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Sigue ahogado el comercio por el cierre perimetral pese a recuperar su horario

Tiendas y centros comerciales pueden abrir desde ayer hasta las 21.30 horas // Cines, auditorios, teatros, bibliotecas y museos también restablecieron la actividad: “Es muy difícil mantenerse así”

Recuperó ayer el comercio su horario habitual en Galicia, una medida que desde el sector consideran “positiva” pero que afrontan con tímida alegría, ya que restricciones como el cierre perimetral de los municipios continúan menguando las ventas. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aseguró en rueda de prensa el pasado lunes que “los datos no muestran todavía una mejoría suficiente” para iniciar una desescalada “amplia”, de manera que la hostelería permanece cerrada, así como los gimnasios y centros deportivos, en una comunidad en la que todos los municipios están cerrados perimetralmente y en la que el toque de queda se impone a partir de la diez de la noche.

Sin embargo, para el comercio, la relajación de las restricciones es ya un avance, pues desde ayer los establecimientos pueden a abrir hasta las 21.30 horas, con el 50 % de aforo. Lo mismo ocurre con los centros comerciales, que también pueden abrir hasta esa hora pero que, a diferencia de los pequeños comercios, aún tendrán que permanecer cerrados durante los fines de semana.

Desde el pasado 27 de enero, el comercio no esencial tenía que bajar la persiana a las 18.00 horas, una medida que asfixiaba aún más a uno de los sectores más afectados por la pandemia. De hecho, el presidente de la Federación Galega de Comercio, José María Seijas, reconoce que aunque recuperar el horario habitual de funcionamiento es, sin lugar a dudas, una noticia “positiva” para este sector, “no es suficiente” para que puedan remontar las ventas, muy mermadas a causa de las demás restricciones aplicadas para frenar la crisis sanitaria. En declaraciones a Efe, Seijas asegura que era necesaria la ampliación del horario comercial para dar más facilidades a los consumidores para hacer sus compras, pero que no espera que esto sirva para que las ventas repunten en este momento, porque las “demás restricciones” limitan la clientela de los comercios a la población de cada ayuntamiento.

María Virtudes, que regenta As Monxas, una tienda de productos típicos gallegos en Santiago, asegura que la falta de gente en la calle y la hostelería cerrada “afecta a todos los comercios”. “Lo estamos pasando mal, porque está todo cerrado; no hay gente por la calle. Nosotros dependemos de la gente que viene de afuera, de turistas, de peregrinos”, explica. Aunque al vender productos de alimentación María Virtudes ha tenido su local siempre abierto, asegura que de poco le vale. “A mí no me gusta tener la puerta cerrada, pero no me compensa. Tenemos los impuestos, seguridad social, el IBI, la luz, el agua... Ojalá que esto pase de una vez y que nos dejen tranquilas”, afirma.

Por su parte, Vicente Caneda, dueño de la tienda Deportes Caneda, considera que aunque abrir más tiempo “da más trabajo”, mientras permanezcan “las otras restricciones” la cosa no va a ir a mejor “si no viene gente de Teo, de Milladoiro, de A Estrada, pues hay mucho comercio para muy poca gente”, asegura. Desde la librería Numax, Mariña considera que en una urbe como Santiago, en la que la mayoría de las personas hacen su vida en la ciudad pero viven en “ayuntamientos limítrofes”, la restricción en la movilidad “se nota mucho”, si bien valora la ampliación del horario comercial porque permite a los clientes “conciliar” y salir a hacer las compras una vez finalizada la jornada laboral. “Lo más habitual es que la gente pueda venir a los comercios a partir de las seis. Aquí esta semana notábamos que si entraba la gente por la puerta era las seis menos cuarto, poco antes de cerrar”, explica.

Además de librería, Numax es también cine y por lo tanto ha visto como ayer, por primera vez en tres semanas, el público hacía fila para asistir a una de sus proyecciones. Y es que el sector cultural también ha experimentado un alivio, ya que a partir de ayer cines, teatros, auditorios, bibliotecas, archivos, museos y salas de exposiciones, pueden abrir de nuevo, con un aforo del 30 %. El responsable de esta sala, Xan Gómez, asegura que durante este tiempo “han aprovechado para reorganizarse y realizar pequeños arreglos” y que el cierre no ha sido tan duro como el de marzo, cuando los cines estuvieron cerrados tres meses. “El mayor problema es que llevamos un año con restricciones de aforo y de horario y es muy difícil mantenerse así”, asegura Gómez, que considera que tanto las distribuidoras como las salas están haciendo un esfuerzo “descomunal” para mantener viva la cartelera. Un esfuerzo que tiene su recompensa, porque varios de los pases ya están agotados, lo que demuestra el interés del público por el séptimo arte. “Es bonito y nos da fuerzas para seguir”, afirma.

Por su parte, el director del Centro Dramático Gallego, Fran Núñez, también recibió con “alegría” la reapertura del teatro al público, aunque eso no implica que antes estuviera cerrado. “Hemos tenido actividad todos los días, con formación, con residencias artísticas, en las que acogemos a compañías y hemos tenido trabajo estas semanas mañana y tarde, buscando que el teatro siga abierto de alguna forma”, asegura. Al igual que el cine, Núñez afirma que la respuesta del público está siendo “muy positiva” y que, con la capacidad permitida, están habiendo “llenos”.

18 feb 2021 / 01:00
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