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Anna Seghers: del exilio imposible

ANNA SEGHERS (1900 – 1983) fue importante narradora alemana cuya vida atravesó las más graves y dolorosas décadas del pasado siglo XX. Conoció guerra y exilios, escapó de los campos de concentración nazis, vivió y escribió en París, Marsella y México y residió desde 1947 en el Berlín de la República Democrática alemana, pomposo nombre de la parte de la nación que fue un satélite de la Unión Soviética en la Guerra Fría y hasta la caída del Muro berlinés. Fue coetánea de relevantes novelistas germanos como Alfred Döblin (el autor de Berlin Alexanderplaz. 1929), Thomas Mann (que en 1947 publicaba la monumental Doktor Faustus), su hermano Heinrich Mann (de quien es la novela histórica Henri Quatre, 1938); esta última elogiada por el influyente teórico y crítico marxista Georg Lukács, promotor de la novela histórica y compañero de los escritores antifascistas y exiliados que hemos citado (y autor del estudio La novela histórica, 1938) a los que hay que añadir a Lion Feuchtwanger (con El falso Nerón, 1936) y el celebrado dramaturgo Bertholt Brech o Gustav Regler (autor de La siembra, 1936). El concepto de realismo estaba en plena controversia precisamente entre Brech y Lukács.

Anna Seghers se reveló con éxito en 1947 con La séptima cruz (1947), que aparecía en inglés en 1942 y que dedicó “a los antifascistas vivos y muertos de Alemania”, novela – metáfora de la vida alemana durante el Tercer Reich. Pero si esta fue su culminación como narradora, también es destacable Tránsito, (Transit, 1944) que ahora publica Nórdica Libros (2022) en traducción de Carlos Fortea. Es esta una novela de protagonista (el innominado narrador) que es a la vez una historia testimonial y de alcance colectivo centrada en escenarios franceses y en plena Segunda Guerra Mundial, época y lugar guardan relación directa con la escritora, y son testimonio de su tiempo histórico y biográfico.

En última instancia, Tránsito es lo que su título indica, pero con el fundamental añadido de la radical obsesión y los delirantes laberintos político – burocráticos para huir, para exiliarse y escapar de la guerra que resuena, potente como una mortal amenaza cuya proximidad desquicia y obsesiona a los personajes, patéticas víctimas atrapadas en un laberinto que los tiene varados, sin posibilidad de transitar, de escapar para sobrevivir. La historia alude a una masa humana de refugiados que, en un estado psicológico de desquiciamiento, dan vueltas y vueltas sin que la oscura fuerza del poder político y burocrático les permita el tránsito. La escritora indaga en la degradación de actitudes y comportamientos cuando la opresión de las situaciones sobrepasa al ser humano.

Acaso lo menos afortunado de esta novela sean la recargada y reiterativa prosa y lo simple de su estructura, factores muy de época. Es evidente la dimensión testimonial – reiteramos – y de alegato político – que animan el trasfondo de lo narrado, que contiene varias referencias a nuestra pasada Guerra Civil; mejor, incivil.

16 dic 2022 / 01:00
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