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‘Amanece la noche más larga’ es el corto gallego que estará en los Oscar

Destaca por su estilo de animación ‘al óleo’ y participará también en los Goya // Los autores de la cinta definen que la idea principal en esta historia es que la pasividad conduce a un futuro incierto

Los gallegos Carlos F. de Vigo y Lorena Ares acudirán el próximo 11 de febrero al Palacio FIBES de Sevilla con su Amanece la noche más larga bajo el brazo, que compite en la categoría de mejor corto de animación de los Goya con una reflexión crítica sobre la sociedad actual que estéticamente, realizado al óleo, recuerda a Goya o Turner y con el que han entrado en la carrera a los Oscar.

“Sentimos la profunda sensación de que se están fraguando cambios que nos están conduciendo a otra era. La idea principal en esta historia es que la pasividad conduce a un futuro incierto. Cuando dejamos que los miedos tomen el control y nos quedamos inactivos, el futuro es incierto, como lo es el final del corto”, explican los creadores a Europa Press.

El corto narra como los Cuatro Jinetes del Apocalipsis se reúnen para analizar el estado de la humanidad y discutir sus estrategias para el futuro. Una débil Muerte recibe a sus compañeros con la intención de convencerles de torturar menos a los humanos, pero Hambre, Peste y Guerra sueñan con una humanidad sin escapatoria.

En la narración, tal y como explican los directores, Hambre, Peste y Guerra se presentan como “metáfora de los miedos que nos impiden actuar, y Muerte como el cambio”.

“Una conversación entre los cuatro jinetes del Apocalipsis, una localización romántica en la costa gallega, en la noche de Samaín, y una comedia ácida con cierta retranca” son la base de una pieza que, a su vez, parte del relato ‘La muerte tenía un pecio’, de Ángel de la Cruz.

“Cuando Ángel nos ofreció el relato, se nos llenó la cabeza de imágenes y por qué no decirlo, de morriña. Poco a poco se fue convirtiendo en una historia más oscura, que miraba más hacia el futuro que hacia el pasado, pues desde hace años compartimos la visión de que avanzamos hacia una sociedad cada vez más polarizada, envenenando con la idea de que la posición más segura es no tomar partido en nada”, consideran.

Insisten en que la película es su invitación personal a que el espectador reflexione. “Vivimos días en los que el diálogo o el pensamiento crítico parecen haber dejado sitio a los discursos únicos y a la cancelación de las opiniones no afines. Quizás debamos reflexionar sobre ello, pues las decisiones que se toman en épocas de cambio suelen dejar sus ecos por mucho tiempo afectando a más generaciones”, inciden.

Animación al óleo. Decantarse por la animación para señalar algo que no va bien en la sociedad comienza a ser algo más que una excepción; como ya hace tiempo que dejó de serlo hacerlo mediante cortometrajes.

“La animación aporta libertad, en cuanto a que podemos crear unos personajes desestructurados, unos entornos irreales y mezclarlo todo de manera coherente. Nos permite conseguir ese aspecto pictórico que buscábamos y pasar de una estética a otra manteniendo un discurso que no se desatiende. En animación tienes que crearlo absolutamente todo, y ese exceso de control es lo que nos permitió cuidar cada objeto, cada encuadre, e incluso los contenidos creados a modo de doble lectura”, comentan.

Aunque recuerdan los directores que siempre ha habido cine de animación para adultos, sí ven una tendencia hacia una mayor popularidad de las producciones para distintos públicos, como ya ocurre en Francia o Japón, gracias en parte a la difusión que de ellas hacen las grandes plataformas.

Entre las “increíbles posibilidades de expresión” que ofrecen las distintas técnicas de animación, se decantaron por una poco habitual y compleja, pero que les permitía reforzar todo el universo que pretendían transmitir en el corto: el óleo.

“Uxue Azkona, directora de arte, propuso una estética que aunque no estaba optimizada para la animación, completaba el mensaje del corto. Por medio del ‘óleo’ digital convertíamos cada plano en un cuadro, transformando el corto en una exposición. Esto nos ayudaba a reforzar dos ideas: por un lado, la atemporalidad de los sucesos, enmarcados y expuestos pero todavía presentes y futuros; y por otro, alejábamos al espectador de los hechos narrados, en un primer momento, haciendo que se sienta como paseando por un museo, para descubrir posteriormente que la historia está hablando de él, de su inacción, de sus miedos”.

“A partir de esta estética, tuvimos que diseñar un estilo de animación y un proceso de trabajo a medida. La animación la hicimos limitada para que no desviase la atención del diálogo y sobre todo la composición del ‘cuadro’. La aplicación del color fue un proceso artesanal, fotograma a fotograma. Finalmente, Marcos García dirigió el equipo de composición gráfica, adaptando el concepto pictórico al lenguaje cinematográfico, transformando herramientas como el desenfoque y la profundidad de campo en textura de lienzo y grosor de pincelada, por ejemplo”, explican.

Un ‘multiverso’ artístico. El mundo artístico de ‘Amanece la noche más larga’ no acaba en el corto homónimo, sino que se extiende con una exposición en Realidad Aumentada estrenada en el festival de cine Animayo de Gran Canaria y que ha pasado por Bucarest, de la mano del Instituto Cervantes. Estudian ahora nuevas localizaciones, entre las que desean que se encuentre Galicia.

“El cortometraje pretende ser una exposición de cuadros. Por ello veíamos coherente rematar la obra con una exposición basada en las láminas del corto. Además, los jinetes del Apocalipsis nos explican cómo se han modernizado, y representan los miedos que tenemos al cambio. Por ello veíamos coherente modernizar el concepto de exposición, sin miedo al cambio, y decidimos hacerla de Realidad Aumentada”.

23 ene 2023 / 01:00
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