Culpa y ansiedad: los sentimientos de las madres al volver al trabajo
La psicóloga especializada en ansiedad, Alejandra Sierra, explica que el primer paso es aceptar esa sensación como algo natural que puede pasar
Cuando el desasosiego es extremo hay que ponerse en manos de profesionales
La mujer sigue sufriendo la mayor parte de las críticas y la presión en la crianza
Cuando un bebé nace, también nace una madre. Y es que traer al mundo a una criatura marca un antes y un después en la vida de los padres, pero especialmente de la madre porque el vínculo que ella tiene con su bebé es el más especial del mundo. En España durante 16 semanas y unos pocos días de permiso por lactancia, que muchas madres acumulan para alargar esos escasos 4 meses, madre e hijo son un solo ser. El día se pasa entre la lactancia cada tres horas más o menos, pañales, baños y cambios de ropa.
No hay tiempo para nada más y el cerebro de la madre está completamente centrado en ese bebé al que acaba de dar vida. Pero esa nueva realidad se acaba pronto y de golpe, cuando el pequeño apenas suma 5 meses, esa madre debe volver a su trabajo, pero lo hace siendo una persona totalmente diferente. Ahora debe conciliar vida laboral y familiar y arreglárselas para que el pequeño note el cambio lo menos posible. Porque sí, el permiso de maternidad en España es del todo insuficiente. Un bebé toma sólidos a partir de los 6 meses, por lo que todavía dependerá enteramente de la leche materna cuando se acabe el permiso. ¿La consecuencia? La ansiedad y la culpa campan a sus anchas por el cerebro de una madre cuando se acerca el final del permiso.
Alejandra Sierra, psicóloga sanitaria especializada en el tratamiento de la ansiedad, está habituada a tratar con madres que pasan por esta situación y lo que siempre les repite es que “es perfectamente normal esa sensación”. La especialista explica que lo primero “sería aceptarlo como algo natural que puede pasar”. Y es que una vez lo conseguimos “nos puede resultar más sencillo pensar en qué queremos hacer frente a lo que nuestro miedo nos invita a hacer”, recalca la especialista. “Muchas veces puedo identificar que quiero volver a trabajar porque creo que me va a venir bien anímicamente volver a ser algo más que solo madre”, señala. “Identifico lo que echo de menos de mis otros roles como mujer y que me ayudan a sentirme mejor conmigo misma y colaboran en mi bienestar emocional”.
Carga mental y culpa
Alejandra Sierra indica que la carga mental sigue siendo de las mujeres porque la sociedad nos hace sentir que las madres están en “primera línea de fuego” en el cuidado de los hijos. “Debido a la educación diferenciada actual con respecto a los roles de género es habitual que las mujeres sintamos que es nuestro deber estar con el bebé para cuidarlo, mientras que el padre sentirá más la presión de regresar al trabajo porque ese, en cambio, sería su ‘deber’. Tradicionalmente, ha sido así y muchas de esas asunciones y presiones siguen estando en el presente”, recalca.
Todo ello genera un sentimiento de culpa en muchas madres, una emoción que “suele venir precedida por una serie de pensamientos que van en la línea de lo que la persona cree que ‘debería’ hacer. Es decir, tiene una serie de normas sobre qué es lo que tendría que estar haciendo frente a lo que hace. En terapia se trabajaría para identificar cuáles son esas normas para poder ver cuánto se ajustan a la realidad y a los valores reales que tiene esa mujer”, señala la psicóloga.
Ansiedad
Dejar al bebé de apenas 5 meses en manos ajenas supone un verdadero esfuerzo para una madre. Toda esta mezcla de sentimientos contradictorios puede llevar a sentir ansiedad y si se deja crecer puede acarrear incluso una depresión. Por ello cuando el desasosiego es ya preocupante lo mejor es acudir a un especialista.
“Cuando tenemos ansiedad sentimos una sensación de desasosiego interno, notamos que nos estamos preocupando en exceso por cómo estará el bebé o si le habrá pasado algo, inseguridad por si sabrán cómo cuidarlo… Se pueden notar también síntomas físicos como podría ser sensación de ahogo, malestar estomacal, opresión en el pecho entre otras”, explica Alejandra Sierra. “Si es muy intensa y se sostiene en el tiempo o llega incluso al punto de que los padres no quieran dejar al niño con nadie a pesar de que les suponga un trastorno importante en su organización diaria, habría que valorar las causas de estas inseguridades y valorar si es necesario trabajarlas”.
Evitar consejos
Una de las cosas de la que más se lamentan las madres es de que todo el mundo sabe sobre crianza y se considera con el derecho de ofrecer consejos no solicitados. Es por ello que Alejandra Sierra recalca que para preservar la salud mental de las madres es algo que debe evitarse. “Algunos comentarios, a pesar de no ser malintencionados, pueden ser muy desafortunados e incrementar esos niveles de presión, inseguridad y malestar que ya puede estar sintiendo esa mamá”.
Por último, Alejandra recomienda a todas las madres recientes que saquen tiempo para sí mismas. “Desde la psicología insistimos mucho en incluir y mantener las actividades de autocuidado en nuestra rutina diaria. Dependiendo del momento vital en el que estés se podrá ver de una forma u otra, pero es importante que intentemos hacer un hueco. Puede ser desde un paseo diario, tener una hora de clase a la semana de algo que sea lúdico para ti como, por ejemplo, cerámica o yoga. Encontrar esos momentos nos ayuda a mantener el bienestar emocional y poder estar mejor contigo misma y con los demás”.
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