capital gallega “tuvo picos muy importantes a finales de la década de los setenta y durante los ochenta, pero es evidente que esta incidencia ha bajado considerablemente”, remarca, al tiempo que añade que “pese a ser así la percepción es que ocurre lo contrario y esto está relacionado con el nivel de sensibilidad”.

No obstante, cabe recordar que en el último balance de criminalidad facilitado por el Ministerio del Interior en Santiago, que comprende desde el 1 de enero hasta el 30 de septiembre de 2022, se aprecia un incremento de hechos delictivos del 12,7 %, por debajo de la media autonómica, al haber pasado de los 8.711 en el mismo periodo de 2021 a los 9.817 en los nueve primeros meses del año que acaba de finalizar.

En el caso de lesiones y riñas tumultuarias (donde se engloban las reyertas) el incremento fue del 28,3 % al pasar de 46 a 59. Un aumento más que notable se dio, igualmente, en lo homicidios y asesinatos en grado de tentativa que pasaron de cinco en los tres primeros trimestres de 2021 a trece en los nueve primeros meses de 2022; es decir, una subida del 160 %. Con respecto a Galicia, en los nueve primeros meses de 2022 (falta por conocerse el cómputo del último trimestre) los hechos delictivos crecieron un 17,5 %, consolidando un aumento que se está haciendo ostensible tras la pandemia de 2020.

Por otro lado, esta tendencia va de la mano con las crecientes quejas de numerosos vecinos de la capital gallega. En el Ensanche y otros barrios, como la Almáciga, vienen denunciado serios problemas de convivencia. En la zona nueva se ha percibido un aumento de la violencia, pero también de puntos de venta de droga, que se establecen en pisos e inclusos en algunos negocios, como lavanderías de autoservicio. Asimismo, desde la pandemia se ha detectado un aumento de la prostitución que se practica en pisos de edificios situados en calles céntricas del Ensanche.

Precisamente, el concejal de Seguridade Cidadá, Gonzalo Muíños, mantuvo esta semana una reunión con representantes de asociaciones del Ensanche para explicarles la situación en materia de seguridad. El edil señaló que Santiago es una ciudad segura en la que existe un trabajo “de manera coordinada” por parte de la Policía Local y de la Policía Nacional. También explicó que se va a incorporar la Policía Autonómica en los próximos días, con una intensificación de los dispositivos y operativos que lleven a cabo las distintas fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

Por otro lado, también destacó que los dos sucesos de la pasada semana, que se saldaron con una persona fallecida y con un menor herido; son aislados, y que no se puede “estigmatizar a ningún colectivo” porque, añadió, “lo que buscamos entre todos es que Santiago siga siendo esa ciudad segura, donde se puede disfrutrar, se puede pasear” y acudir “tranquilamente” a los lugares de ocio.