Vuelco en Xoán XXIII para facilitar el tránsito de niños hacia el colegio

La avenida Xoán XXIII, una de las entradas al casco histórico más reconocibles de Santiago, se ha visto sumergida recientemente en unas obras que, a pesar de ser breves, transformarán notablemente el día a día de la zona. En especial, para los alumnos del CEIP López Ferreiro y los padres de lo mismos.

Hace años, Xoán XXIII ya vivió una amplia reforma que la convirtió en una avenida de clara preferencia peatonal, dejando una amplia explanada encima del parking público, que a día de hoy sigue concentrando una gran parte de los accesos a la zona monumental. Ahora, las obras llevadas a cabo han ampliado un poco más las aceras, especialmente por el lado izquierdo (en sentido hacia el Convento de San Francisco), donde se ubican, entre otras cosas, la Biblioteca Pública Ánxel Casal, la Facultad de Ciencias de la Educación, la de Enfermería, o el CEIP López Ferreiro, siendo este último el ‘promotor’ de la intervención.

Javier Fernández, concejal de Obras de Santiago, cuenta en declaraciones a EL CORREO que el Ampa de este centro educativo realizó esta petición para aumentar la seguridad de los niños que estudian en el colegio, pues muchos padres llevan en coche a sus hijos por la avenida de Xoán XXIII. Con la ampliación de aceras, consideran, “será más sencillo dejar a los niños en el lugar, con menos riesgos a la hora de estacionar o en caso de que deban cruzar la calle”.

Por su parte, el concejal señala que la obra “aportará esa seguridad que piden los padres” y espera que a partir del próximo curso “se perciba tranquilidad cuando los niños bajen de los vehículos”. Para completar las actuaciones en esta calle y que el sosiego sea pleno, también se ha realizado algún resalte sobre el asfalto y se mantendrán los pasos de peatones elevados, haciendo que la velocidad a la que circulen los vehículos por la zona sea lo suficientemente reducida.

Más allá de esta adaptación, centrada en la petición del CEIP López Ferreiro, Javier Fernández comentó que se levantó también un muro junto a la dársena del amplio aparcamiento situado en esa misma calle, que sirve desde hace años como parada y almacén de autobuses, pues con cierta frecuencia se colaban algunas personas.

SALVADOR PARGA. Hoy se pone en marcha también el proceso de rehabilitación de un local en uno de los edificios emblemáticos de la rúa Salvador Parga, el número 4-5. Se trata de un edificio de 3 plantas con fachada a la plaza y patio trasero delimitado por muros de mampostería dedicado a jardín. Es un edificio obra del arquitecto Faustino Domínguez Coumes-Gay. El proyecto original constaba de dos plantas y el edificio estaba destinado a la Casa Monte de Piedad. Es una obra importante del arquitecto dentro de su etapa clasicista. El edificio sufrió una reforma posterior, en la que se amplió una planta en altura.

“La propuesta ha consistido en la rehabilitación del local para dotarlo de unas instalaciones acordes con las necesidades del servicio de actividades socioculturales y de las asociaciones vecinales”, señala Javier Fernández. En cuanto a su distribución “se ha realizado un espacio previo de entrada, desde el cual se accede al local”.

“En la primera zona se dispone la recepción y espacio de control, una oficina, dos aseos (uno de ellos adaptado) y la sala de lectura y puestos informáticos. En la posterior, vinculada al jardín, se encuentra un gran espacio diáfano a modo de sala polivalente y sala wifi en el que se mantienen los pilares de fundición como referencia a la obra original del arquitecto Faustino Domínguez Coumes-Gay. Los huecos de la fachada se llevan hasta la cota del pavimento, convirtiendo las ventanas existentes en puertas que comunican con el jardín. En esta segunda zona se ubican también el aula 1, el aula polivalente y el almacén. Finalmente en la de jardín se procedió a la apertura de un hueco y construcción de una pequeña rampa a modo de salida de emergencia que comunica con el jardín del Pazo de Amarante”.