La treta para librarte de las multas de radares de velocidad

La práctica de usar hojas para ocultar parcialmente las matrículas de los vehículos y así evadir multas de tráfico de los radares de velocidad ha despertado la atención de las autoridades y generado un debate sobre la seguridad vial en España. La creatividad de algunos conductores para burlar dichos radares ha llevado a la Dirección General de Tráfico (DGT) a tomar medidas drásticas para poner fin a esta peligrosa moda, viralizada a través de las redes sociales.

El truco consiste en utilizar un imán con forma de hoja decorativa adherido a la matrícula del vehículo para ocultar algunos números y letras, logrando que sea ilegible para los radares, un método que se ha difundido enormemente en las redes sociales.

Por ello, la DGT enfatiza que cualquier intento de modificar, ocultar o manipular las placas de matrícula se considera una infracción grave. Dicha infracción se suma a la multa (que puede alcanzar los 6.000 euros) y la pérdida de 6 puntos del carnet de conducir. Asimismo, un error en la tipología de la matrícula, los fallos que impidan leer correctamente tanto los dígitos como las letras o la existencia de algún elemento que tape o dificulte su correcta visión supone una multa de 200 euros sin pérdida de puntos -el mismo 'castigo' que se aplica a aquellos coches que circulan sin matrícula-.

Algunos conductores utilizan imanes que funcionan mediante un mando a distancia. De esta manera, se puede despegar la hoja en caso de encontrarse con un control de policía y, gracias a que parte de la matrícula permanece oculta, el vehículo puede rebasar los límites de velocidad sin que pueda ser interceptado por los radares.

Expertos en seguridad vial señalan que ocultar las matrículas para evitar multas de radares de velocidad es un síntoma de una cultura de irresponsabilidad en las carreteras y falta de respeto por las normativas de tráfico. Diversas organizaciones han condenado estas acciones, destacando su impacto negativo en la prevención de accidentes y la atención de emergencias. En última instancia, el mensaje es claro: la seguridad vial es una responsabilidad compartida y cualquier intento de evadir las normas solo contribuye a aumentar los riesgos en las carreteras.