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Traslado a Santa Clara de los cuerpos de 15 monjas que exhumarán en Pontevedra

Las clarisas acaban de vender por 3,2 millones al ayuntamiento del Lérez su monasterio, que estaba cerrado desde 2017 // La Orden tramita la inhumación en Santiago de las religiosas allí enterradas

La Orden de Santa Clara está ultimando los trámites para exhumar a las monjas que hasta ahora están enterradas en el cementerio de su convento en Pontevedra para proceder a su traslado e inhumación en el monasterio de Santa Clara de Santiago. Así lo confirmó la abadesa de la comunidad compostelana, sor María Consuelo, quien en conversación telefónica con EL CORREO apuntó que los responsables de la institución están organizando el desenterramiento, que podría llevarse a cabo en las próximas semanas. Todo esto después de que las clarisas hayan cerrado ya la venta de su convento de Pontevedra al ayuntamiento de la capital del Lérez; una operación que asciende a 3,2 millones de euros.

Las religiosas ya habían clausurado esta comunidad en 2017, cuando el número de hermanas que la habitaban se vio notablemente mermado. Entonces, las dos que quedaban, sor Sagrario y sor Purificación, se mudaron al gran convento de Santa Clara de la ciudad del Apóstol, pero en ese momento se decidió no tocar al cementerio, donde hay inhumadas una quincena de monjas. Ahora que las instalaciones tienen nuevo dueño, el cual pretende dar al edificio diferentes usos, las clarisas no quieren abandonar a sus hermanas allí enterradas, por lo que se ha planificado su traslado al convento de Santiago, donde actualmente viven nueve religiosas de clausura, confirma la abadesa, antes de lamentar el fallecimiento de dos de las hermanas hace apenas un mes. “Aquí tenemos espacio suficiente para dar sepultura a las hermanas”, añade sor María Consuelo.

Precisamente, uno de los lugares que visitan a diario las hermanas clarisas es lo que llaman el coro bajo, que se puede observar sobre estas líneas. En esta estancia, bajo un suelo de madera, que no hace muchos años fue rehabilitado por el Consorcio de Santiago, están enterradas casi cuarenta religiosas. Es un lugar a donde acuden a tomar la comunión tras la misa diaria de las siete de la tarde.

A la pregunta de si hay probabilidades de que también se cierre en un futuro no muy lejano el convento de Santiago, teniendo en cuenta la disminución de la comunidad, sor María Consuelo se muestra optimista y asegura que por el momento no está en los planes de la congregación.

Solo nueve clarisas conviven en el convento de Santa Clara, en la rúa de San Roque, un edificio que data del siglo XIII y que está considerado como una auténtica joya del Barroco. La abadesa, la madre María Consuelo, que fue elegida hace tan solo cuatro años para llevar las riendas de la comunidad de las clarisas de Santiago, conoce cada rincón de un convento de más de 12.000 metros cuadrados que esconde auténticas obras de arte, además de un hermoso huerto. “A veces, cuando hace buen tiempo, estamos un ratito fuera para que nos dé el sol y tomar el aire, que siempre viene bien”, comentaba en un reciente reportaje que hizo este periódico sobre la vida contemplativa, mientras mostraba orgullosa el cuidado jardín desde una pequeña terraza situada en el primer piso.

Sor María Consuelo explica que desde que era niña sabía que su vida estaría consagrada a Dios. “Fueron mis padres los que me llevaron al convento por primera vez. Tenía quince años”, cuenta. Cuando se le pregunta por cómo se lo tomaron, no lo duda y asegura que “muy bien. Estaban y están muy contentos”, dice, a la vez que reconoce que no todo el mundo entiende no solo la elección de ser monja, sino, como en su caso, serlo de clausura.

“Sé que muchas personas no pueden entender cómo estamos aquí, encerradas, sin apenas contacto con la calle o sin hacer una vida consagrada hacia el exterior, no vivimos ajenas a lo que nos rodea”, sostiene, al tiempo que explica: “La Iglesia es el corazón que bombea para que la sociedad no se asfixie. Por ella rezamos”.

El convento de Santa Clara es un lugar de referencia para muchos compostelanos y vecinos de la comarca, sobre todo cuando hay boda a la vista. “Siguen viniendo no solo muchas novias, sino también amigas y familiares de ellas para traer los huevos. Es una tradición que se mantiene y que no se ha perdido nunca”, asegura la madre abadesa. “En verano tenemos tantas docenas que aprovechamos para dar a personas necesitadas o a lugares que los necesiten como es el caso de la Cocina Económica”.

Para saber más...

• La Orden de Santa Clara fue fundada por San Francisco de Asís y Santa Clara en 1212 en la iglesia de San Damián, cerca de Asís (Italia). Como el IV Concilio de Letrán de 1215 prohibía la aprobación de nuevas Reglas, las Hermanas Pobres tuvieron que profesar la Regla de San Benito (que incluía el título de abadesa y la posibilidad de poseer propiedades). Para evitar lo último, en 1216 Santa Clara obtuvo del papa Inocencio III el “privilegio de la pobreza” para su monasterio de San Damián, por el que nadie las podía obligar a tener rentas y propiedades.

22 nov 2021 / 01:00
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