Seamos realistas, pidamos lo imposible
no es ningún secreto que la CIGA -sindicato nacionalista especializado en la demolición de empresas- está anclada en la obsoleta y vieja lucha de clases que hizo furor en los años sesenta cuando los jóvenes cachorros comunistas, maoistas y anarquistas alzaron barricadas en París y a golpe de adoquín intentaron derribar la V República, que mantenía con puño de hierro el mítico general Charles de Gaulle.
La historia se repite estos días en Santiago a cuenta de la huelga de la limpieza, solo que en lugar de losas y empedrado las armas utilizadas son actos vandálicos: más de una docena de contenedores quemados, sabotaje a siete camiones de recogida de basura, pinchazos a ruedas de vehículos de la concesionaria Urbaser, quema de neumáticos a la entrada de la vivienda de un trabajador que se postula en contra del paro, y hasta una conocida concejala vio cómo ardía ante su domicilio otro de los contenedores de basura.
Y al final, la apoteosis. Anuncio de una huelga indefinida que comenzará el 18 de julio (aniversario, por cierto, del denominado Glorioso Alzamiento Nacional de Franco), y la petición de incremento salarial por el 21,2%. Como si los vecinos de Santiago a quienes corresponde pagar el recibo fuesen todos ricos. O, quizá, para animarles a que hagan lo propio en sus empresas.
Y aquí regresamos al París del 68, cuando el anarco Daniel Cohn-Bendit lideró aquella revuelta estudiantil y se popularizó como lema la frase atribuida al filósofo berlinés de la época Herbet Marcuse “Seamos realistas, pidamos lo imposible”. Pues en esas estamos, con la CIGA de protagonista pidiendo lo que El Gallo decía: “Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible”.
Como no se frene esta insensatez (la oposición debería ser más comedida) se amargará la vida de los compostelanos y de decenas de miles de visitantes en los días que deberían ser los más placenteros y rentables del año. La Semana Grande de Galicia no merece sufrir semejante despropósito. Hará bien el alcalde Sánchez Bugallo en declarar el Estado de Emergencia.