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El polifacético Xacobo Pérez Paz ha fotografiado 46 negocios vacíos en un recorrido por la arteria principal del casco monumental, la que une San Roque y la Plaza de Galicia // Los cierres constantes agudizan la agonía de la ‘almendra’ TEXTO Brais F.

Un triste paseo por una zona vieja cada vez más desolada

Demostrando una cruda realidad que se lleva tiempo denunciando por comerciantes y vecinos, un reconocido compostelano como Xacobo Pérez Paz, residente de la Almendra, ha querido compartir, para su millar de seguidores de Facebook, un triste paseo por una zona vieja cada vez más desolada. A través de un completo álbum fotográfico, el polifacético artista ha retratado, en su caminar desde San Roque hasta Plaza de Galicia, nada más y nada menos que un total de cuarenta y seis locales cerrados.

Recorriendo esta arteria del casco histórico, que comprende calles tan importantes y de tanta actividad como son Algalia de Arriba, O Preguntoiro, A Caldeirería y As Orfas, ha constatado la pérdida de identidad de un área que es Patrimonio de la Humanidad. “Es una pena, una tremenda pena. Una Compostela que se olvidó de COMPOSTELA”, reza en su publicación. La desaparición continua de negocios es muy preocupante, una marcha derivada no sólo de la crisis sanitaria provocada por la pandemia, sino también por la pérdida de servicios fundamentales y la ausencia de población. Como una pescadilla que se muerde la cola, los vecinos se van por carencias importantes y los comercios cierran porque no hay habitantes que compren en sus locales.

Como se refleja, la sangría es tremenda, y lo peor es que no para de crecer. Así, en las últimas semanas, las páginas de este periódico recogían, por ejemplo, el cierre de la histórica tienda de Zapaterías Seijas, en la Rúa da Caldeirería, el de la Farmacia Compostela, también en este mismo punto, o las bajadas definitivas de verjas de dos entidades bancarias. Pero no solo estas, sino que establecimientos de toda la vida, como la Sastrería Pepecillo, las papelerías Cinco Calles y El Sol, la frutería Las Delicias o muchas pequeñas tiendas de barrio (de comestibles, de confección, ferreterías o panaderías) han puesto punto y final a su actividad en la zona monumental en los últimos años.

En la actualidad, los precios del alquiler para alguno de estos bajos comerciales oscilan entre los 500 euros en pequeños locales de treinta metros cuadrados hasta los 2.800 de uno de 350 metros cuadrados (y jardín) en la Calderería, pero el movimiento de los mismos y la propuesta de ofertas son escasas.

De este modo, al igual que lo han hecho en repetidas ocasiones habitantes de este territorio de la capital gallega, reclama una actuación institucional consecuente. “Con dolor profundo y con gran preocupación por la falta de servicios para los que allí residimos, que perdemos calidad de vida y emigramos por obligación a hacer nuestras compras a otros puntos de la ciudad, reclamo una apuesta municipal por el comercio local. Por las familias y los escasos residentes en la zona monumental, una activación acompañada de un plan integral de rescate de vecinos. Una activación de VIDA para el corazón de la Vieja Europa”, expone en su crítica.

POSIBLES SOLUCIONES. En sus demandas, Xacobo no se queda en la situación adversa, sino que aporta una amalgama de posibles soluciones que se podrían llevar a cabo y que considera, ayudarían a parar esta gran herida que tiene abierta la Almendra compostelana.

“Facilitemos y apoyemos el negocio local. Hay que crear aparcamientos de proximidad, facilitar el acceso a los residentes, crear un PAC en el casco histórico, construir un café Concierto o café teatro en la Sala Yago, exigirle a Abanca reactivar la actividad en el edificio de El Pilar, organizar la recogida de residuos de una forma ordenada, higiénica y que no choque con los horarios de la hostelería (y de paso modernizar los vehículos utilizados para ello); accionar un acceso de pequeños vehículos eléctricos públicos para las personas mayores residentes, crear un plan de control de ruidos y convivencia; o renovar el sistema lumínico de toda la almendra. En fin... muchas cosas se podrían hacer para revivir nuestra querida COMPOSTELA.”, detalla en su explicación, en la que hace patente otras problemáticas como los ruidos nocturnos o la dificultad para acceder con automóviles.

En este triste contexto, el alcalde de la ciudad, Xosé Sánchez Bugallo, sostenía hace semanas, en declaraciones a EL CORREO GALLEGO, que “el principal problema que sufre el comercio histórico de la zona monumental es que no tiene continuidad familiar, es decir, que los hijos de los propietarios han desarrollado su carrera profesional por otro lado”.

Sea como fuere, el casco histórico se demuestra que necesita un auxilio inminente, ya que los habitantes, como ellos mismos se denominan, se han convertido en resistentes; y es que si se mantiene esta tendencia, en unos años se acabará hablando de la zona vieja vaciada.

03 nov 2021 / 01:00
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