Tras años de polémica el vertedero de Miramontes cesa finalmente su actividad

La instalación de Grixoa Miramontes cesa a partir de hoy de manera definitiva su actividad como vertedero. Así lo anunció la empresa a través de un comunicado en el que se informó que Sertego, titular y gestora del vertedero de Miramontes, en la parroquia compostelana de Grixoa, dejará de recibir residuos desde hoy, dando por finalizada su actividad como instalación receptora y coincidiendo con el final de año, tal y como se había programado en el plan de trabajo para sellado y restauración aprobado en el primer semestre de este 2022.

No obstante, este cese de actividad del vertedero no sorprende a nadie en tanto que su clausura se venía anunciando ya desde hace varios meses. De hecho, la empresa trabajaba ya en las fases previas necesarias para determinar el proyecto de sellado y restauración del basurero desde el pasado abril, con un plazo estimado que apuntaba al último trimestre de este año.

Finaliza así la vida útil del vertedero -motivo de polémica entre los vecinos y el propio Concello durante años- cumpliendo con los plazos trasladados, señalan desde la empresa a las administraciones local y autonómica. Afirman que, para realizar este cierre con todas las garantías, en los últimos dos meses se ha ido admitiendo solo las cantidades necesarias para alcanzar las cotas que per-
mitiesen un sellado correcto.

EL PROCESO. Durante el primer semestre de 2023 se acometerán los trabajos definitivos de sellado, para los que desde la empresa gestora se han ido adelantado todas las tramitaciones con el objetivo de acelerar los plazos lo máximo posible. El proyecto prevé un plazo de ejecución de 10 meses, pues son necesarios tiempos de estabilización de cada una de las fases. Tal y como consta en el plan de restauración, indican, se desplegará una lámina con más de 40.000 m2 de cubierta de vegetal que se desarrollará de manera secuencial, esperando poder disponer de la superficie del vertedero totalmente restaurada en el próximo verano.

En líneas generales, el sellado contempla la dotación de “una capa de tierra, con el espesor necesario, que permita regularizar el área”. Una vez realizado este proceso, “se generará la superficie adecuada para albergar los geosintéticos que constituirán la barrera impermeabilizante que garantizará el confinamiento definitivo y seguro de la masa de residuos”. A continuación, una vez asentada esta fase, se iniciará un proceso de cubierta vegetal “de una forma efectiva, ecológica y rápida que evite daños al paquete de sellado”, sobre las quese sembrará una mezcla de especies herbáceas autóctonas, de modo que lo que quede sea un manto verde sostenible que desarrolle toda un área vegetal.