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ruta xacobea. Peregrinos de diferentes países están enviando mensajes de apoyo a Santiago y a todo el tejido económico que está sufriendo pérdidas // Muchos de ellos han tenido que cancelar las rutas previstas para este verano TEXTO Andrea Oca

Unidos por la flecha amarilla: ‘Querido Camino, volveremos’

Para muchos compostelanos, la Catedral de Santiago es una parte más de la arquitectura de su ciudad por la que pasan con prisa entre recados y rutinas. Y el Camino de Santiago es aquel que hacen todos los días en su ajetreada vida diaria. Para otros, la Catedral, el Camino y la flecha amarilla están completamente ligados a su identidad y a sus historias. Son esos que han realizado el Camino varias veces y que, incluso, lo han convertido en su modo de vida. Muchos de ellos se han unido bajo la iniciativa Querido Camino del escritor y organista de la Iglesia de San Agustín, John Rafferty.

“Queremos mostrar nuestra solidaridad con la población a través del Camino, y que los españoles sepan que los peregrinos regresaremos. Muchos estamos deseando volver a ese lugar tan maravilloso”, explica el canadiense Robert Bart. Él es uno de los que se ha unido al envío de mensajes de apoyo . En marzo, cuando la pandemia sanitaria paralizó la normalidad que antes conocíamos, Bart había comenzado una de las rutas más importantes del Camino, la Vía de la Plata. Tuvo que parar el 12 de marzo, a la altura de Puerto de Béjar, en Salamanca. En ese momento, el coronavirus ya era una de las palabras más repetidas por todos, y horas después el Gobierno anunciaría el comienzo del estado de alarma. “No finalicé mi Camino, simplemente lo he pausado, porque estoy convencido de que volveré”, asegura Bart, ya desde Canadá.

El Camino tiene historia y tiene sentimiento pero, más allá de esa parte más emotiva, es el sustento de muchos hostales, albergues, restaurantes, tiendas... repartidos por las más de 30 rutas existentes. Llega con analizar las cifras de peregrinos que se incrementan cada año, y que en 2019 batieron récords con la llegada de casi 350.000 caminantes. Esos comerciantes y empresarios que viven del turismo acumulan pérdidas desde el mes de marzo. “Estamos tristes por el impacto que ha tenido la pandemia en España. Queremos alentar a aquellos que viven y trabajan en el Camino, que sepan que nos verán de nuevo en cuanto podamos”, cuenta Rosa Torres desde Florida. Ella, que hace el Camino desde 2014, es voluntaria en albergues y oficinas de peregrinos. Tenía previsto viajar a España en abril, y comenzar como voluntaria en el municipio riojano de Grañón. “Amo la Ruta, me ha enriquecido de muchas maneras y es totalmente parte de mi vida”, cuenta.

Una gran parte de los peregrinos que se han coordinado para mandar sus mensajes de ánimo es de Estados Unidos. Pero también llegan buenos deseos desde el resto del planeta. Peter Wyser es suizo, y se define como amante del Camino desde 1999. “Volveré a Santiago para disfrutar de la hospitalidad, historia, cultura y amistad de los peregrinos y trabajadores del Camino”, explica Wyser. Más al norte, desde Alemania, Beatrix Reichling recuerda a toda la gente que le ha dado techo, comida y ánimo al caminar. “Hay que cuidar la salud, esa tiene que ser la prioridad de todos para que nos podamos volver a saludar en persona muy pronto”, pide desde Würzburg. Otros veteranos de la Ruta, como la autora de Buen camino Anne Born agradecen a John Rafferty, conocido como Johnie Walker, su iniciativa. Born se enamoró de Compostela en una clase de arte de la universidad.

Volverán. Quizás se encuentren con el británico Paul Garland en su albergue zamorano de Fontanillas de Castro. Garland lleva desde 2016 de voluntario en albergues de diferentes zonas de Francia y Fisterra, el verdadero punto final del Camino. Todos volverán a poner su bota al lado de la Bota del Peregrino.

04 jul 2020 / 00:51
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